‘The Last of Us’: Guía visual de los tipos de infectados por Cordyceps para verdaderos fans de la serie

En el devastador universo de The Last of Us, los infectados son el resultado de una epidemia causada por un hongo parasitario conocido como Cordyceps. Esta infección progresa en distintas etapas, cada una más aterradora que la anterior. A medida que el hongo se apodera del cuerpo, la humanidad de los infectados se desvanece gradualmente, transformándolos en criaturas cada vez más agresivas y letales.

¿Qué es el Cordyceps?

Cordyceps es un género de hongos parásitos que afecta principalmente a insectos y otros artrópodos. En el universo de The Last of Us, una cepa evolucionada de este parásito ha desarrollado la capacidad de invadir a los humanos, tomar el control de su cerebro y transformarlos en criaturas hostiles.

Este organismo no solo altera el comportamiento de sus víctimas, sino que también provoca un crecimiento descontrolado en sus cuerpos, acelerando su deshumanización. La infección se transmite por esporas, mordeduras o contacto con fluidos corporales de los infectados. Su habilidad para dominar el sistema nervioso y su constante evolución lo convierten en un enemigo implacable y aterrador.

A continuación, exploramos cada fase de esta infección, desde los primeros síntomas hasta las formas más complejas y peligrosas.

1. Corredores: La primera ola (0 a 2 días)

La infección se manifiesta con rapidez, apenas unas horas o pocos días después del contacto inicial. Los corredores son los infectados más recientes y, aunque aún conservan ciertos rasgos humanos, presentan un notable aumento de agresividad. En esta etapa, el parásito ya ha tomado el control del cerebro, alterando por completo su comportamiento.

Suelen atacar en grupo, lo que incrementa significativamente el peligro que representan. Se distinguen por su velocidad y fuerza, cualidades que les permiten moverse con agilidad y atacar de forma impredecible. Aunque carecen de gran resistencia, su rapidez los convierte en una amenaza considerable, especialmente en espacios abiertos.

 

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2. Acechadores: La oscuridad como aliada (2 semanas a 1 año)

En esta etapa, que puede desarrollarse entre las dos semanas y el año tras la infección, las víctimas evolucionan y se convierten en acechadores. El parásito ha avanzado lo suficiente como para hacerlos no solo agresivos, sino también más astutos. Se desplazan preferentemente en la oscuridad, lo que les permite acercarse a sus presas sin ser detectados.

A menudo se adhieren a superficies y permanecen inmóviles durante largos periodos, aguardando el momento oportuno para atacar. Su capacidad para mantenerse inactivos durante tanto tiempo les brinda una ventaja estratégica en un entorno postapocalíptico, donde la sorpresa es clave. Este tipo de infectado representa una amenaza psicológica constante para los sobrevivientes, que deben permanecer siempre alerta.

3. Chasqueadores: La ceguera y la ecolocalización (1 año o más)

Los chasqueadores representan una de las formas más avanzadas del proceso infeccioso, y su evolución resulta especialmente interesante desde una perspectiva biológica. Tras más de un año de haber sido infectados, el parásito ha crecido hasta destruir completamente sus ojos.

Sin embargo, en lugar de quedar indefensos, han desarrollado un sistema de ecolocalización similar al de los murciélagos, que les permite “ver” a través del sonido. Esta adaptación les permite detectar a sus presas sin necesidad de visión, lo que los convierte en enemigos extremadamente peligrosos en combate. Guiados por el ruido, hacen del sigilo una herramienta esencial para quienes intentan sobrevivir.

4. Gordinflones: Fuerza y resistencia (Varios años)

Los gordinflones, también conocidos como hinchados, son una de las formas más imponentes de infectados. Tras varios años de exposición al Cordyceps, desarrollan una apariencia grotesca y cuerpos enormes recubiertos por un denso manto de tejido fúngico. Aunque su movilidad es limitada, destacan por su fuerza y resistencia excepcionales.

La capa de crecimiento que los envuelve actúa como un blindaje natural, protegiéndolos de la mayoría de los ataques convencionales. A pesar de su lentitud, pueden soportar grandes cantidades de daño, lo que los convierte en una amenaza considerable. Sin embargo, el fuego sigue siendo una de sus pocas debilidades.

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5. Tambaleantes: El poder del entorno (Varios años, en ambientes húmedos)

En ambientes húmedos y fríos, algunos infectados evolucionan hacia los tambaleantes. Su aspecto es similar al de los gordinflones, aunque presentan diferencias importantes. La más notable es su capacidad para liberar al aire grandes cantidades de esporas ácidas, una defensa peligrosa que puede causar quemaduras graves a cualquier ser vivo cercano.

Aunque no poseen la misma resistencia que los gordinflones, su habilidad para atacar a distancia los convierte en una amenaza considerable. Además, su capacidad de adaptación a distintos entornos los hace especialmente impredecibles y peligrosos.

6. Rey Rata: La anomalía colosal (Más de 20 años)

El Rey Rata representa una etapa única y poco común en la evolución de los infectados. Es una mutación gigantesca, resultado de la fusión de múltiples individuos en distintas fases de la infección. Posee una fuerza y resistencia extraordinarias, lo que la convierte en una de las amenazas más temibles.

Su cuerpo, una amalgama de tejido fúngico y restos humanos, le otorga una asombrosa capacidad para resistir daños severos, incluso ataques con fuego. Además, tiene la habilidad de desprender partes infectadas de sí mismo para atacar tanto de forma individual como en conjunto, lo que lo convierte en un enemigo sumamente peligroso.

 

La progresión de los infectados en The Last of Us refleja una fuerza biológica imparable que transforma a los seres humanos en criaturas cada vez más letales. Desde los corredores veloces y rabiosos hasta el colosal Rey Rata, la infección se presenta como una amenaza constante que obliga a los sobrevivientes a adaptarse y resistir en un entorno dominado por el caos.

Cada fase representa un desafío distinto, lo que hace que este universo resulte tan fascinante como aterrador, mientras sus criaturas evolucionan con un propósito implacable de expandir la infección a cada rincón del planeta.

Imagen: Crédito: Fan art inspirado en The Last of Us. Autor desconocido. / Editada por ENTER

Redacción ENTER.CO

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