Lo que comenzó como un canal dedicado a la nostalgia terminó convertido en un expediente penal, pues el youtuber italiano Once Were Nerd, reconocido por reseñar consolas portátiles de origen chino, fue intervenido por la policía financiera de su país. Más de treinta dispositivos, su celular y el acceso completo a sus cuentas digitales fueron incautados como parte de una investigación por violación a la ley de derechos de autor.
La acusación, que todavía no ha sido formalizada en juicio, se basa en el artículo 171 ter del código penal italiano, que castiga la promoción de productos que faciliten el uso ilegal de contenido protegido. En este caso, las consolas reseñadas, como las ANBERNIC, TrimUI o Powkiddy, son vistas por las autoridades como puertas de entrada a la piratería. El creador no vendía software, no publicaba ROMs, ni compartía enlaces de descarga. Solo hablaba del hardware.
Ese matiz, sin embargo, no ha impedido que sea objeto de una posible sanción de hasta tres años de prisión y 15.000 euros de multa. El hecho de que sus videos muestren cómo funcionan estos dispositivos sería, según los fiscales, suficiente para considerarlo una forma de “fomento indirecto” de la piratería.
Durante más de dos meses, Once Were Nerd se quedó sin teléfono. Tuvo que reemplazarlo para poder continuar con su trabajo mientras intentaba entender el alcance real de la acusación. No sabe si fue una empresa como Nintendo quien inició el proceso o si se trata de una investigación lanzada de oficio por la Guardia di Finanza. El hecho de que todavía no haya claridad sobre los cargos agrava su situación: las autoridades, por ley, pueden cerrar su canal incluso sin sentencia.
La defensa del youtuber se basa en dos puntos clave. Primero, la ausencia total de vínculos comerciales con los fabricantes de las consolas. No hay pagos, patrocinios ni programas de afiliados. Segundo, el carácter informativo de sus videos, que no enseñan cómo piratear juegos ni promueven ningún software ilegal. Su canal, asegura, se limita a explorar el diseño, la calidad y las capacidades técnicas de los dispositivos.
Este caso ha abierto un debate entre la comunidad de creadores y defensores de la libertad digital. ¿Puede considerarse delito mostrar un producto por el solo hecho de que podría usarse para infringir derechos de autor? ¿Estamos frente a una criminalización del análisis técnico?
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En países como Colombia, donde el interés por las consolas retro y los contenidos sobre emulación también es alto, el caso genera preocupación. Las leyes locales no contemplan con la misma rigidez este tipo de situaciones, pero el precedente europeo podría marcar nuevas tendencias en la regulación de contenido tecnológico.
Más allá del desenlace judicial, el proceso ya tiene un efecto silencioso, ya que otros creadores italianos han comenzado a borrar videos, modificar títulos y evitar cualquier reseña relacionada con dispositivos que emulen consolas clásicas. El miedo no se origina en lo ilegal, sino en lo incierto.
Once Were Nerd ha declarado que, tras lo vivido, no descarta abandonar el país. No por evadir la justicia, sino por la sensación de estar siendo castigado por compartir conocimiento. Una ironía amarga para alguien que construyó su canal desde la pasión por los videojuegos y la tecnología.
El caso sigue en etapa de investigación. Pero su impacto ya se siente más allá de Italia. Porque si mostrar una consola retro en YouTube puede llevarte ante un juez, entonces toda la comunidad digital debería empezar a preguntarse quién define los límites entre lo informativo y lo ilegal. Y por qué.
Imagen: Captura de Pantalla