Los 10 pecados casi mortales en Twitter (parte II)

Twitter con solo 5 años de estar en Internet se convirtió en la red social de microblogging más importante del mundo. Foto: inju (vía Flickr).
¿Le gustaría ser en Twitter tan famoso como @davidbisbal o Alicia Machado, ser como ellos el inspirador de un 'hashtag', o parecerse a ciertos políticos en campaña? No es buena idea. Conozca estos pecados twitteros y evítelos.
Twitter con solo 5 años de estar en Internet se convirtió en la red social de microblogging más importante del mundo. Foto: inju (vía Flickr).

Si Twitter está cumpliendo sus primeros 5 años (aunque fue en julio de 2006 cuando se hizo público el primer tweet), ¿qué tal darle como regalo el ser mejores twitteros?

La red de microblogging ha atraído a más de 220 millones de usuarios, pero puede ser mucho más valiosa si se aprovecha a fondo siguiendo pautas y usando algunas herramientas, con seguridad será aún más valiosa para todos.

Además, hay errores que ningún twittero debería cometer. Ayer compartimos los primeros 5 pecados de un twittero, y aquí están los restantes pecados, casi imperdonables, que cometen seres anónimos y también los famosos, y que usted debería tratar de evitar para no tener que pagar culpas o castigos:

6.  Ser como los políticos de los monólogos.

Hace un par de semanas, ENTER.CO publicó un análisis acerca de si las redes están en contra o a favor de los gobiernos. Pues bien, un buen porcentaje de gobernantes o personajes de la política utilizan Twitter como estrategia de comunicación, sobre todo cuando están en campaña.

Pese a esto, muchos de ellos no tienen la asesoría suficiente y terminan usando mal la red social. Entre los errores que cometen en Twitter se encuentra el hecho de saturar a sus seguidores con mensajes alusivos a sus estrategias o propuestas políticas –incluidos los tweets con el error del punto anterior: «Estoy comiendo sancocho con mis copartidarios en Flandes»–.

En otros casos, los políticos cuentan con miles de seguidores, pero siguen a muy pocos twitteros y no interactúan con ellos, o se limitan a lanzar mensajes y cuando un seguidor les pregunta algo, en la mayoría de ocasiones no responden. Es decir, usan Twitter de manera unidireccional: utilizan una plataforma nueva con las mismas viejas prácticas de la comunicación política, y desperdician uno de los grandes beneficios de la Web Social, la comunicación horizontal. Algunos los llaman ‘autistas’, pero es más preciso llamarlos ‘fanáticos de los monólogos’.

7. No pensar antes de twittear, sobre todo sobre tragedias humanas.

No solo hay que tener cuidado con los contenidos de los demás: es inteligente cuidar la lengua (o mejor, los dedos) cuando uno publica algo en Twitter, no solo por seguridad, sino también por dignidad. En Twitter lo que uno dice se mueve quizás más rápido que en cualquier otra red social, por lo cual es mucho más fácil quedar en ridículo o ser malentendido por docenas, cientos o incluso miles de personas (y peor aún si usted es un personaje famoso o un líder de opinión).

Además de aquellos que no atienden las reglas del lenguaje, en Twitter abundan las personas que, al hablar de un tema, reflejan su gran ignorancia, falta de tacto o indolencia. Algunos de los mejores ejemplos vienen de personajes famosos, sobre todo artistas, pero todo el mundo puede cometer errores de tal magnitud y a pagar por ellos con cada fibra del orgullo personal.

Ejemplos de este pecado abundan, sobre todo los relacionados con desastres naturales y crisis sociales y políticas. Podríamos escribir un libro con ellos, y los famosos llenarían la mayoría de los capítulos(son ellos justamente a los que esta clase de mensajes no se les perdona).

A la exreina Alicia Machado se le ocurrió pedir “una oración por la paz: que estos ataques entre las Chinas no empeoren”. En referencia a las tensiones que se vivieron entre Corea del Norte y del Sur el año pasado. Apenas public el ‘tweet’, los usuarios de la red social no tuvieron piedad de ella y reprocharon con críticas de burla el error que cometió. Su confusión tuvo tanto impacto y su reacción fue tan inapropiada, que las burlas y ataques llevaron a la exreina a cerrar su cuenta en Twitter.

Recientemente, las crisis de Egipto y Japón también pusieron en la mira a artistas internacionales por sus imperdonables tweets. El español David Bisbal escribió: «Nunca se han visto las pirámides de Egipto tan poco transitadas, ojalá que pronto se acabe la revuelta«. Lo peor fue que, tras las primeras críticas, empezó a insultar a quienes se burlaron de él, lo que dio origen a un ‘hashtag’ que aún hoy es muy popular: #turismobisbal, e incluso al sitio web Turismobisbal.com.

El día de la tragedia en Japón, a la cantante mexicana Dulce María no se le ocurrió un tweet más ‘oportuno’ que este (con errores incluidos): «Como un tsumani en japon ,puede hacer q tus olas me revuelquen el maldito corazon…«. Los insultos y las burlas no se hicieron esperar, la cantante explicó que había querido hacer un tweet romántico y le salió muy mal, pero aunque se excusó, no se salvó de contar con su propio ‘hashtag’, #DulceMariaStyle.

Un caso colombiano es el de Érika Fontalvo, quien puso en su Twitter: «Me ataca el hambre, me falta el desayuno. Adoraría chocolate con arepa dulce y dedito de queso. ¿Ya habrán comido algo los damnificados?«. Los usuarios reprocharon sin piedad el comentario de la periodista, que asumió el error con altura, se excusó y salió bien librada –algo que, como se puede ver en los ejemplos anteriores, no muy común cuando los personajes públicos se equivocan–.

