Conectar sin depender de cables ni satélites es la propuesta de Taara, una tecnología creada por Google que transmite datos por el aire mediante haces de luz. Esta solución reduce costos y evita obras complejas. Desde 2023 se ha implementado comercialmente en países de África, Asia y América. Hoy funciona como empresa independiente y busca posicionarse frente a propuestas como Starlink.
¿Qué es y cómo funciona?
Este sistema opera con un principio simple pero eficaz. Dos dispositivos alineados, con visión directa entre ellos, se comunican enviando datos mediante haces de luz invisibles. Cada enlace puede alcanzar velocidades de hasta 20 Gbps y cubrir distancias de hasta 20 kilómetros. Es una especie de fibra óptica suspendida en el aire.
Se ha instalado en más de una docena de países. Un ejemplo clave es la conexión entre Kinshasa y Brazzaville, ciudades separadas por el río Congo, donde tender fibra resultaba inviable por motivos técnicos y económicos.
Ventajas de su implementación
No necesita obras complejas ni infraestructura pesada para empezar a funcionar. Se instala en pocas horas, se adapta a terrenos difíciles y evita las trabas legales que suelen acompañar al tendido de cables. También destaca por su bajo consumo energético. Ha demostrado su utilidad en contextos reales, como la mejora de conectividad durante el festival Coachella o en edificios donde extender fibra no era viable.
Te puede interesar: Ya son 50 celulares compatibles con Starlink: así funciona la red que convierte tu teléfono en satelital sin cambiar de operador
De experimento a empresa
El proyecto nació dentro de X, el laboratorio de proyectos experimentales de Google, donde se incuban ideas con potencial transformador. De allí surgieron iniciativas como Waymo y Loon. Quien tomó las riendas fue Mahesh Krishnaswamy, ingeniero con experiencia en Apple y Google.
En marzo de este año, Alphabet, la empresa matriz de Google, anunció que esta tecnología funcionaría como empresa independiente. Ese anuncio vino acompañado del lanzamiento de un chip fotónico de silicio más pequeño, más económico y sin partes móviles. Esta innovación permite conectar múltiples puntos y podría transformar las redes ópticas.
Cómo se compara con Starlink
Ambas tecnologías buscan llevar internet a zonas remotas. Starlink, de SpaceX, utiliza una red de satélites en órbita baja. Requiere una antena específica, cuesta 599 dólares y ofrece planes de entre 80 y 165 dólares mensuales, con velocidades de 50 a 250 Mbps.
Taara, en cambio, funciona desde tierra. Sus enlaces alcanzan hasta 20 Gbps y ya está activo en países como India, Kenia, Fiyi y Estados Unidos. Aunque no está disponible para el público general, sus costos de instalación son menores: entre 1.000 y 2.000 dólares por kilómetro, frente a los más de 10.000 que puede costar la fibra en zonas difíciles.
Starlink destaca por su cobertura global y movilidad, mientras que Taara es más eficaz para conectar puntos fijos donde el cableado es inviable.
¿Puede llegar al usuario final?
Actualmente, el servicio está dirigido a operadores, gobiernos y grandes empresas. Sin embargo, en Ghana y Kenia, el programa Taara Share permite a emprendedores revender conectividad en sus comunidades. Más de 20 mil personas y 300 pequeños negocios han accedido a internet de esta forma.
También ha colaborado con proveedores locales para reducir costos en ciudades como Kinshasa. Así, aunque no llega directamente a los hogares, la tecnología ya mejora el acceso en zonas olvidadas.
Lo que viene
Con el espectro de radio cada vez más saturado y la demanda de datos en aumento, esta tecnología se perfila como una opción relevante en el futuro de las telecomunicaciones. Su independencia como empresa, el desarrollo de un chip fotónico más eficiente y su enfoque adaptable la convierten en una solución prometedora. Si se consolida, podría no solo conectar regiones hoy desconectadas, sino también transformar la forma en que se diseñan las redes del futuro.
Imagen: Generada con IA / ChatGPT