Un video se volvió viral al mostrar cómo un hacker ético, también conocido como “white hat”, logró interceptar mensajes de WhatsApp, imágenes y audios simplemente conectándose a una red WiFi pública en un centro comercial. La demostración, que ha impactado a miles de usuarios en redes sociales, revela una verdad incómoda: conectarse a una red abierta puede ser mucho más peligroso de lo que parece.
En el clip, el experto en ciberseguridad ejecuta un programa que escanea los datos que circulan por la red local. En menos de un minuto, logra capturar 29 conversaciones, 11 imágenes y varios fragmentos de audio de otras personas que estaban conectadas al mismo WiFi. El objetivo del video, según explica el propio autor, no es alarmar, sino concientizar sobre los riesgos reales que se corren al navegar en redes abiertas sin protección.
Aunque la demostración parece salida de una película de espionaje, lo cierto es que estas técnicas no son nuevas ni requieren equipos sofisticados. Herramientas como Wireshark o programas de sniffing de red pueden ser utilizadas por cualquiera con conocimientos intermedios en informática para interceptar tráfico no cifrado. Y ahí está el verdadero problema: la mayoría de los usuarios no se da cuenta de que su información puede estar viajando sin protección alguna.
¿Qué tan peligroso es usar una red pública?
Conectarse a una red WiFi abierta siempre implica cierto nivel de riesgo, especialmente si no se toman precauciones básicas. Uno de los peligros más comunes es la falsificación de redes. Los atacantes pueden crear redes con nombres similares a los de establecimientos conocidos —como “FreeMall_WiFi” en un centro comercial— para engañar a los usuarios y hacer que se conecten a una red falsa, diseñada para robar información.
Otro riesgo importante es la intercepción del tráfico no cifrado. Aunque muchas aplicaciones modernas utilizan cifrado, aún existen páginas y servicios que operan bajo protocolos inseguros, como HTTP, lo que permite que un atacante pueda espiar los datos que viajan entre el dispositivo y el servidor. Además, algunas redes públicas pueden ser utilizadas para la distribución de malware, al insertar software malicioso en sitios web falsos o archivos que aparentan ser legítimos.
La situación se vuelve aún más preocupante cuando los usuarios realizan operaciones sensibles —como ingresar contraseñas, hacer compras o acceder a su banco en línea— sin saber que pueden estar siendo observados.
¿Cómo protegerse?
Frente a este panorama, los expertos en ciberseguridad recomiendan tomar medidas preventivas básicas pero efectivas. Una de las más importantes es el uso de una VPN (Red Privada Virtual), que cifra todo el tráfico del dispositivo, incluso en redes abiertas. Esta herramienta crea una especie de túnel entre el usuario y el servidor, impidiendo que terceros intercepten los datos.
También es fundamental navegar solo en sitios web que usen HTTPS, fácilmente identificables por el candado que aparece junto a la dirección web. Esta capa adicional de cifrado impide que la información sea visible para posibles atacantes.
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Otra medida prudente es evitar realizar transacciones bancarias o ingresar contraseñas sensibles mientras se está conectado a redes públicas. En su lugar, se recomienda utilizar redes móviles o esperar a estar en una red segura.
Adicionalmente, se aconseja activar la verificación en dos pasos en cuentas importantes, lo que añade una barrera extra frente a intentos de acceso no autorizado. Y, por supuesto, desactivar la conexión automática a redes abiertas puede evitar que el dispositivo se conecte sin consentimiento a redes potencialmente maliciosas.
Imagen: Archivo ENTER.CO