Evaluación: ‘Minecraft Dungeons’ (en construcción)

'Minecraft Dungeons' ofrece una entrada a los dungeon crawlers, pero no captura algunos de los elementos que los jugadores de 'Minecraft' pueden buscar.

Anotación del editor: esta evaluación se escribe omitiendo el componente multijugador del título.

Pasaron miles de horas en Minecraft, antes que el mareo por la perspectiva en primera persona me hiciera rendir. Pero incluso a la distancia, viendo a mis streamers favoritos, tengo claro el encanto de este mundo de bloques. Es posible que sea porque tengo un punto débil por los títulos tipo sandbox. Pero también le doy mérito al hecho de que Mojang ha creado un mundo de aventuras con una estética que funciona: creepers que explotan cuando menos se lo espera, cavernas en el centro de la tierra llenas de tesoros, fortalezas en el fondo del mar, biomas que ofrecen diferentes recursos para tu exploración… este es un buen material para un dungeon crawler.

‘Minecraft Dungeons’ llega para expandir el universo de a bloques creado por Mojang, además de capitalizar en una de las base de jugadores más fieles de los videojuegos. Se trata de un acercamiento tipo Dungeon Crawler. Un sub-género que, para aquellos que no lo conozcan, está principalmente sostenido en exploración de calabozos, derrota jefes y hordas de enemigos para reclamar recompensas y continuar (‘Diablo’, ‘Darkest Dungeon’, ‘Spelunky’).

Y aunque hay méritos enormes en ‘Minecraft Dungeons’ como un juego de dungeon crawler, estos méritos los pierde en detrimento de lo que hace al juego del que toma su estética uno de mis favoritos. Las mecánicas de equipo y ‘especializaciones’ son sencillas de utilizar y aprender, lo que facilita que sea una entrada para principiantes. Al mismo tiempo ofrece muy poco en término de construcción o personalización de las mismas. Sus mapas cuentan con el encanto del mundo y ofrecen aventuras entretenidas, pero al mismo tiempo limitan la exploración en una franquicia que se ha caracterizado por la libertad que ofrece a sus jugadores.

Armando la aventura

Minecraft Dungeons

Una de las cosas que Mojang ha dejado claro es que ‘Minecraft Dungeon’ es un juego pensado para ser un punto de inicio para aquellos menos experimentados del género. Una meta que se siente cumplida, al menos en lo que a los elementos más fundamentales del título se refiere. Por ejemplo, el juego no se sostiene en mecánicas de clases y atributos que agreguen complejidad a la selección de personaje. En vez de eso todas las especializaciones se realizan a través de del equipo que se consigue. Por ejemplo, si quieres ser un tanque que lucha cuerpo a cuerpo puede equipar una armadura que reduzca el daño, aumente vitalidad, juntarla con un martillo que atraiga a los oponentes y artefactos que ayuden a servir de muro. Pero, si lo tuyo es luchar a distancia, puedes cargar con un arco que te permita recuperar flechas, equipar una armadura que potencie el daño a distancia.

También utiliza un sistema de puntos por habilidades, que se consiguen cada vez que aumentas de nivel. Estos bonos los puedes utilizar en tus armas para que estas adquieran efectos pasivos adicionales (aumento de daño, veneno, etc.). Las armas pueden ser ‘desarmadas’ para obtener materiales para comprar otras, y en caso de que hayas invertido puntos estos son regresados por completo. El resultado es un sistema de poco riesgo, en el que vale la pena invertir estos puntos para descubrir estos modelos de juego e identificar cuál es el estilo que mejor se acopla.

Minecraft Dungeons

Pero, por otro lado, las mecánicas para obtener estos botines resultan menos interesantes. La manera más usual es a través de objetos que dejan los monstruos destruidos, pero no hay suficiente variedad en esto como para hacerlo interesante. La segunda es intercambiar esmeraldas (la moneda dentro de ‘Minecraft Dungeons) por cajas de equipo al azar. Lo que resulta algo decepcionante, considerando que muchos pueden esperar más centradas en la recolección de objetos o mezcla de armas que den algo más de control sobre estos equipos.

