¿Cómo aprende el cerebro humano?

Aprender

El aprendizaje de las máquinas se me hace un tema atractivo, pero no tanto como la fascinación que me produce el órgano que las creó: el cerebro humano. Hasta donde sabemos este es el único órgano que se estudia a sí mismo, según ha dicho Rodolfo Llinás, uno de los neurocientíficos más destacados del país.

*Por: Helena Córtes Gómez, estudiante de Holberton School.

En la Sala Mente del museo de ciencia interactivo del Parque Explora de Medellín, lo destacan como “un universo eléctrico que tiene, por centímetro cúbico, más estrellas que la Vía Láctea”. Lo que significa que tiene muchísimas conexiones neuronales y que, como el universo, es más lo que desconocemos que lo que conocemos de él, lo que hace del aprendizaje un proceso interesante. 

Cada conexión entre neuronas corresponde a un conocimiento nuevo. Incluso en la vejez podemos generar nuevos conocimientos que a su vez tejen más conexiones entre neuronas que cambian la arquitectura cerebral. Como un pájaro que está tejiendo su propio nido, el cerebro se hace a sí mismo. 

Un aprendizaje distorsionado

¿Qué haces cuando no puedes comprender algo? Barbara Oakley, profesora de Ingeniería en la Universidad de Oakland y la McMaster, explica en forma de metáfora en el curso Aprender a aprender de Coursera que cuando los zombies no entienden algo golpean sus cabezas contra la pared. No obstante, agrega, los cerebros vivientes son mucho más complejos: “resulta que si entiendes solo un poco acerca de la información más básica de cómo funciona tu cerebro, podrás aprender más fácilmente y con menos frustración”. 

Al acercarse a un nuevo conocimiento, lo que te puede generar frustración son las expectativas sobre cuánto tiempo y qué cantidad de información debes adquirir, y ese estrés bloquea la creatividad o la espontaneidad, según me contó en una entrevista Laura Restrepo, psicóloga del Centro Educacional Conquistadores. La clave está en preguntarte cómo aprendes y al responder esa pregunta con sinceridad no habrá que recurrir a manuales rígidos sobre cómo estudiar. El aprendizaje significativo aparecerá.

A diferencia de otras academias, en Holberton School, donde estoy formándome en desarrollo de software, se enseña con la convicción de que un problema es el punto de partida para una ágil y buena formación. Allí los participantes experimentamos un aprendizaje más interesante al participar activamente en el proceso propio.

Aprender haciendo

Hay quienes son más visuales, otros solo recuerdan algo cuando están bailando o caminando por la habitación mientras piensan en lo estudiado, o están quienes requieren de estímulos auditivos para que los contenidos se graben en sus cabezas. 

De cualquier manera, poner en práctica lo que se estudia en la teoría da sentido a las ideas en la cotidianidad; así mismo, sucede cuando lo socializas me contaron dos estudiantes de Holberton School en una entrevista. Daniel Cortés, uno de ellos, se dio cuenta de que simplificar un tema complejo para explicarle a otros le ayuda a apropiarse de ideas de manera más profunda.

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Por su parte, Jhon Arias, también programador en formación, lo experimentó desde que está en el colegio. Él había estudiado las capitales del mundo en su clase de geografía, pero no las podía recitar. Solo hasta que unos años después un primo suyo le pidió ayuda para estudiar, se volvió un maestro en el tema. En su caso, la motivación de enseñar a otros fue lo que estimuló su memorización y comprensión.

Al socializar, como lo hacen Jhon y Daniel, estás intercambiando ideas con otros que incluso pueden contradecir las tuyas; esto lo que te obliga a ahondar en la idea o a complementarla. Nosotros, los humanos, tenemos un problema en decir: «No entiendo, no sé».

Los que nos educamos en el sistema educativo tradicional somos muy buenos para hacer lo que nos piden. Pero tomar decisiones, analizar críticamente qué solución elegir cuando ya sabemos que hay más de una respuesta, a algunos nos pone ansiosos. Buscamos la respuesta correcta, olvidando que hay más de una respuesta posible y que varios caminos nos llevan a diversas soluciones.

Picasso no aprendió a pintar en clases magistrales. Y se ha encontrado que es más efectivo aprender mientras se solucionan problemas en el campo que se está estudiando, que ver cómo lo hacen otros en video o de manera presencial.

Ser activo en la tarea de solucionar algo requiere que te enfrentes a asuntos para los que no tienes herramientas, así que se prende la intuición y con el tiempo surgirán conjeturas basadas en argumentos, una de las habilidades que el Foro Económico Mundial cree necesaria en todos los estudiantes del siglo XXI.

Entonces, para apropiarte de tu proceso de conocimiento empieza por preguntarte cómo aprendes, qué te motiva y con quién quisieras conversar sobre tus ideas.

Enter.co/dev  es una colaboración con Coderise.org y Holberton School Colombia para promover la comunidad de programación en Colombia.

Imagen: Van Tay Media (Vía Unsplash). 

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