Esta semana se estrena ‘Transformers: El Despertar de las Bestias’ y para ser honestos… es una película entretenida. A estas alturas es demasiado optimista el esperar que una cinta de la franquicia sea algo más que un intento por seguir aprovechando el amor y fascinación que tenemos por estos robots gigantes. Si este es el motivo por el que vas a ver la película no podemos más que desearte que pases un buen rato en el cine. Pero necesitamos decir algo para todos los fans de la serie animada de ‘Beast Wars’:
esta película es un desperdicio de una de las mejores ideas del universo de Transformers.
Los Maximals no son los protagonistas de ‘Beast Wars’. Son, a lo mucho, los personajes secundarios de una historia que los utiliza para justificar el conflicto y luego los descarta sin mayor problema. Ni siquiera aprovecha la premisa única de tener robots que se transforman en animales. En esta historia bien podrían haber sido reemplazados por cualquiera de los otros robots del mundo de Transformers y nada habría cambiado.
Pero eso no es todo: los Maximals se transforman una sola vez al final de la película… y luego (fuera de cámara) regresan a sus formas animales. Esto es todo lo que recibimos de una cinta en la que el espectáculo debería estar en estos robots y que es la principal razón por la que nos emocionamos ante el anuncio de una adaptación para la pantalla grande.
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Tampoco esperen mucho desarrollo de ellos en el filme. Los únicos que tienen más de dos líneas es Optimus Primal y Airazor Cheetor y Rhinox apenas pronuncian palabra o tienen algún indicio de personalidad. Airazor tiene un rol mayor… pero nunca la vemos ser algo más que un ave de metal gigante con intentos de personalidad. Y cualquiera que haya visto la serie animada sabe que los Maximals eran mucho, mucho más que esto.
Por supuesto, tampoco tenemos nada de los Predacons… lo que sigue siendo igual de triste porque después del intento que tuvimos de un T-Rex Transformers en Age of Extinction… nos quedamos con las ganas de un Megatron que muestre lo cool de un robot que utilice el cráneo del ápex predator como un cañón.
Quizás este sigue siendo el problema de las películas de Transformers. Después de Bumblebee teníamos esperanza de que el estudio entendiera que la mejor manera de hacer una película de la franquicia era hacer de los robots en los protagonistas. ¿Recuerdan la escena inicial del anterior filme en Cybertron? Nada de esto se siente de nuevo en esta película que desperdicia la nostalgia de todos los niños de los 90 que veían con la boca abierta estas historias de velociraptors, ratas y arañas transformándose en robots.
Hollywood todavía nos queda debiendo una película de ‘Beast Wars’…. Porque definitivamente esta no lo es.
Imágenes: Paramount
