Reseña de Suzume: cómo hacer del romance entre una chica y una silla una buena película

Makoto Shinkai por primera vez se grabó en la cabeza de muchos amantes de la animación en 2016/2017 cuando ‘Your Name’/’Kimi no Na wa’ se ganó titulares en todo el mundo. No solo por ser una cinta elogiada por la crítica, sino además por convertirse en su momento en el segundo filme de anime más taquillero de la historia (hoy ocupa el tercer lugar, después de que ‘Demon Slayer the Movie: Mugen Train’ le quitara el trono también a ‘El Viaje de Chihiro’). Y quizás el hecho de que su película más famosa sea un romance ha hecho que la perspectiva de muchos cinéfilos, en especial de aquellos que no ven anime con tanta frecuencia, sea que el director se especializa en contar romances de manera inolvidable. Quizás por esto es que el reto de Suzume parecía tan interesante: cómo hacer funcionar el amor entre una chica y una silla.

Pero Makoto Shinkai lo consigue y, aquí lo más interesante, lo hace sin prestar mucha atención al romance.

Suzume es una excelente razón para ir a las salas de cine este fin de semana, incluso si nos llega medio año después de su estreno en Japón. Es difícil decir si es tan accesible como Your Name para aquellos que no están acostumbrados a la manera de contar historias de Japón, pero hay un encanto imposible de escapar en esta historia sobre el amor, los recuerdos, las personas que conocemos en el camino y la magia de las relaciones que creamos.

Primero la historia y luego el romance

Suzume

Es complicado describir a Suzume como una cinta de romance, porque es poco el tiempo que la cinta dedica al romance a sus protagonistas. En vez de eso, prefiere que pasemos tiempo con otros personajes y que nos enamoremos de estos rostros pasajeros que vemos en el viaje que nos ofrece. Incluso su conclusión, que fácilmente podría haber caído en el mismo cliché que tiene, Your Name prefiere resolver primero el dolor y trauma de su protagonista antes que darnos una escena rosa para suspirar.

Y lo mejor es que… esto hace que funcione todavía mejor como historia de romance. No necesariamente porque justifique el ‘enamoramiento’ de los protagonistas, sino porque convierte el amor en el centro mismo de la historia a través de diferentes perspectivas. Suzume no solo es sobre el amor que sentimos por una pareja. Es sobre el cariño de un amigo que encontramos sin querer. De las madres que cuidan a sus hijos. De aquellos que han sacrificado cosas por cuidarnos. De los que se mienten a sí mismos para protegernos.

Suzume funciona bien como un romance porque no empalaga el paladar con una sola cucharada cargada de corazón y cupidos. En vez de eso, crea un plato completo con diferentes tonos que complementan la relación entre sus dos protagonistas.

Música para viajar al otro mundo

La música de Suzume mantiene la tradición de Your Name y está a la altura de la historia que quiere contar. La banda sonora de esta película está compuesta por Radwimps en su tercera colaboración con Makoto Shinkai (siendo los responsables del OST de las dos películas anteriores del director).

Y el único comentario es que, por muy buenas que sean las tonadas, hay sin duda a estas alturas un ritmo y tonos que se sienten repetitivos en algunas de las canciones que tiene Suzume. A momentos parece que estamos escuchando una versión remasterizada del albúm Your Name. Es una sensación que no necesariamente es mala (la música sigue siendo excelente), pero que sin duda le quita algo de originalidad a una película que se está esforzando por salir de algunas de las zonas de confort que conocemos del director.

Hay algunas canciones que se destacan y que brillan porque parecen captar mejor esta experiencia única que es Suzume. Por ejemplo, está el tema principal de la cinta, ‘Suzume no tojimari’, escrita por Radwimps e interpretada por Toaka. Es una canción que consigue capturar el tono místico, nostálgico, romántico y trágico de esta historia. Una de esas canciones que seguramente se quedarán en la lista de reproducciones de muchos.

Suzume es para ver en la pantalla grande

Está de más decir que esta es una película para ver en la pantalla grande. Suzume como parte de su historia tiene un viaje por Japón, que lleva a los personajes desde las montañas de Shikoku hasta la ciudad ruidosa de Tokio y luego a las ruinas de Tōhoku todavía destrozado por el Tsunami de 2011. Aunque no es la primera vez que Makoto Shinkai aborda la idea de ‘desastres naturales’ como un vehículo para su historia, por primera vez en Suzume los destrozos que dejan se convierten en algo más que el motor de la historia. Shinkai hace los terremotos, derrumbes y tsunamis un protagonista de su historia y la animación de la película comparte la belleza peculiar de estas zonas abandonadas, que a menudo nos recuerdan las ruinas misticas de algun reino de fantasía.

Ver estos paisajes a través de la animación de Suzume es un placer. Quizás la película no experimenta con secuencias tan memorables y experimentales como las de Your Name, pero captura la esencia de cada relación con los espacios que presenta, por ejemplo el hogar de una casa encima de un bar, en el que una mujer trabaja para sostener a sus hijos. O un viaje en carro con canciones pop japonesas a medida que una tormenta (literal y en metafora) se acerca . Es una experiencia que amerita aprovechar la cinta ahora que está en cartelera y no esperar a que algún servicio de streaming lo agarre.

Imágenes: Sony Pictures

Jeffrey Ramos González

Jeffrey Ramos González

Mi papá quería que fuera abogado o futbolista. Pero en vez de estudiar o salir a la cancha, me quedé en la casa viendo 'Dragon Ball Z', jugando 'Crash Bandicoot' y leyendo 'Harry Potter'. Así que ahora que toca ganarse la 'papita' me dedico a escribir de lo que sé y me gusta. Soy periodista graduado de la Javeriana, escritor de ficción. He publicado en El Tiempo, Mallpocket, entre otras revistas.

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