El eco cuántico de Google: Willow demuestra la primera ventaja verificable en la historia de la computación

Durante años, la computación cuántica ha sido una promesa envuelta en teorías, laboratorios y titulares. Pero ahora esa promesa empieza a tomar forma tangible. Google anunció que su nuevo chip Willow logró ejecutar el primer algoritmo cuántico verificable de la historia, capaz de superar el rendimiento de las supercomputadoras más poderosas del planeta. Lo llamaron Quantum Echoes, o Ecos Cuánticos, y su éxito marca un punto de inflexión en la carrera por hacer que la computación cuántica deje de ser un experimento y empiece a tener aplicaciones concretas.

El algoritmo Quantum Echoes funciona con la precisión de un eco diseñado por la física cuántica. Los científicos envían una señal al chip Willow, alteran uno de sus cúbits y luego revierten la secuencia para detectar la respuesta que regresa. Ese “eco” amplificado, producto de la interferencia de ondas cuánticas, permite observar detalles que antes eran imposibles de medir.

“Hasta ahora podíamos ver la sombra de un fenómeno; hoy podemos leer su nombre completo”, explicó Hartmut Neven, líder de Google Quantum AI. Su equipo consiguió que los resultados de Quantum Echoes no solo fueran más rápidos —13.000 veces más que una supercomputadora tradicional—, sino también verificables, es decir, reproducibles en otra máquina cuántica de igual capacidad. Ese factor cambia por completo la conversación: ya no se trata de una demostración puntual, sino de un método que puede comprobarse y repetirse, algo esencial en la ciencia.

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En un experimento paralelo, los investigadores utilizaron esta técnica para analizar la estructura molecular de dos compuestos, de 15 y 28 átomos. Los resultados coincidieron con los obtenidos por la Resonancia Magnética Nuclear (RMN), pero con un nivel de detalle superior. En términos simples, el chip Willow logró “ver” más allá de los límites actuales de la tecnología, abriendo la posibilidad de estudiar cómo se comportan los átomos dentro de una molécula con una nitidez inédita.

El inicio de una nueva etapa

Este avance coloca a Google un paso más cerca de construir una computadora cuántica útil, no solo experimental. Si la RMN permite a los científicos observar la forma de las moléculas, la combinación con computación cuántica podría multiplicar esa capacidad, acelerando el descubrimiento de medicamentos, el diseño de materiales sostenibles y el desarrollo de tecnologías energéticas más eficientes.

Vadim Smelyanskiy, director de Búsqueda de Caminos Cuánticos en Google, comparó el hallazgo con “pasar de mirar el cielo con binoculares a hacerlo con un telescopio orbital”. Esa nueva perspectiva permitirá entender interacciones atómicas y energéticas con una precisión nunca antes alcanzada.

Desde su demostración de supremacía cuántica en 2019, Google ha recorrido un camino de mejoras constantes. El chip Willow no solo reduce drásticamente los errores —uno de los grandes obstáculos del campo—, sino que sienta las bases para la siguiente meta: alcanzar un cúbit lógico de larga duración, capaz de mantener información estable sin degradarse.

El logro de Quantum Echoes no es solo un experimento exitoso, sino una señal clara de que la era cuántica empieza a escucharse con fuerza. Y esta vez, el eco promete no desvanecerse.

Digna Irene Urrea

Digna Irene Urrea

Comunicadora social y periodista apasionada por las buenas historias, el periodismo literario y el lenguaje audiovisual. Aficionada a la tecnología, la ciencia y la historia.

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