Sin confianza: es el final para Unity, al menos si quieres desarrollar videojuegos

Unity

Mientras más lo pienso, más me cuesta entender la motivación detrás de la decisión idiota de Unity de cambiar su sistema de precios e imponer el ‘impuesto por instalación’. ¿Cómo pudo justificar la compañía una decisión que tiene el potencial de matar por completo su modelo de negocios? ¿Cómo no pudo ver las consecuencias de sus actos y lo que a largo plazo significa para su modelo de negocios?

La avaricia de Unity

No se trata simplemente de una empresa buscando mejorar sus ingresos. Si Unity hubiera anunciado un incremento en el porcentaje que toma por el uso de su motor sería algo que incomodaría, pero estaría ajustado con la realidad. Los servicios en 2023 han incrementado de precio debido a la inflación. El balance necesario de todo negocio es ofrecer un servicio y esperar a que la persona que lo use tenga éxito y de esa manera lo siga usando. Eventualmente eso puede llevar a un aumento de precios, porque el servicio se ha vuelto fundamental. Pero la lógica detrás de esto es que no debes quebrar o afectar el bolsillo de la persona que está comprando tu producto. 

Pero la decisión de Unity solo grita una cosa: Avaricia. En cierta manera se puede leer como un impuesto al éxito: mientras más personas quieran utilizar tu juego más vamos a tomar de tus ingresos. Tampoco ofrece nada positivo a los desarrolladores, no hay intercambio equivalente entre el nuevo impuesto y lo que se ofrece a los desarrolladores.

Un impuesto desconectado de la realidad

Unity tampoco parece haber pensado en las consecuencias que tendría un impuesto por instalación o en la complejidad de implementarlo sin que suponga a los desarrolladores el perder una parte importante de sus ingresos.

La primera pregunta es cómo diferenciará Unity cada instalación. Hasta donde sabemos, ni Sony, Microsoft, Nintendo o Steam han entrado en un acuerdo con la compañía para entregar esta información. Esto significa que sólo Unity podrá hacer el rastreo y elegir el método que utilice puede estar ajustado a sus objetivos y no a la realidad. Es complicado confiar en ellos considerando los eventos más recientes. 

Pero luego hay que preguntarse: ¿Qué pasa si un grupo decide sabotear un juego e instalarlo en múltiples dispositivos? Como el impuesto no mide el tiempo de juego, sino solo cada instalación esta sería una nueva manera efectiva de ‘matar’ los ingresos de un desarrollador. ¿Qué pasará entonces con los descuentos de plataformas o los festivales de descuento en Steam? Parece imposible que ahora un juego de Unity pueda recibir una rebaja sin que afecte los bolsillos de los desarrolladores.

¿Y por qué cobrar por descarga? Uno de mis juegos favoritos de todos los tiempos es Slay the Spire, que casualmente fue construido con Unity. Lo tengo descargado en mi PC, en mi Switch, en mi portátil, seguramente voy a hacer la inversión para descargarlo en mi celular y si tuviera una Steam Deck ese sería el siguiente destino de descarga … Es la realidad que hoy las personas descargan un mismo título en la mayor cantidad de plataformas posibles.

Se ha perdido la confianza en Unity

Supongamos que Unity recupera la razón y decide dar vuelta atrás a su nueva política de impuestos por descarga. La manera en la que realizó el anuncio y manipuló la situación la deja en un lugar en el que parece que una de las peores decisiones que puede realizar cualquier desarrollador es utilizar su motor.

Para empezar, Unity cambió los términos de servicio un año antes y eliminó el repositorio en Github que contenía una cláusula que permitía a los desarrolladores el mantenerse en la versión actual de Unity en caso de que no quisieran utilizar o acceder a los cambios en el TOS. Estos cambios se realizaron de manera silenciosa, sin compartir los detalles a sus clientes o usuarios.

Este es quizás el punto que para muchos fue el colmo del descaro. La manera en la que, sin previo aviso o sin una advertencia, Unity realizó el anuncio y de paso le dio un ultimátum a cientos de estudios que llevan años realizando proyectos con su motor: “o realizan migraciones y adaptaciones para dejar de usarnos… o están dispuestos a vaciar sus bolsillos”. Difícil ver a una compañía que utiliza los métodos sorpresa de un atracador de barrio como un socio. 

¿Cómo puedes hacer negocios con una compañía que traiciona tu confianza de esta manera? ¿Cómo confiar en que no lo harán de nuevo o que empeorarán todavía más las condiciones?

Unity se disparó a sí mismo en el corazón. Destruyó su reputación, confianza y de paso la marca que había creado como “el mejor lugar para crear videojuegos”. 

Imágenes: Montaje ENTER.CO

 

Jeffrey Ramos González

Jeffrey Ramos González

Mi papá quería que fuera abogado o futbolista. Pero en vez de estudiar o salir a la cancha, me quedé en la casa viendo 'Dragon Ball Z', jugando 'Crash Bandicoot' y leyendo 'Harry Potter'. Así que ahora que toca ganarse la 'papita' me dedico a escribir de lo que sé y me gusta. Soy periodista graduado de la Javeriana, escritor de ficción. He publicado en El Tiempo, Mallpocket, entre otras revistas.

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