Nuevo superlente bate el récord de los microscopios comunes

Con la posibilidad de volverse tan comunes como las cámaras de celular por su bajo costo, los nuevos superlentes podrían 'volver de moda' el mundo microscópico. Imagen: onigiri-kun (vía Flickr).
Hasta ahora ningún lente óptico podía ver objetos más pequeños que 200 nanómetros, un nuevo invento no solo lo hace posible, sino también tan barato, que podría llegar a las escuelas.
Con la posibilidad de volverse tan comunes como las cámaras de celular por su bajo costo, los nuevos superlentes podrían 'volver de moda' el mundo microscópico. Imagen: Onigiri-kun (vía Flickr).

Quizás algún curioso alguna vez se ha preguntado, al ver una imagen de una bacteria o un virus que es más pequeño que una célula normal, cómo hacen los científicos para obtener esas vistas al mundo microscópico.

La respuesta del sentido común es que los lentes de microscopios han avanzado al mismo paso que la tecnología en general en los años recientes, y que seguramente tienen algo que ver con la integración con computadores para lograr lo que antes era imposible.

Pero la verdad es otra.

Hasta ahora los lentes ópticos no veían objetos más pequeños de 200 nanómetros a causa de un límite que tiene la difracción de la luz, por lo que un lente que intentara enfocar algo más pequeño daba resultados negativos.

La alternativa corriente eran los microscopios electrónicos, que usan un rayo de electrones para iluminar un objeto y construir una imagen amplificada. Estos dispositivos son el origen de la mayoría de las imágenes de alta resolución que hoy aparecen de células, virus, bacterias y todo lo demás que los lentes ópticos no logran ver tan bien.

La diferencia principal es que los lentes ópticos dependen de las características de la luz para ver el objeto, mientras el microscopio electrónico se basa en las de los electrones, que tienen características diferentes a los fotones de luz.

Durdu Guney, ingeniero eléctrico de la Universidad de Tecnología de Michigan, ha logrado que sus lentes superen el límite de difracción, y usen la luz natural para ver objetos tan pequeños como 100 nanómetros (el articulo fue publicado en la revista de la American Physical Society).

La clave está en el uso de materiales que no se dan en el mundo natural (llamados metamateriales). El equipo de Guney usa un campo electromagnético sobre la superficie de una lámina de metal, excitando unas partículas llamadas plasmones que pueden superar el límite de difracción al interactuar con el campo magnético.

El resultado no solo es un lente que puede ver, usando el espectro de luz visible, un virus o una célula dentro de una gota de sangre, sino también un material que es barato de producir. Un evento importantísimo si se tienen en cuenta el alto costo de los microscopios electrónicos y su tamaño (el de un escritorio de oficina) lo cual limita su disponibilidad a laboratorios y centros de investigación con fondos suficientes.

Un avance importante si se tienen en cuenta aspectos como la pobreza de equipos de laboratorio en las aulas de escuela, el uso que podría tener en el campo médico y hasta su utilidad en la fabricación y el control de calidad de objetos pequeños como los microchips. Además, este lente le permitiría al público en general tener acceso a un microscopio de alta potencia y resolución.

Como explica Guney, «el acceso del público a microscopios de alto poder es insignificante. Con estos superlentes, todo el mundo puede ser un científico. La gente podría poner imágenes de sus células en Facebook. Hasta podría inspirar el alma científica de la sociedad». Esperemos que así sea.

Sebastián Martínez

Sebastián Martínez

La verdad no me gusta la tecnología. La sigo como un fanático paranoico porque estoy convencido de que los robots van a erigir un imperio mundial algún día. Por eso me dedico a conocer al enemigo íntimamente y no me falta la pelea habitual con uno que otro aparato. Ya he asesinado consolas de juegos, PC, celulares y hasta dispositivos GPS.
Puedo decir, con orgullo, que hasta ahora el mundo no me ha puesto enfrente un robot que no haya podido someter a mi voluntad. Estudié letras y literatura en Estados Unidos para escapar a las exigencias del siglo XXI y la ansiedad de clase media. No me sirvió de mucho, y entonces ahora me dedico la cosa más difícil que he tratado de hacer en mi vida (escribir bien) y prepararme para la futura lucha contra la tecnología desde las filas de ENTER.CO.
PD.
No soy fanboy ni de Apple, ni de Microsoft, ni de Google. Los uso y abuso a todos, incluyendo Linux.

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