Nestlé inicia una reestructuración histórica: 16.000 despidos para acelerar su automatización

Nestlé

La multinacional suiza Nestlé ha anunciado un plan de reestructuración global que incluye el despido de 16.000 empleados, alrededor del 6 % de su fuerza laboral. El movimiento se produce apenas semanas después de que la compañía presentara beneficios del 3,3 % en sus cuentas anuales, lo que ha sorprendido a los mercados y a los trabajadores.

La decisión llega de la mano del nuevo CEO, Philipp Navratil, quien asumió el cargo con la promesa de transformar a Nestlé en una empresa “más ágil, digital y eficiente”. En palabras del propio directivo, “el mundo está cambiando y Nestlé debe cambiar más rápido”. Su plan apunta a una meta ambiciosa, y es la de automatizar gran parte de los procesos internos para reducir costos y acelerar la toma de decisiones.

Ahora bien, de los 16.000 despidos, aproximadamente 12.000 corresponderán a cargos administrativos y de oficina, los llamados white-collar, y el resto se concentrará en manufactura y logística. La empresa estima ahorrar 3.000 millones de francos suizos en los próximos dos años, una cifra superior a la prevista en sus planes iniciales.

Aun con buenos resultados financieros, Nestlé considera que su estructura actual no responde con la suficiente velocidad al entorno competitivo. Por eso, el nuevo plan no se limita a reducir personal: implica digitalizar operaciones, automatizar líneas de producción y fortalecer la analítica de datos para optimizar la gestión de inventarios, distribución y marketing.

La automatización llega al corazón del sector alimentario

El anuncio marca un momento decisivo en una industria históricamente menos asociada a la tecnología. Hasta ahora, los grandes recortes por automatización eran comunes en sectores como la banca, la manufactura avanzada o las tecnológicas. Nestlé rompe ese patrón y abre el debate sobre el futuro del empleo en el sector alimentario.

“El uso de inteligencia artificial, análisis predictivo y robótica nos permitirá liberar recursos para innovar”, dijo Navratil al presentar el plan. Según la compañía, la transformación no busca reemplazar la creatividad humana, sino “redefinir los roles” en áreas donde las tareas repetitivas puedan ser asumidas por sistemas automatizados.

Reacciones e implicaciones

El anuncio generó inquietud entre empleados y sindicatos, que reclaman mayor claridad sobre las regiones afectadas. Nestlé aseguró que el proceso se realizará “con respeto, transparencia y acompañamiento”, aunque no detalló la distribución geográfica de los recortes.

En los mercados financieros, la reacción fue inmediata: las acciones de la compañía subieron más de un 7 % tras conocerse el anuncio, impulsadas por la expectativa de mayores márgenes y eficiencia. Sin embargo, los analistas advierten que el impacto reputacional y la pérdida de capital humano podrían generar tensiones internas a corto plazo.

Por último cabe mencionar que Nestlé no solo ajusta su estructura: envía un mensaje claro al resto del sector. La automatización ya no es una promesa futura, sino una estrategia presente incluso en los gigantes de la alimentación. Lo que hoy ocurre en sus plantas y oficinas podría replicarse en otras multinacionales que enfrentan presiones similares de productividad e innovación.

El reto será comprobar si la eficiencia tecnológica compensa el costo social de miles de despidos. Por ahora, Nestlé ha dejado claro que su nueva receta para el crecimiento incluye menos personal humano y más inteligencia artificial.

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Digna Irene Urrea

Digna Irene Urrea

Comunicadora social y periodista apasionada por las buenas historias, el periodismo literario y el lenguaje audiovisual. Aficionada a la tecnología, la ciencia y la historia.

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