La Internet ha cambiado la forma en la que consumimos series y películas. La llegada de los servicios de streaming, por ejemplo, anticipa un futuro en el que los planes de cable sean remplazados por paquetes de TV y películas por demanda. De hecho, son pocas las personas pertenecientes a las últimas generaciones que eligen ver su serie favorita a través de un medio diferente a Internet. Con esto, muchos también llevan anticipando por algún tiempo que llegará el momento en el que las salas de cine sean una reliquia del pasado.
Pero una encuesta del servicio PostTrack en los Estados Unidos afirma lo contrario. De acuerdo a esta medición, las personas entre 18 a 24 años hacen parte del mayor segmento que va a las salas de cine, correspondiendo a un cuarto de la población que ha asistido a los teatros para ver algún filme en estreno.
Un resultado interesante, pues indica que las personas jóvenes todavía están interesadas en asistir a las salas de cine, incluso cuando hoy la oferta de entretenimiento es mucho más variada y (en la mayoría de las ocasiones) resulta en una opción mucho más económica.
Los teatros no se irán a ningún lado (todavía)
La encuesta de PostTrack afirma que la razón por la que las personas jóvenes componen el mayor segmento generacional está en que a diferencia de otro tipo de medios, la pantalla grande y los servicios de streaming pueden convivir, no representando una opción binaria para las personas. «Las personas que son dinámicas en su búsqueda del entretenimiento son muy agnósticas en términos de dónde quieren obtener su contenido: Donde esté el bueno, allí estarán», afirma Paul Dergarabedian, analista de Comscore.
Por supuesto, una razón importante por la que los cines siguen siendo relevantes, incluso en las generaciones más jóvenes está en la exclusividad de su contenido. Por ahora, la mayoría de servicios de streaming tiene una colección amplía de películas, pero no cuentan con la posibilidad de lanzamientos simultanéanos (con excepciones contadas, como ‘Roma’). Así, la principal razón por la que estas dos formas de consumir entretenimiento no se cruzan, está en que por ahora suplen necesidades diferentes.
Pero este panorama podría cambiar pronto. El hecho de que una importante parte de la parrilla de películas en cartelera pertenezca a Disney y que esta esté próxima a lanzar su servicio de streaming puede significar que, en un par de año, la plataforma sea el medio a través del cual las personas consuman nuevos estrenos, cortando de por medio el canal de distribución.
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