En España, una trabajadora fue despedida mientras estaba de vacaciones y la noticia le llegó por WhatsApp. La empresa había enviado un burofax a su domicilio, pero ella nunca lo recibió. Semanas después, le llegó un mensaje con un documento titulado “Notificación de finiquito”, donde se enteró de que había perdido su empleo.
El Tribunal Superior de Justicia de Canarias revisó el caso y declaró improcedente el despido. Según los magistrados, un despido debe notificarse por escrito, con una explicación clara de los hechos que lo motivan, y el empleador debe demostrar que el trabajador recibió la comunicación. Un mensaje por WhatsApp no cumple con estas exigencias legales.
Como consecuencia, la compañía tuvo que escoger entre pagarle a la trabajadora una indemnización cercana a los 8.320 euros o reincorporarla en las mismas condiciones que tenía antes del despido. El fallo dejó claro que, aunque los medios digitales sean útiles, no garantizan la formalidad que exige la ley.
El caso abrió un debate que también toca a Colombia: ¿qué tan válido es despedir a un trabajador por WhatsApp? En la legislación colombiana, el despido debe estar respaldado por una causa justificada y notificarse de manera clara. Aunque la ley no prohíbe expresamente el uso de medios digitales, sí exige que el acto sea verificable y que el trabajador tenga conocimiento real de la decisión.
El Código Sustantivo del Trabajo establece que un contrato puede terminar por justa causa, pero no define un único canal de comunicación. Lo importante es que el empleador pueda probar que el trabajador fue informado, que entendió los motivos y que tuvo la oportunidad de ejercer su defensa. Un simple mensaje, sin más soporte, podría considerarse insuficiente.
Te puede interesar: ¿Cada cuánto se renueva la cédula digital en Colombia y por qué es necesaria la actualización?
En la práctica, los abogados laborales en Colombia recomiendan que los despidos siempre se documenten de manera formal. Esto incluye la elaboración de una carta firmada y la constancia de entrega, ya sea en físico o a través de un medio digital que deje prueba fehaciente. Sin estas garantías, el despido puede ser demandado y declarado ineficaz por un juez.
El punto central es que el despido es un acto formal y no puede comunicarse de manera ligera. En España, la trabajadora se enteró de la decisión por WhatsApp, pero no tuvo forma de conocer las razones ni de defenderse a tiempo. En Colombia, un escenario similar podría terminar con el empleador obligado a pagar indemnizaciones adicionales o incluso a reintegrar al trabajador.
Esto significa que la tecnología por sí sola no invalida una notificación laboral, pero tampoco la legitima automáticamente. El canal puede ser digital, siempre y cuando cumpla con las condiciones legales de claridad, verificación y oportunidad. Si no, el empleador corre el riesgo de enfrentar demandas costosas.
El caso europeo es un recordatorio de que un error de forma puede ser tan grave como una falta de fondo. Notificar un despido de manera incorrecta puede costar tanto como pagar toda una indemnización. En Colombia, los trabajadores que reciban un despido informal tienen derecho a conservar las pruebas y reclamar ante el Ministerio de Trabajo o ante los jueces laborales.
Ahora, bien cabe mencionar que, despedir a alguien por WhatsApp es posible, pero solo si se acompaña de las formalidades que exige la ley. No basta con un mensaje rápido: se necesita un soporte documental, claridad en las razones y garantías de defensa. De lo contrario, lo que parece un simple trámite digital puede convertirse en un problema legal mucho más costoso.
Imagen: Archivo ENTER.CO