 ‘Minecraft Dungeon’: entre lo fácil y lo imposible

Minecraft Dungeons

Explorar mazmorras en Minecraft es una aventura con altos y bajos. Por un lado, Mojang consiguió que estéticamente funcione dentro de la lógica del género. Hay algo divertido en despejar olas de Creepers, brujas y otros mobs enemigos. Visualmente, recorrer estas villas, forjas y castillos es un placer. Excepto cuando te das cuenta que, a diferencia del mundo abierto de Minecraft, los calabozos de esta aventura invitan muy poco a la exploración. En todo momento hay una marca que te indica dónde debes ir. Un agregado que, se entienden, debido a que se quiere que sea un título más accesible.

Pero luego está el hecho de que tampoco hay muchos incentivos para desviarse del camino. Hay una serie de cofres escondidos en cada mapa, pero no es algo que el juego te invite a buscar o siquiera te de pistas (además de la pantalla final que entrega el porcentaje de ubicados). Incluso si salir del camino e ir por otras rutas encontrar uno o dos recursos adicionales no parece la mayor motivación para invertir tiempo extra en un nuevo mapa.

El otro punto en el que se ven estos altos y bajos está en la dificultad. : ‘Minecraft Dungeons’ se balancea entre esos momentos en los que es posible pasar sin mayor esfuerzo sus enemigos y aquellos en los que hay que sudar para evitar morir casi de inmediato. Estos saltos a menudo se dan en los jefes, que representan un aumento en la escala de dificultad considerable.

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Es probable que sea porque el juego espere que estos titanes sean enfrentados en grupos, en vez de aventuras solitarias. Pero para aquellos sin una suscripción de Live o que simplemente no cuenten con amigos interesados en invertir resulta en una experiencia algo burda, con momentos que saltan del tedio a la emoción de manera muy poco prometedora. Y, regresando a la anotación sobre el multijugador, es posible que como una experiencia compartida estos elementos se sientan diferentes. Pero como una aventura en solitario, es una advertencia que considero importante.

Y es importante aclarar que esto se dice de la manera más positiva posible. Porque no es que falten motivos para ingresar a ‘Minecraft Dungeons’. En los momentos más lentos y fáciles el juego se mantiene simplemente porque arrasar a través de estas filas de mobs enemigos no pierde gracia. En las batallas de jefe se exige un manejo preciso de las armas y habilidades para intentar sobrevivir lo suficiente. El problema está en que ambos puntos son tan dispares que no siente como una experiencia completa.

¿Y a largo plazo?

La última duda que quiero plantear sobre ‘Minecraft Dungeons’ es su disfrute como ‘Dungeon Crawler’ a largo plazo. El sandbox del que hereda su primer nombre está sostenido en la promesa de que incluso cuando se acaba, queda mucho por hacer. Sus rivales en este subgénero suelen ofrecer promesas similares entregando diferentes incentivos como una dificultad mayor u objetos raros. Ambas cosas están dentro del paquete de Mojang. La preguntan entonces es si son lo suficientemente atractivas para motivar estas incursiones a largo plazo.

En lo personal, intentar revisitar calabozos antiguos con mayor dificultad no probó ser lo suficientemente interesante para motivar mi regreso permanente o incluso motivar la creación de una partida para enfrentar retos más difíciles. Es probable que este elemento varíe de jugador a jugador, pero mis primeras impresiones sienten que ‘Minecraft Dungeons’ todavía no entrega una experiencia tan única, novedosa o divertida como para retener a aquellos que están dando sus primeros pasos en el arte de explorar mazmorras, así como otros que ya están distribuyendo su tiempo explorando calabozos más oscuros o construyendo castillos un bloque a la vez.

Imágenes: Xbox

Jeffrey Ramos González

Jeffrey Ramos González

Mi papá quería que fuera abogado o futbolista. Pero en vez de estudiar o salir a la cancha, me quedé en la casa viendo 'Dragon Ball Z', jugando 'Crash Bandicoot' y leyendo 'Harry Potter'. Así que ahora que toca ganarse la 'papita' me dedico a escribir de lo que sé y me gusta. Soy periodista graduado de la Javeriana, escritor de ficción. He publicado en El Tiempo, Mallpocket, entre otras revistas.

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