Finalmente, este ejemplo muestra que no se necesita escribir sobre una tragedia para echarse el mundo encima con un tweet. El protagonista es Vladimir Flórez, Vladdo, quien en un arranque probablemente de egocentrismo, prácticamente reclamó los derechos de autor sobre un ‘hashtag’, #twinto. «Al twitero de @elcolombiano se le informa que el #twinto es un invento de un periodicaturista de Bogotá. Un poco de originalidad no sobra», escribió, y no solo se ganó las críticas y burlas de la comunidad twittera, sino que dio pie al ‘hashtag’ #VladdoStyle, que se usa cuando alguien quiere patentar algo en Twitter.

Si usted no es famoso, tal vez pueda salir impune de un tweet de este tipo, pero lo mejor es que sea prudente con lo que dice, o podría, como mínimo, dar pie a un ‘hashtag’ entre sus conocidos por razones poco deseables.

8. Confiarse en las fechas especiales.

Fechas como Navidad, San Valentín, final del Mundial de Fútbol Suráfrica 2010, el Día Internacional de la Mujer, se convierten en ‘trending topics’ en Twitter. Sin embargo, también están entre los más peligrosos, no solo porque los ciberatacantes están utilizando cada vez más las redes sociales para transmitir malware, sino porque se convierten en una plataforma eficaz para llevar a cabo fraude electrónico y estafar a más de un usuario con base en los datos que hacen públicos a través de sus propios mensajes. Febrero, por ejemplo, fue un mes negro en Twitter, por el día de San Valentín.

Las firmas especializadas en seguridad informática no dejan de alertar a los usuarios para que la red social no sea utilizada para revelar información personal relacionada con fechas de nacimiento y números que pueden, en algún momento, ser utilizados como claves de cuentas bancarias.

9. Darles pistas a los delincuentes.

El lado más oscuro de las redes sociales es el que le dan los criminales. Hay varios ejemplos de personas que han sido víctimas de delitos –incluso, a costa de su propia vida– por no tomarse en serio su seguridad en una red social. Y aunque Facebook representa un riesgo mayor, pues allí se depositan datos personales que en Twitter no, uno de los principales errores que no debería cometer en Twitter es tomarse a la ligera su seguridad.

Hay varias formas de caer en este error. Una de las más comunes es revelar demasiado en esos 140 caracteres. Nunca es bueno ser excesivamente preciso en una red social cuando se trata de la vida personal. Por ejemplo, no es inteligente contarle al mundo entero que uno viaja y que la casa estará sola. Tampoco es buena idea revelar detalles personales, como teléfonos y direcciones.

La opción de geolocalización, que permite ubicar geográficamente desde dónde se ha enviado un tweet, es muy atractiva y tiene usos útiles, pero no siempre será segura. La prudencia es la mejor consejera a la hora de decidir cuándo se geolocaliza un tweet y cuándo no.

Además de tener cuidad con lo que se dice, hay que estar pendiente de las amenazas tradicionales que se encuentran en las redes sociales. Los peligros como la ingeniería social y el malware están dentro de las amenazas informáticas más grandes de 2011, y mientras más crece la popularidad de Twitter, más aumenta el apetito de los criminales por aprovecharse de los más despistados e ingenuos. ¡No sea uno de ellos!

10. Usar Twitter para lo que no es.

Los beneficios de Twitter y de todas las redes sociales como herramientas de comunicación están bien documentados. Twitter ha servido para derrocar dictadores y hasta para perder peso, entre muchas otras cosas positivas. Sin embargo, hay personas que malinterpretan esos beneficios y piensan que, por ser novedoso, usar las redes sociales es la respuesta para todo.

Twitter, por más veloz que sea, no es más inmediato que hacer una llamada telefónica, especialmente si se requiere ayuda urgente, como de la policía (aunque en casos extremos, un tweet pueda ayudar a que otros sean quienes hagan la llamada).

Tampoco está diseñado como algo que alivia la depresión y los problemas siquiátricos de las personas. Hay varios casos de personas que piden ayuda por medio de una red social pensando que por ello van a recibir la atención o ayuda necesaria. Aunque existen finales felices, también hay unos demasiado trágicos que dejan en evidencia que hay ayudas que uno no debería pedir bajo el modelo del ‘crowdsourcing’.

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Carlos Alberto Díaz

Carlos Alberto Díaz

En 2002, cuando terminaba mi bachillerato en el Colegio Militar Caldas, todos los caminos conducían a que mi futuro iba a estar en los batallones del Ejército. Sin embargo, reconozco que para estar en un combate en el monte se necesitan más cojones y, si me dan miedo los ratones, no me imagino cómo saldría a correr si se me apareciera uno de esos ‘roedores’ armados que vemos a diario por la televisión.

Años después me dejé llevar por mi pasión por la radio, las nuevas tecnologías y los medios de comunicación, y comencé a estudiar comunicación social y periodismo. En 2008 busqué mis prácticas en un buen medio y llegué a la Casa Editorial El Tiempo, en donde, un poco frustrado por no cubrir temas de tecnología que siempre me han fascinado, fui periodista en el área de Responsabilidad Social Empresarial y publicaba en medios como Portafolio, el diario Hoy, ADN, Citytv, Eltiempo.com y El Tiempo impreso.

A finales de 2009 ingresé a Portafolio.com.co y cubrí temas de economía, responsabilidad social y, por fin, tecnología. De esta última, para hablar y escribir tengo mucho, y espero que mis contenidos escritos y multimedia sean útiles para que aprendan y se informen sobre este apasionante universo.

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