Geeks en los Óscar: un historial agridulce

Premios Óscar
Pocos premios han recibido las cintas de ciencia ficción en los Óscar. Imagen: ENTER.CO.
¿Cómo les ha ido a algunas de las más conocidas películas geek de la historia en los Óscar? Les contamos en esta nota.
Premios Óscar
Pocos premios han recibido las cintas de ciencia ficción en los Óscar. Imagen: ENTER.CO.

Aunque las preferencias cinematográficas de los ‘geeks’ suelen ir por caminos diferentes de las de los miembros de la Academia, a veces se ponen de acuerdo. Algunas cintas legendarias para los amantes de los robots, los aliens, los cómics, la tecnología y la ciencia ficción han sido básicamente ignoradas en la entrega de los Óscar, pero otras han corrido con mejor suerte. Para darle a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César, hicimos una lista de algunas de nuestras cintas clásicas ‘geek’ favoritas y consultamos cómo les fue cuando les tocó pasar por la alfombra roja. Aquí el resultado.

Metrópolis (1927)

http://www.youtube.com/watch?v=ZSExdX0tds4

Quizás esta sea la película más conocida de la primera época del cine de ciencia ficción. Dirigida por Fritz Lang y realizada en Alemania, representó varios adelantos técnicos para su tiempo y mostró el clásico repertorio del género: es una historia de amor que ocurre en un mundo fuertemente industrial y tecnificado, que atraviesa tensiones sociales y donde la trama se resuelve con la destrucción de la ciudad. ¿Qué videojuego les vino a la mente? Varios, seguro.

La dirección de arte de la cinta debía recrear un mundo acorde con la trama: una ciudad futurista con robots, túneles secretos, científicos locos y todo lo demás. Lo consiguieron con trucos de cámara, modelos a escala y efectos especiales que hoy son básicos, pero que entonces eran de vanguardia.

La película no fue muy apreciada por sus contemporáneos. Por ejemplo, en una famosa reseña, el escritor H. G. Wells la destruyó: aseguro que «no tiene originalidad, ni pensamiento independiente«, y que su presupuesto, de seis millones de marcos, es un «desperdicio«. Quizás por eso, la Academia básicamente la ignoró: no recibió ninguna nominación.

Pero los fans de la ciencia ficción, y del cine en general, la tenemos en nuestro corazón.Muchos comentaristas cuentan esta como una de las peores omisiones de los Óscar en toda su historia. Pero el hecho de que hoy contemos con una versión restaurada es un logro enorme y un indicador de su importancia: la película fue censurada justo después de su debut en Alemania y algunos de sus rollos originales están perdidos.

King Kong (1933)

Hoy, la historia del simio gigante no nos impresiona. Nos la sabemos de memoria, nos parece cándida y ‘low tech’. Pero imagínense lo que tuvieron que haber sentido los espectadores en 1933, cuando el personaje debutó en los cines. La cinta tomó ocho meses para ser filmada, fue realizada parcialmente con la técnica de ‘stop motion’, se usaron modelos a escala –los colmillos de King Kong medían 25 cm, y sus ojos tenían un diámetro de 30 cm– y en ella se aprovecharon todos los adelantos técnicos de vanguardia en la época. Su presupuesto fue de 672.000 dólares de 1933, lo que equivale a 11,8 millones de dólares de 2012, y su taquilla fue de 1,86 millones de dólares de la época (32,8 millones de hoy).

Pero la Academia no estaba preparada para ella. Su productor, David O’Selznick, intentó que fuera laureada por sus efectos visuales, pero por esa época la categoría no existía: fue creada hasta 1938, cuando se entregó por primera vez como un Reconocimiento Especial. Desde 1939 hasta 1963, se otorgó en combinación con el premio de efectos de sonido, bajo la sombrilla del Reconocimiento Especial a los Efectos Especiales, y en 1964 finalmente se convirtió en una categoría por derecho propio.

2001: Odisea del espacio (1968)

La novela fue escrita por uno de los grandes de la ciencia ficción: Arthur C. Clarke. La película fue producida por uno de los maestros del cine: Stanley Kubrick. La historia construye todo un mundo basado en los viajes espaciales y la tecnología que hay alrededor de ellos, y algunos de los elementos de ese mundo son memorables. ¿Cómo olvidar a HAL 9000, por ejemplo?

Al contrario de otras cintas, ‘Odisea’ busca ser precisa desde el punto de vista científico. Clarke y Kubrick se esforzaron por plasmar correctamente las minucias técnicas de fenómenos como la criogenia, la falta de gravedad y la exposición al vacío; y también intentaron retratar de la forma más plausible que pudieran algunos fenómenos que no conocemos, como la vida extraterrestre. Para ello, incluso acudieron a Carl Sagan como asesor científico, quien les recomendó no mostrarla explícitamente, sino sugerirla. «Me sentí complacido de ver que fui útil«, dijo Sagan después de ver la película.

