Nuevo pico y placa en Bogotá para los sábados: estos son los carros a los que aplica y desde cuándo

La Alcaldía de Bogotá se alista para ejecutar una de las decisiones más polémicas en materia de movilidad de los últimos años: a partir del primer semestre de 2026, los vehículos particulares que no estén matriculados en la capital tendrán pico y placa dos sábados al mes. La medida, anunciada por el alcalde Carlos Fernando Galán, modifica de raíz la manera en que los dueños de carros matriculados en otros municipios usan las vías de la ciudad.

El anuncio llega en un contexto en el que Bogotá dejó de ser el principal lugar de matrículas del país; Hoy, solo el 13,7% de los vehículos nuevos se registran en la capital, una caída que contrasta con el 37% registrado hace 12 años. Y aunque el parque automotor nacional continúa creciendo, la ciudad redujo su ritmo hasta casi frenarse, mientras los municipios vecinos avanzan cuatro veces más rápido.

Es así como, tres de cada diez carros que circulan a diario en Bogotá están matriculados por fuera, sin aportar impuestos locales y, al mismo tiempo, generando impactos en tráfico, emisiones y accidentalidad.

La decisión del Distrito se centra en corregir ese desbalance. El argumento es, si un vehículo usa a diario la infraestructura vial, debería estar matriculado en la ciudad que financia esa infraestructura. Desde 2015, Bogotá ha dejado de recibir cerca de 1,1 billones de pesos por vehículos que se matriculan en otros municipios. Ese hueco, según la administración, limita la capacidad de inversión en obras, mejoramientos viales y proyectos de movilidad sostenible.

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Sin embargo, la medida de restringir la circulación dos sábados al mes abre un debate más complejo. Por un lado, afecta a quienes viven fuera de Bogotá pero dependen de la ciudad para trabajar, estudiar o realizar actividades comerciales. Para esos usuarios, un sábado restringido puede implicar reorganizar rutinas, asumir costos de transporte o prever desplazamientos con mayor anticipación. Para muchos, matricular el carro en Bogotá no es una opción sencilla: el impuesto es más alto y algunos municipios han creado incentivos para retener matrículas.

A esto se suma un impacto económico indirecto, ya que los comercios que dependen del flujo de visitantes de municipios vecinos podrían experimentar una caída en ventas durante los fines de semana de restricción. En zonas como Usaquén, Chapinero o Teusaquillo, donde la oferta gastronómica y cultural atrae a residentes de toda la región, el efecto podría sentirse en caja.

Galán insiste en que quienes trasladen su matrícula a Bogotá quedarán exentos de los nuevos sábados de restricción. Pero será una decisión que dependerá del bolsillo y de la percepción de costo-beneficio de cada conductor. Paralelamente, el Distrito incrementará el valor del pico y placa solidario: los vehículos no matriculados en Bogotá dejarán de pagar un 20% adicional y pasarán a pagar un 50%. Una señal que busca presionar aún más el traslado de matrículas hacia la ciudad.

El reto será medir si esta combinación de restricciones e incentivos logra su propósito sin trasladar la carga únicamente al usuario. Las cifras muestran que la ciudad necesita recuperar su capacidad de recaudo automotor. Pero también requieren que la política pública considere la movilidad regional, donde Bogotá y los municipios aledaños funcionan como un solo sistema, no como territorios aislados.

Digna Irene Urrea

Digna Irene Urrea

Comunicadora social y periodista apasionada por las buenas historias, el periodismo literario y el lenguaje audiovisual. Aficionada a la tecnología, la ciencia y la historia.

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