Inteligencia artificial: «Estos programas o robots son una emulación de la inteligencia humana»

Después del lanzamiento de ChatGPT, han surgido cientos de inteligencias artificiales que prometen ayudarnos en nuestras tareas y a optimizar nuestro tiempo; a la par también han brotado preguntas sobre qué tan peligrosa pueden llegar a ser o si definitivamente hay que hacer una pausa en el desarrollo de esta tecnología. ENTER.CO, habló con Alberto Delgado, profesor de la Universidad Nacional con doctorado en inteligencia artificial y redes neuronales recurrentes aplicadas, de la Universidad de Reading, Inglaterra, para entender un poco lo que está pasando con el ‘boom de las IA’.

Si bien es cierto que el desarrollo de la inteligencia artificial no es de ahora, sino que esto lleva años, ¿por qué hasta ahora explotó?

El desarrollo no ha sido inmediato, no ha sido una cuestión de algunas semanas, digamos, la propuesta inicial de emular la inteligencia humana en máquinas, de modelar matemáticamente aspectos de la inteligencia, y luego estos modelos matemáticos, las ecuaciones y las fórmulas llevarlas a un sistema computacional, surgió en 1955 de un grupo de ingenieros y matemáticos investigadores.

Ha sido posible esta explosión por la disponibilidad de datos e información, en el 55 no la había; para la época no había el poder computacional que existe hoy. Todo lo que se programan en estos modelos son máquinas muy poderosas, mucha velocidad, mucha memoria. Ahora ya hay millones y millones de ejemplos de textos, imágenes y sonidos.

¿Qué tan inteligente es la inteligencia artificial?

Ahí es donde hay que tener cuidado, porque digamos que lo que hacen estas herramientas, estos programas o robots en computadores es una emulación de la inteligencia humana. Entonces han tomado una serie de ejemplos; todo lo que han hecho los seres humanos en en los últimos años y que se ha digitalizado, es decir, todas nuestras respuestas, preguntas, nuestros escritos, ensayos; toda nuestra producción audiovisual y de imágenes, para luego de forma automatizada generar un texto.

La palabra inteligencia artificial la propusieron en el 55 y así se quedó, pero no es una inteligencia humana; como ya dije lo que hace la artificial es emular manifestaciones, procesar estos símbolos, procesar esos datos, o sea, no hay allí emociones, conciencia, sentido común que son cosas nuestras, del ser humano.

Además, hay diferencias muy grandes; nosotros aprendemos con ejemplos, ejemplos pero poquitos, a mí me muestran un gato y yo ya sé que es un gato, a un programa de estos hay que mostrarle millones de ejemplos de lo que es un gato para que aprenda a identificarlo. Entonces emulan aspectos de la inteligencia humana, pero no es inteligencia humana.

La gran pregunta y el debate es si estas máquinas pueden llegar a superar al humano ¿Será posible?

Esa es la pregunta que hay que hacer y que se hace mucha gente; en este momento estamos emulando y será posible que en 50 o 100 años, lleguemos a una inteligencia comparable o superior a la nuestra. No se puede descartar, pero en este momento lo que hay, no es una inteligencia humana; es una una herramienta computacional que procesa datos, símbolos nuestros y lo hace de una manera rápida.

Con la llegada vertiginosa de no solo ChatGPT, sino de cientos de herramientas, ¿es necesario hacer una pausa en el desarrollo de esta tecnología como lo han planteado algunos empresarios?

Has tocado un punto muy importante, y es que las personas del común, las personas de a pie tienen que enterarse de las cosas, de cómo funciona, de qué es y para qué sirve la inteligencia artificial.

La UNESCO ha dicho que hace falta educación general sobre la inteligencia artificial y con eso no quiero decir que tengas que saber sobre fórmulas matemáticas ni de programación, sino de las capacidades y las limitaciones de estas herramientas. Uno de los peligros es, por ejemplo, que el ser humano establezca una relación o que sienta que hay una conciencia, una espiritualidad, porque es muy propio de nosotros humanizar la tecnología. Puede haber consecuencias sin una educación, llegar a reemplazar las relaciones sociales, familiares por un computador es muy peligroso.

Con esto que has mencionado, vuelvo e insisto, ¿es necesaria la pausa?

No, no hay que parar esto, no veo la necesidad de hacerlo, pero si hay una necesidad de educación, de reflexión, de normatividad y de explicarle a las personas, de iniciar la conversación en las sociedades, en los países, y en todos los niveles para entender los peligros, las ventajas y cómo debemos usar estas herramientas.

Hay que trabajar en la legislación hay algunos puntos claves como el tema de la vulnerabilidad de la privacidad, el manejo de los datos, la manipulación o la vigilancia. Hay una serie de cosas puntuales. Seis meses no sirven para nada, esto empezó desde 1955, hace 70 años; seis meses para reflexionar, pues no creo que tenga mucho impacto, porque ya las herramientas están afuera, ya la gente las está usando y ya se empezaron a ver los defectos. Lo que hay que hacer urgente es ponernos a discutir, que los legisladores de cada país busquen la normatividad.

Colombia es un país en vías de desarrollo, tiene problemas sociales, es un país polarizado y tiene de por medio un conflicto armado ¿Cómo está el país frente al boom de la IA? ¿Está preparado para enfrentarse a esta revolución tecnológica?

En Colombia ya están usando algunas herramientas; no importa los recursos del país o la capacidad de computación. Sin embargo, es importante que el país entienda cuáles son las limitaciones y los alcances de la inteligencia artificial. Hay que empezar a legislar sobre el tema porque estas herramientas pueden agravar o mejorar las cosas en el país, es decir, hay que tener en cuenta los efectos sociales, políticos, económicos que estas tecnologías pueden causar.

Tú mencionabas hace un rato el tema de las los empleos, de las personas que pueden ser sustituidas por un programa de estos. La idea no es que haya un reemplazo, sino que las personas aumenten su potencial.

No se necesita tener un Producto Interno Bruto comparable a los países desarrollados, ni tener una infraestructura tecnológica, pero sí entender que estas herramientas pueden llegar al país y pueden afectarnos económicamente, socialmente, políticamente y a nivel psicológico.

No queremos que nos vigilen más, no queremos que nos perfilen ni manipulen; no queremos más polarización y estas herramientas pueden agudizar esto.

Imagen: Pixabay

Digna Irene Urrea

Digna Irene Urrea

Comunicadora social y periodista apasionada por las buenas historias, el periodismo literario y el lenguaje audiovisual. Aficionada a la tecnología, la ciencia y la historia.

View all posts

Archivos