La Academia esta vez fue medianamente receptiva. Nominó a Kubrick como mejor director, a Kubrick y a Clarke por mejor guión, y a la película por su dirección de arte y efectos visuales. Solo obtuvo ese último, el único que Kubrick consiguió en toda su vida.

Star Wars (1977-2008)

http://www.youtube.com/watch?v=vP_1T4ilm8M

De todas las películas de este listado, esta es la que más cariño ha recibido en la Academia. Sus siete cintas han recibido en total 15 nominaciones y cuatro premios. La más laureada fue la original (1977), que ganó seis premios –dirección de arte, diseño de vestuario, edición, mezcla de sonido, efectos visuales y un Reconocimiento Especial por las voces de los aliens y los robots– y recibió cuatro nominaciones más, entre ellas mejor actor de reparto, mejor director y mejor película.

Además, El imperio contraataca ganó un Óscar a mejor edición de sonido –un galardón que también obtuvo El regreso del Jedi– y un Reconocimiento Especial por sus efectos visuales.

La cinta original fue tan influyente en el momento de su debut como ahora. «Sus espectaculares efectos visuales son los mejores desde 2001: Odisea del espacio«, escribió The Chicago Tribune tras su debut. «Es una película gloriosa que puede ser el mayor hit de 1977, y con certeza es la mejor película del año hasta ahora«, escribió la revista Time en su reseña. Según Box Office Mojo, es la segunda película que más dinero, ajustado a la inflación ha recogido en Estados Unidos en toda la historia: 1.386 millones de dólares. La primera de este escalafón es Gone with the Wind.

Como sabemos, Star Wars lo cambió todo en el cine de ciencia ficción y puso un nuevo estándar para el uso de la tecnología en la realización de películas. Las técnicas inventadas por George Lucas hoy son un estándar de la industria, y lo convirtieron en una de las máximas autoridades sobre efectos visuales en el mundo del cine. Que la saga aun hoy sea popular –y valga tanto dinero– evidencia que, aunque no haya sido de esas cintas que arrasan con los Óscar, tiene un puesto bien ganado en la historia del cine.

Star Trek (1979-2013)

La saga del Capitán Kirk, el doctor Spock y el Enterprise comenzó como una serie de televisión en la década de los sesentas, pero solo hasta 1979 se produjo la primera película. Desde entonces, se han realizado 11 cintas, y una más se estrenará en 2013. Y aunque la serie ha creado o inspirado muchas cosas maravillosas, desde el lenguaje klingon hasta los teléfonos celulares, la Academia solo la ha premiado una vez, y en una categoría de segundo renglón: mejor maquillaje.

La película galardonada fue llamada simplemente Star Trek y salió en 2009. Sin embargo, cuatro de las películas anteriores han obtenido otras 14 nominaciones, principalmente en las áreas de vestuario, maquillaje, música y diseño de sonido. ¿Será que Star Trek Into Darkness, que se estrenará este año, logra vencer la mala racha?

Tron (1982)

Otra película que trazó el camino para los encuentros entre el cine y la tecnología. Producida por Disney, fue la primera cinta en la historia que incluyó animaciones por computador. La trama también es un guiño de frente a la computación, que por entonces se convertía en parte de la cultura popular: un programador queda atrapado en el software de una máquina, y en su camino de salida debe interactuar con ese mundo.

La película fue bien recibida en su momento. Tuvo una taquilla de 74 millones de dólares –143 millones de 2012–, y después fue tremendamente influyente en el cine de ciencia ficción y en la animación digital. No solo por los muchos remakes, parodias y versiones –como la secuela de 2010 , o esta versión de Los Simpson– que se han hecho de ella, sino también porque impuso un precedente que los creadores de otros hitos del cine animado por computador han reconocido. John Lasseter, quien hoy es director creativo de Pixar, dijo en una entrevista que «sin Tron no habría Toy Story«.

Fue otra película que sufrió una injusticia en la gala de los Óscar. En una historia que recuerda lo ocurrido con King Kong, la Academia se negó a nominarla para el premio de mejores efectos visuales. Según su director, Steven Lisberger, la institución «pensó que estábamos haciendo trampa al usar computadores«. Sin embargo, fue nominada para los premios de mejor diseño de vestuario y mejor sonido, pero no ganó. Luego de 14 años, en 1997, hubo un pequeño desquite: Ken Perlin, un matemático que inventó el ‘ruido Perlin‘, un filtro de textura que debutó en Tron, recibió un Reconocimiento Especial al Logro Técnico por inventarlo.

Jurassic Park (1993)

Gracias a Jurassic Park, nuestra generación conoció a los dinosaurios. La cinta puso a los gigantes prehistóricos de moda milenios después de su extinción y disparó una franquicia que vendía desde calcetines hasta atracciones de parque de diversiones. Hasta el Museo Americano de Historia Natural vio cómo su vieja colección de fósiles adquiría un nuevo interés.

