El celular se ha convertido en una herramienta indispensable para estudiar, trabajar, informarse y estar en contacto con los demás; sin embargo, su uso constante también está teniendo efectos que no siempre son visibles a simple vista. En los últimos años, psicólogos y neurocientíficos han empezado a hablar de un fenómeno creciente: la ansiedad digital.
No se trata solo de distracción o cansancio visual; esta sobrecarga tecnológica puede generar dificultades para concentrarse, fatiga mental e incluso alteraciones en el estado de ánimo. Un estudio publicado en BMJ Open, que analizó a estudiantes universitarios, encontró una relación entre el tiempo prolongado frente a la pantalla y síntomas de ansiedad y depresión.
Uno de los elementos más problemáticos son las notificaciones; cada alerta activa una respuesta de estrés en el cuerpo, eleva el nivel de cortisol y mantiene al sistema nervioso en un estado de alerta constante. Esta estimulación repetitiva puede derivar en irritabilidad, insomnio y sensación de agotamiento al final del día.
A esto se suma el hábito de hacer varias cosas al mismo tiempo en el celular; responder mensajes, revisar correos y navegar por redes sociales de manera simultánea exige una carga mental que termina afectando la memoria, el enfoque y la sensación de control sobre el tiempo. En lugar de ser más productivas, muchas personas terminan más dispersas y más cansadas.
Otro punto clave es la falta de pausas reales; el teléfono acompaña a las personas desde que se despiertan hasta que se acuestan. Esta conexión ininterrumpida deja poco espacio para el silencio, el descanso o la introspección; sin esos momentos de pausa, el cuerpo y la mente no logran recuperarse adecuadamente, lo que puede derivar en trastornos del sueño y agotamiento emocional.
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Ante estos desafíos, algunas marcas han empezado a pensar la tecnología desde otra perspectiva; no se trata solo de ofrecer mejores cámaras o mayor rendimiento, sino de integrar herramientas que ayuden al usuario a tener una relación más equilibrada con su dispositivo. Honor es una de las compañías que está desarrollando funciones orientadas al bienestar digital.
Los celulares de esta marca incluyen modos específicos como “descanso” y “concentración”, que permiten silenciar notificaciones durante reuniones, horas de estudio o momentos personales. También integran un “modo nocturno circadiano” que ajusta la luz de la pantalla para reducir la exposición a luz azul en la noche y facilitar el sueño.
Además, la función “Bienestar Digital” ofrece un resumen detallado del uso diario del dispositivo; allí es posible ver cuánto tiempo se pasa frente a la pantalla, cuáles son las apps más utilizadas, cuántas veces se desbloquea el celular e incluso cuántas veces se posponen alarmas o recordatorios.
Con base en esta información, el usuario puede establecer límites de tiempo para ciertas aplicaciones o definir horarios sin celular, por ejemplo, durante las horas de sueño. Cuando se alcanza el límite, las apps se bloquean temporalmente; si bien pueden extenderse, el sistema funciona como un recordatorio útil para moderar el uso.
El celular no es el enemigo; el problema aparece cuando su uso interrumpe el descanso, la concentración y la salud mental. Contar con herramientas que fomenten un uso más consciente puede marcar la diferencia; más que desconectarse por completo, se trata de aprender a tener momentos de pausa y a usar la tecnología de forma más saludable.
Imagen: Generada con IA