Anthony Scaramucci, exdirector de comunicaciones de la Casa Blanca, reveló lo que muchos intuían, y es que Elon Musk no simpatiza con Donald Trump. Según comentó, el empresario considera al mandatario un “idiota”, una afirmación que, lejos de sorprender, confirma una postura que ha insinuado durante años a través de actitudes y comentarios indirectos. Aunque nunca lo expresó de forma explícita, su distancia frente al presidente ha sido constante y evidente.
La distancia no declarada
Elon Musk, conocido por su estilo directo y su presencia constante en redes sociales, ha evitado emitir juicios explícitos sobre Donald Trump. Sin embargo, su postura crítica hacia figuras cercanas al presidente ha sido evidente. En abril de 2025, calificó de “imbécil” a Peter Navarro, exasesor económico de Trump, durante una disputa en la red social X.
Aunque el insulto no fue dirigido directamente a Trump, la cercanía ideológica entre ambos permitió que algunos, como Anthony Scaramucci, lo interpretaran como una crítica indirecta al mandatario. Fue precisamente Scaramucci, exfuncionario de la Casa Blanca, quien afirmó públicamente que Musk considera a Trump “un idiota”. Sin embargo, hasta ahora el empresario no ha confirmado ni desmentido dicha afirmación.
Anthony Scaramucci, quien tuvo una breve y polémica participación en la administración estadounidense, compartió estas reflexiones durante una charla en el Hay Festival del Reino Unido. Señaló que Elon Musk nunca se ha identificado con la ideología MAGA (Make America Great Again) y que su pensamiento se acerca más a un enfoque tecnocrático y pragmático, alejado del estilo populista que caracterizó al expresidente.
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Una relación marcada por el desencuentro
Pese a haber compartido espacios de poder e influencia, el vínculo entre Musk y Trump parece haber sido más circunstancial que ideológico. El magnate sudafricano incluso formó parte, brevemente, de un consejo empresarial bajo la administración Trump, pero su salida fue tan rápida como ruidosa, coincidiendo con la retirada de EE.UU. del Acuerdo de París en 2017, una decisión que Musk criticó abiertamente.
Desde entonces, sus caminos se han cruzado más por tensiones que por coincidencias. Participaciones como la de Musk en la campaña para las elecciones judiciales en Wisconsin no hicieron más que confirmar el desajuste entre ambos perfiles. Según reportes de Politico, medio estadounidense especializado en política y asuntos públicos, su presencia fue percibida más como un estorbo que como una ventaja, con asesores republicanos calificando su intervención de “ofensiva” y “desatinada”.
¿Qué dice esto del futuro político de Musk?
Aunque Musk ha coqueteado con la política, su papel sigue siendo el de un actor externo con enorme visibilidad, pero sin una estructura real de poder político. Sus opiniones pesan, sí, pero cada vez menos, como apuntan las encuestas recientes que revelan una pérdida de influencia incluso entre sectores conservadores que alguna vez lo vieron como una figura disruptiva.
Scaramucci, nunca ajeno a la polémica, fue más allá y se atrevió a proyectar un futuro post-Trump en el que el movimiento MAGA perderá fuerza sin su figura central. Nombres como JD Vance y Marco Rubio, según él, no sobrevivirán a esa transición. Un análisis que, si bien puede sonar prematuro, gana fuerza cuando se observa el desgaste interno que sufre el partido republicano.
La revelación sobre lo que Elon Musk piensa realmente de Donald Trump no sorprende tanto por el contenido como por la confirmación. Lo que antes eran indicios, sarcasmos y gestos ahora queda claro que la distancia entre ambos es real, política y personal. Y quizás, más que una ruptura, sea simplemente el reflejo de dos egos demasiado grandes para compartir espacio.
Imagen: Generada con IA / ChatGPT