Nanorobots, recuerdos y personalidad, son conceptos que ya no pertenecen solo al futuro. Los avances tecnológicos están redefiniendo los límites de lo posible en neurociencia, inteligencia artificial y conciencia humana.
Ray Kurzweil, uno de los pensadores más influyentes en tecnología y futuro, vuelve a desafiar los límites de lo posible. En su nuevo libro La singularidad está más cerca (2025), plantea un escenario en el que la fusión entre mente humana y tecnología será parte de la vida cotidiana.
Entre las proyecciones más impactantes que plantea Kurzweil, destaca el papel de la nanotecnología. Uno de los grandes avances será su capacidad para permitir que nanorobots accedan al cerebro humano y copien recuerdos y rasgos de personalidad. Según sus estimaciones, esto podría suceder a comienzos de la década de 2040. Con esta tecnología, se abriría la posibilidad de crear versiones digitales de una persona casi indistinguibles del original.
Pero no se trataría simplemente de copias. Estas réplicas digitales serían simulaciones capaces de hablar, pensar y reaccionar como el individuo original. Si la identidad se compone de recuerdos e ideas, una réplica precisa también podría considerarse una forma válida de existencia.
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Este escenario sería posible gracias a la convergencia de tecnologías como la inteligencia artificial, la realidad virtual, la biología sintética y la propia nanotecnología. Los duplicados digitales podrían incluso adquirir cuerpos físicos y no limitarse solo a entornos virtuales.
Más allá de la copia de identidad, Kurzweil sostiene que los avances tecnológicos también permitirán extender la conciencia más allá del cuerpo físico. Según él, antes de 2032, por cada año vivido se ganará más de un año de vida, lo que denomina “velocidad de escape de la longevidad”.
Esta proyección plantea interrogantes profundos. Si la identidad es una construcción mental, replicarla permitiría que continuara más allá del cuerpo. Entonces, ¿qué significa realmente ser humano?.
No es el único que lo plantea. Expertos como Nicholas Negroponte, del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), también consideran viable la conexión directa entre el cerebro y las máquinas mediante nanobots. La diferencia está en el enfoque: mientras algunos solo proyectan hipótesis, Kurzweil propone fechas concretas y describe ese futuro como una consecuencia inevitable del progreso.
Puede parecer extremo, pero muchas de sus predicciones ya se han cumplido. Tal vez, el futuro que imagina esté más cerca de lo que pensamos.
Imagen: Generada con IA / ChatGPT