Además, puso a volar la imaginación de todos nosotros, e incluso nos llevó a cuestionarnos sobre las posibilidades y los peligros de la ingeniería genética. La película incluso inspiró una investigación científica, que dejó claro que en el mundo real no es posible hacer que los dinosaurios regresen a la vida: el ADN se degrada con el tiempo, y una muestra tan antigua como la de un dinosaurio está tan dañada que es imposible de replicar.

La recreación de los dinosaurios fue un reto técnico que fue solucionado en parte con animaciones por computador y en parte con la construcción de un T-Rex animatrónico. La Academia reconoció el mérito técnico de la cinta, y le entregó los premios por mejores efectos visuales, mejor mezcla de sonido y mejor edición de sonido.

Toy Story (1995-2010)

Cómo olvidar la historia de Woody, Buzz, el señor cara de papa y los demás juguetes de Andy. No solo marcó nuestra infancia, sino la misma historia del cine. Fue la primera película 100% creada por computador, y demostró que la animación digital era una herramienta válida para la cinematografía y que, si el siglo XX de Hollywood estuvo dominado por Warner, Paramount, MGM y Universal, el XXI sería de Pixar, DreamWorks y los estudios digitales.

Realizar la película fue un logro técnico muy importante, y requirió un poder de cómputo enorme para la época. Según revelaron miembros del equipo de Pixar, en 1995, todos los archivos –modelos, renders, algoritmos de animación, texturas y demás– de la cinta original se almacenaron en una granja de discos duros que, sumados, tenían una capacidad total de 1 TB. Renderizar la película final tomó un total de 46 días –cada semana se completaron 3,5 minutos de animación– continuos de cómputo, que se hicieron en una granja que tenía 87 estaciones con procesador de doble núcleo a 100 MHz, y 30 con procesadores de cuatro núcleos a la misma velocidad.

La Academia reconoció esto. En 1996, le entregó a John Lasseter un Reconocimiento Especial «por el desarrollo y la inspirada aplicación de técnicas que hicieron posible el primer largometraje totalmente animado por computador«. Además, también la nominó por mejor guión, mejor canción original y mejor banda sonora. Toy Story 2 (1999) fue nominada por mejor canción, y Toy Story 3 (2010) ganó el premio de mejor canción y mejor película animada.

Independence Day (1996)

http://www.youtube.com/watch?v=9zkG57ojF2Y

Esta película, con un reparto repleto de estrellas y unos efectos especiales que nos asombraron a todos –cómo olvidar la destrucción de la Casa Blanca–, alimentó un poco más la obsesión de la humanidad con los alienígenas. Su director, Ronald Emmerich, y su productor, Dean Devlin, querían hacer una película de aliens en la que estos no vivieran en secreto –como ocurre con la mayoría de las cintas del género–, sino que anunciaran su llegada por la puerta grande. Si atraviesas toda una galaxia para llegar a la Tierra –le preguntaba Emmerich a Deblin–, «¿te esconderías en una granja o harías una gran entrada?«.

La película fue tan anticipada que algunos teatros comenzaron a proyectarla antes de su debut y fue presentada en la portada de la revista Time, que proclamó que la cinta marcaba «el regreso de la ciencia ficción«. Fue la película que más dinero recaudó en 1996, y su taquilla global –817 millones de dólares de 1996, lo que equivale a 1.191,7 millones de dólares de 2012– fue, durante un tiempo, la segunda mayor en la historia.

Sus más de 3.000 tomas con escenas especiales –la mayoría de ellas realizadas con trucos cinematográficos, maquillaje y pólvora– le valieron el Óscar por mejores efectos visuales y la nominación por los efectos de sonido.

Avatar (2009)

A muchos –me incluyo– no les gusta: es una telenovela protagonizada por humanoides azules y grabada en 3D. Pero no se puede negar que es una maravilla tecnológica. Su uso intensivo de la grabación estereoscópica en 3D, que permite capturar dos imágenes en la misma toma y luego procesarlas para que tengan la apariencia de tercera dimensión, fue considerado revolucionario.

Algunos apostaban a que barrería en los Óscar de 2010, pues tenía nueve nominaciones, entre ellas mejor director y mejor película. Además, había sido la gran ganadora de los Globo de Oro, donde se alzó con los galardones a mejor película de drama y mejor director. Sin embargo, la Academia solo le entregó tres estatuillas: mejor dirección de arte, mejores efectos visuales y mejor fotografía. Aun así, le fue mejor que a muchas que merecían mejor suerte.

José Luis Peñarredonda

José Luis Peñarredonda

Un día me preguntaron sobre mis intereses y no supe por dónde empezar. Decidí entonces ponerlos en orden y dibujé un diagrama de Venn para agruparlos a todos: Internet, cine, periodismo, literatura, narración, música, ciencia, fotografía, diseño, política, escritura, filosofía, creatividad... Me di cuenta de que en toda la mitad de ese diagrama, en el punto en el que todos estos círculos confluyen, está la tecnología. Eso me llevó a ENTER.CO. Estudié Periodismo y Filosofía en la U. del Rosario. PGP: http://bit.ly/1Us3JoT

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