Cuando a Elon Musk se le ocurrió en 2017 que SpaceX podría ser una empresa que, además de cohetes, desarrollara un servicio de conexión a Internet global que no necesitara hacer uso de cables ni fibra óptica, nació la idea de crear Starlink. Pues bien, la empresa, que hasta la fecha cuenta con cerca de 2.400 satélites en órbita y que provee de Internet banda ancha a más de 250.000 usuarios comerciales y militares, está en la mira de las autoridades chinas, quienes consideran que la constelación desplegada por Musk podría representar una amenaza para la seguridad de la nación.
De acuerdo a un documento publicado el pasado abril en la revista Modern Defense Technology, algunos miembros del Instituto de Rastreo y Telecomunicaciones de Pekín, le están pidiendo al ejército de China adoptar un método que sirva a la «eliminación suave y dura», de manera que «algunos satélites de Starlink pierdan sus funciones».
La idea, que gira alrededor de la destrucción del sistema operativo de la constelación de la compañía de Musk, se sostiene sobre la sospecha de que dichos satélites tendrían la capacidad de mejorar, en hasta 100 veces, la velocidad de transmisión de datos de drones estadounidenses y de aviones de combate.
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Aunque se desconoce si el gobierno está implicado directamente en la anterior publicación o si al menos responderá el llamado de los autores, la percepción de amenaza contra China no es nueva. De hecho, en 2021, el país asiático comenzó a sospechar sobre las intenciones detrás del uso de la constelación de satélites, cuando se descubrió que dos de ellos se habían logrado acercar demasiado a la estación espacial china, Tiangong, en julio y octubre de ese año.
Ren Yuanzhen, el autor principal del artículo, debido a la cantidad de satélites que ya operan en la órbita baja y que piensan desplegarse en los próximos meses (Musk dice que pondrá este año 12.000 en total), los militares chinos deberían lanzar un sistema de vigilancia que pueda monitorizar y rastrear todos los satélites de Starlink, los cuales contarían también con «propulsores de iones» que les permiten maniobrar en medio de un ataque y cambiar de órbita a gran velocidad.
Ese detalle, sumado al que sostiene que, independientemente de los ataques que reciba cada satélite, estos pueden moverse de órbita y al mismo tiempo continuar ofreciendo Internet, encendió las alarmas en China porque podría significar una desventaja para la nación «en caso de guerra».
Lo cierto es que Starlink no solo ofrece sus servicios de forma comercial a ciudadanos del común, ya que la compañía también tiene contratos con el Departamento de Defensa de EE.UU. Uno de ellos se dio a principios de este mismo año y se cerró con la finalidad de que se desarrollara una nueva tecnología basada en la plataforma Starlink, la cual lograra rastrear armas hipersónicas en tiempo real para la Agencia de Desarrollo Espacial.
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