Si no tienes 1.000 seguidores, ya no puedes hacer esto en Instagram

Instagram

Instagram cierra la llave a las transmisiones en vivo para cuentas pequeñas. Desde ahora, quienes tengan menos de 1.000 seguidores no podrán usar esta herramienta, sin importar si su perfil es público o privado. La medida, implementada sin aviso oficial, redefine las reglas del juego dentro de la plataforma.

El cambio se ha hecho visible en los últimos días, cuando varios usuarios comenzaron a recibir un mensaje al intentar iniciar un en vivo. “Hemos cambiado los requisitos para usar esta función”, señala la advertencia. La plataforma ahora exige un mínimo de 1.000 seguidores para acceder a la transmisión en directo.

Meta confirmó la restricción a medios especializados como Engadget, asegurando que busca “garantizar una mejor experiencia” para los creadores. Sin embargo, no explicó por qué las cuentas con menos seguidores afectarían esa experiencia. Tampoco dio detalles sobre posibles excepciones o criterios técnicos.

Aunque el mensaje inicial habla solo de cuentas públicas, Meta aclaró que también se aplicará a las privadas. El despliegue será gradual, por lo que por ahora solo las cuentas abiertas verán el cambio reflejado. Se espera que en los próximos días la regla cubra a todos los usuarios sin distinción.

La decisión elimina de facto una función que durante años fue sinónimo de cercanía y espontaneidad. En 2024, la plataforma incluso permitió hacer transmisiones dirigidas solo a tres amigos cercanos. Esa posibilidad también quedaría en el aire, al requerirse el mismo umbral de seguidores.

Te puede interesar: Esta app gratuita revela todos los dispositivos USB que alguna vez usaste en tu computador: ¿por qué deberías saberlo?

Para muchas cuentas emergentes, los en vivo eran una herramienta útil para conectar sin depender del algoritmo. Bastaba con pulsar un botón para interactuar en tiempo real, sin ediciones ni filtros. Eso desaparece si no se alcanza la cifra mínima impuesta por Meta.

El nuevo umbral parece ser parte de un patrón: concentrar funciones avanzadas en cuentas que ya tienen tracción. Lo mismo ha ocurrido con herramientas de edición, inteligencia artificial o monetización. La lógica es clara: más seguidores, más acceso; menos seguidores, menos funciones.

Pero esta lógica empresarial deja preguntas incómodas. ¿Dónde queda la promesa de inclusión digital si se restringen herramientas a quienes no han logrado visibilidad? ¿Y qué pasa con creadores comunitarios, educativos o independientes que no buscan fama sino conversación?

Algunos expertos ven este movimiento como un paso hacia la profesionalización total de la plataforma. Otros lo interpretan como una forma de desincentivar el uso de funciones que no generan retorno. Para Meta, las transmisiones sin audiencia pueden ser vistas como ruido.

Sin embargo, lo que puede parecer irrelevante desde el negocio tiene impacto en la experiencia cotidiana. Las transmisiones en vivo no eran solo para grandes influencers, también servían para activistas, docentes, colectivos o artistas emergentes. Ese tejido de voces diversas empieza a romperse.

Instagram, una red que alguna vez se vendió como espacio para todos, impone ahora condiciones de entrada más altas. El número de seguidores se convierte en filtro de acceso. Y aunque la medida puede parecer menor, redefine qué tipo de contenido y qué tipo de usuario tiene voz.

Imagen: Archivo ENTER.CO

Digna Irene Urrea

Digna Irene Urrea

Comunicadora social y periodista apasionada por las buenas historias, el periodismo literario y el lenguaje audiovisual. Aficionada a la tecnología, la ciencia y la historia.

View all posts

Archivos