En el competitivo mundo empresarial actual, la tecnología juega un papel crucial. Las empresas dependen cada vez más de los sistemas informáticos para llevar a cabo sus operaciones diarias, almacenar información vital y comunicarse con clientes y socios. Sin embargo, esta dependencia tecnológica también las expone a vulnerabilidades.
Las interrupciones en los servicios, ya sea por fallos en los equipos, desastres naturales o errores humanos, pueden tener un impacto devastador en la productividad, la rentabilidad e incluso la reputación de una empresa.
Un estudio reciente de Gtd reveló que el 40% de las interrupciones empresariales son causadas por fallos de hardware. Otros factores, como desastres naturales (20%) y errores humanos (18%), también contribuyen significativamente a la interrupción de las operaciones. Estas cifras resaltan la importancia de contar con una infraestructura tecnológica sólida y confiable que garantice la continuidad del negocio, incluso en situaciones imprevistas.
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Aquí es donde entran en juego los centros de datos. Estas instalaciones, ya sean físicas o virtuales, se han convertido en una herramienta esencial para las empresas que buscan proteger sus datos y garantizar la continuidad de sus operaciones. Los centros de datos físicos ofrecen un entorno seguro y controlado para albergar servidores y equipos de red, mientras que los centros de datos virtuales permiten a las empresas acceder a recursos informáticos a través de Internet sin necesidad de hardware físico.
Ambas opciones tienen sus ventajas. Los centros de datos físicos, como el que Gtd tiene en Medellín, ofrecen alta disponibilidad, sistemas redundantes y medidas de seguridad avanzadas. Además, el centro de datos de Gtd es el primer Green data center en Colombia, operando con energías renovables y minimizando su impacto ambiental.
Por otro lado, los centros de datos virtuales, como el que ofrece Gtd, brindan flexibilidad y escalabilidad. Gracias a la tecnología de Infraestructura Hiperconvergente (HCI), las empresas pueden acceder a recursos informáticos de forma rápida y eficiente, lo que facilita la recuperación de datos en caso de un desastre.
La elección entre un centro de datos físico o virtual dependerá de las necesidades específicas de cada empresa. Sin embargo, lo importante es contar con un plan de recuperación ante desastres que garantice la continuidad del negocio en cualquier circunstancia.