Si recibes esta llamada ya estás siendo víctima de un fraude: qué debes hacer

Una llamada que parece legítima. Una voz amable al otro lado del teléfono. Una promesa de ayuda económica tras haber pasado por una situación difícil como el COVID-19. Quien llama asegura representar a una institución oficial de salud o seguridad social. En apariencia, todo suena correcto. Pero ese es justamente el inicio de un fraude que se está repitiendo en distintos países del mundo.

Los estafadores emplean técnicas de ingeniería social para que el mensaje resulte convincente. Informan a la persona que tiene derecho a una compensación económica por haber estado hospitalizada durante la pandemia. Para ganar credibilidad, mencionan datos personales que ya tienen en su poder. Nombre completo, número de identificación, dirección e incluso los últimos dígitos de una cuenta bancaria. Toda esa información les permite sonar auténticos y reducir las sospechas.

Una vez establecida la conversación, suelen pedir una acción inmediata. Puede tratarse de confirmar un mensaje de texto, acceder a un enlace o proporcionar códigos de verificación. A través de este paso logran obtener acceso a datos bancarios, autorizar operaciones no deseadas o extraer más información privada de la persona contactada.

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En España se han reportado llamadas de este tipo en nombre de la Seguridad Social, y las autoridades han alertado sobre esta modalidad de fraude que promete ayudas que no existen. Casos similares se han registrado en Estados Unidos, Reino Unido y varios países de América Latina, donde los estafadores adaptan su discurso a la institución local y al contexto del país.

Expertos en ciberseguridad coinciden en que este tipo de fraudes se aprovecha de momentos de vulnerabilidad emocional y crisis. La pandemia fue un terreno fértil para estos engaños. En muchos casos, los delincuentes utilizan múltiples canales como llamadas, correos electrónicos, mensajes de texto o aplicaciones de mensajería instantánea. El objetivo es el mismo. Obtener acceso a recursos financieros o a la identidad de la persona víctima.

Las recomendaciones para cualquier usuario son claras. Desconfiar de cualquier contacto no solicitado que ofrezca beneficios inmediatos. No compartir datos personales o bancarios por teléfono, incluso si el interlocutor menciona información real. Verificar con la institución oficial antes de tomar cualquier decisión. Si existe alguna duda, lo más seguro es interrumpir la conversación y reportar el intento de fraude a través de los canales autorizados.

Muchos de estos engaños comienzan con un dato cierto en manos del estafador y una historia que apela a la empatía o a la urgencia. Conocer este patrón ayuda a anticiparse y actuar con criterio. Estar informado sigue siendo una de las herramientas más efectivas para protegerse.

Imagen: Generada con IA / ChatGPT

Redacción ENTER.CO

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