El modding, el arte de modificar la apariencia y los componentes de los PC

Parece que el desorden fuera necesario en la casa de un modder. Pero no un desorden cualquiera: uno justificado en el que, para que la creatividad y la imaginación fluyan, las cosas deben estar tiradas por todos lados, casi escondidas, aunque se encuentren luego de una corta búsqueda.

Este es el centro de operaciones de varios jóvenes bogotanos que se dedican al modding, una actividad que busca cambiar la apariencia de computadores, así como modificar sus componentes para que sean equipos más rápidos. Desde allí preparan lo que, a partir de hoy, se exhibirá en Campus Party, el evento masivo de tecnología más grande del país.

Sus creaciones saltan a la vista: computadores en forma de huevo, transparentes y con luces de colores que funcionan como cualquier equipo.

Que el dueño de la casa no esté es un asunto sin importancia. Sus compañeros, con una copia de las llaves, entran como si fuera la suya. Al abrir, salta de manera efusiva Tiesto, un pequeño perro de raza beagle que se mueve ágilmente entre las cajas y aparatos.

Herramientas como caladora, troqueladora y destornilladores se mezclan en el piso con torres vacías para armar computadores, cables, tuercas, tornillos, trozos de acrílico y madera, al igual que planos y diseños por computador que les permiten a los modders llevar a la realidad sus proyectos.

La sala de la casa no tiene muebles para acomodar visitas, sólo una silla de madera ocupada por gruesos libros de videojuegos y una mesa invadida por máquinas para hacer huecos en piezas de distintos materiales. En una habitación contigua un colchón sin sábanas se asoma, invitando al que en alguna larga jornada de trabajo desee dormir, el mismo en el que Tiesto se acomoda relajado para que no lo molesten.

Este espacio, que luce como un rompecabezas tecnológico, es una réplica de lo que muchos aficionados al modding tienen en su hogar, un lugar que a ellos les permite desarrollar su creatividad y, a partir de esto, obtener el respeto y la admiración de su comunidad.

No es algo nuevo

El fenómeno del modding comenzó en Colombia hace unos siete años cuando se realizaban las primeras ‘lan partys’, escenarios donde muchos videojugadores se reunían durante varios días a jugar. «Algunos modificaban los computadores para lucir sus creaciones ante los demás y otros porque los equipos se recalentaban ante la exigencia a la hora de jugar», comenta Juan Sebastián Campos, de 22 años, coordinador del área de modding de Campus Party 2010.

Desde ese entonces, los interesados han creado diversas comunidades y grupos para promover esta práctica a través de sitios y foros en Internet -que es el medio de comunicación por excelencia de estas personas- en su mayoría ligados también por la pasión por los videojuegos.

El asunto ha evolucionado y ahora es cuestión de estatus, afirma Campos. En su opinión, se busca el reconocimiento de los demás, que sepan quién tiene mayor creatividad y esto debe mantenerse en cada evento al que se llevan los equipos.

De esta manera, el modding se convierte en un estilo de vida y una forma de asumir la tecnología, no sólo en ambientes de entretenimiento sino en espacios profesionales. «Nuestro vicio son los computadores. En el colegio y durante la universidad ahorrábamos para esto, antes que para gastar tomando o en fiestas», dice Jimmy Ramírez, de 33 años, uno de los responsables del proyecto más relevante de modding que se presenta este año en Corferias (ver recuadro ‘Inspirado en Matrix’).

Ramírez agrega que «lo que quisiéramos es tener todas las herramientas para desarrollar cualquier iniciativa, pero no siempre se alcanza». Al respecto, Juan Sebastián Campos menciona que en muchas oportunidades son más importante la recursividad de las personas y el emprendimiento en lugar del dinero, pues incluso algunos se dedican a diseñar sus propios equipos basados en materiales reciclados que sacan de chatarrerías.

Henry Santos, quien a sus 33 años también participa en Campus Party, expresa que en esta práctica puede entrar cualquier individuo, pues mientras más grande sea la comunidad es mejor para todos. Lo esencial es tener ganas y participar en los grupos en la Red para aprender, pues el modding exige conocimientos en múltiples aspectos como sistemas, diseño, manualidades e incluso mécanica y carpintería. «Somos abiertos a los que apenas ahora comienzan y los ayudamos», menciona Santos.

Inspirado en ‘Matrix’

Este año en Campus Party el área de ‘modding’ resaltará un proyecto basado en la popular película Matrix, así como en la versión anterior la estrella fue una iniciativa que sus creadores llamaron ‘el tótem’. En ella hay varios computadores en forma ovalada y con iluminación interna, que trabajan todos conectados para que los usuarios puedan compartir información o practicar videojuegos entre sí.

Para esta oportunidad, según Jimmy Ramírez, la financiación de la propuesta por parte de la empresa privada alcanzó un 70 por ciento, algo bueno pues el año pasado sólo fue del 20 por ciento y los participantes tuvieron que poner muchos de sus equipos para participar.

Cada computador que compone la estructura que se expone en el evento cuesta unos 2 millones de pesos; el costo total del proyecto asciende a 12 millones.

‘Modding’ como negocio

Más allá de la pasión por modificar computadores, los participantes de estos proyectos están en búsqueda de algún tipo de negocio derivado de dicha práctica. La idea de Jimmy Ramírez consiste en ‘venderles’ la idea a sus compañeros de hacer empresa y tratar de llegar al mercado con una propuesta atractiva para los consumidores.

Por ejemplo, las personas con un espacio ya definido en sus hogares podrían contratar sus servicios para crear computadores con formas que se adapten al lugar; también con colores y diseños personalizados.

«Ya no somos jóvenes que sólo quieren jugar, sino que queremos explotar lo que aprendemos en la universidad y pensar en qué lo podemos aprovechar para el futuro», dice Ramírez. Incluso para negocios como cafés Internet, agrega, sería una iniciativa interesante, pues podrían darles una estética diferente a estos sitios.

IVÁN LUZARDO
REDACCIÓN TECNOLOGÍA

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