Rappi anunció la compra de 4.000 dosis de vacunas para 2.000 rappitenderos. Pero la empresa cuenta con 20.000 domiciliarios en Colombia.
Inicialmente la vacunación contra el COVID-19 se planteó como una necesidad para salir de la emergencia sanitaria y, por ende, un deber y derecho gratuito; de este modo todos tendríamos acceso a las vacunas tan pronto como fuera posible. Por supuesto, como una forma de promoverla y, al mismo, tiempo garantizar el regreso a la normalidad las empresas decidieron comprar sus propias dosis para sus empleados. Las empresas como parte de su compromiso decidieron que sería para todo su personal, como parte de un acuerdo con el gobierno.
Rappi, por su parte, anunció la comprar de 4.000 dosis, que cubrirían 2.000 rappitenderos. Pero la empresa cuenta con aproximadamente 40.000 domiciliarios en su plataforma, esto significa que solo el 5 % será vacunado y las dosis se repartirán en 1.000 para Bogotá, 500 para Medellín, 250 para Cali y 250 para Barranquilla, explicó Juan Sebastián Rozo, director de Asuntos Públicos de la compañía.
Esta división, sin embargo, no cubre la totalidad de repartidores que tienen estas ciudades, así que Rappi tomó la decisión de a manera de un torneo, sin coliseo romano, discursos de emperadores y leones hambrientos, vacunar solo a aquellos Rappitenderos que trabajen más. Sí, en un sistema que no acoge a sus quienes trabajan para ellos en un regimen de salud, prestaciones y otros beneficios que por ley deberían tener ahora los pone a competir. ¡Una vacuna para que el que trabaje más de 8 horas diarias y 45 semanales! ¡La segunda dosis es para el que logró entregar más de 10 pedidos en menos de una hora, pasándose semáforos en rojo y saliéndose de las ciclorrutas!
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Porque de acuerdo a lo que ha explicado Rappi, aquellos que trabajan más están más expuestos, que ciertamente no lo podemos discutir, pero también parece que está propiciando en sus domiciliarios una batalla a muerte en la que deberán trabajar más sin conocer con exactitud qué tan cerca están de alcanzar su meta para entrar a la lista de privilegiados que adquirirán una dosis.
Ante esto, Gerson Bermont, director de Promoción y Prevención del Ministerio de Salud, aseguró en Blu Radio que el compromiso de los importadores de vacunas privados es de vacunar al 100 % de sus trabajadores. Claro, Rappi siempre ha insistido que sus domiciliarios no son empleados, lo que nos deja en una zona gris.
Por su parte, las redes sociales se han llenado de memes y argumentos de la fatal decisión:
Macabra idea de Rappi: poner a trabajadores a competir por una dosis de vacuna al mejor estilo de juegos del hambre.
¿Aprovechan la necesidad de vacunación para aumentar productividad?
Si buscan definición de irrespeto por la dignidad humana y laboral, es esta ¿Quién regula? pic.twitter.com/z2aYMZgSy1
— Carlos Caicedo (@carlosecaicedo) June 30, 2021
Una demostración de la mala idea de dejar el plan de vacunación en manos de privados es lo que pasa hoy con Rappi, que tiene 40 mil repartidores, pero solo vacunará al 5% de ellos, a los que «más presten el servicio». O sea, los que generen ganancias. https://t.co/yRFfSluaRU
— RicardoGonzálezDuque (@RicardoGonDuq) June 29, 2021
Welcome to the hunger games for the vacuna en Rappi. https://t.co/fQ6xIJu6Ig
— Arlette Salas (@arlettemsalase) June 29, 2021
Por supuesto, Rappi es tendencia en Twitter y a diferencia de lo que quisiera cualquier empresa, las críticas a su estrategia de vacunación se han asegurado de mostrar una mala imagen; lo mejor es que no son memes, como tiende a ser la reacción colectiva, son palabras y opiniones fuertes que demuestran la importancia que se le debe dar a este tema.
En ENTER.CO contactamos a Rappi para conocer mejor los criterios con los que se escogerán a los domiciliarios, esperamos que sea uno mucho más humano en donde, a pesar de que la empresa no los considere empleados de la empresa, sigan promoviendo el equilibrio de la vida laboral y personal; donde haya una conciencia del autocuidado y responsabilidad. Ahora, también tienen que dar respuesta al cometario de Bermont sobre la obligatoriedad de vacunar al 100 % de personal y de aquí podría salir una nueva conversación.
Mientras tanto, posiblemente me abstendré de usar los servicios de Rappi y a cada chaleco naranja o maleta que vea en las calles me aseguraré de saludarlo:
Imágenes: Giphy y archivo ENTER.CO.
