YouTube ha comenzado a aplicar de manera estricta las reglas de su suscripción Premium familiar; la medida se centra en controlar que todos los integrantes del plan vivan realmente en el mismo domicilio, condición que antes era pasada por alto en muchos casos. Quienes no cumplan con este requisito verán suspendidos sus beneficios en un plazo de dos semanas.
El plan familiar permite incluir hasta cinco miembros mayores de 13 años y tiene un costo de 22,99 dólares en Estados Unidos (alrededor de 93.000 pesos colombianos). En Europa, el valor se sitúa en 25,99 euros, equivalente a unos 26 dólares o cerca de 105.000 pesos colombianos. En Colombia, el mismo plan cuesta 41.900 pesos mensuales, es decir, alrededor de 10,3 dólares.
La diferencia de precios responde a políticas regionales que ajustan las tarifas al poder adquisitivo local. Sin embargo, la condición de residencia compartida es ahora uniforme y se comprobará con registros electrónicos cada 30 días. Si un integrante del grupo no coincide con la ubicación del administrador, perderá el acceso a las ventajas de Premium.
Más restricciones y menos flexibilidad
El endurecimiento de las normas coloca a YouTube en una línea similar a la de Netflix, que ya limitó el uso compartido de cuentas entre hogares. Para la plataforma de video, la intención es frenar los abusos y garantizar que cada modalidad de pago responda al perfil de usuario previsto, no a acuerdos informales entre amigos o conocidos.
Además del control de ubicación, Google mantiene reglas estrictas para las promociones. Solo los nuevos usuarios pueden acceder a pruebas gratuitas o precios de introducción, y cada método de pago se limita a una sola prueba. Si la suscripción se cancela después de un periodo promocional, la siguiente renovación se cobrará al valor completo.
Las membresías para estudiantes también están reguladas. Se ofrecen con verificación externa y tienen un límite máximo de cuatro años, con revisiones anuales de elegibilidad. Si el usuario deja de cumplir con los requisitos, deberá migrar a una suscripción Premium estándar y pagar la tarifa regular.
¿Cómo impacta a usuarios?
Para los hogares que sí comparten domicilio, la medida no representa cambios en el día a día. Sin embargo, quienes integraban grupos familiares distribuidos en diferentes ciudades, o que utilizaban el plan para compartir con amigos, perderán las funciones de Premium. Esto significa volver a ver anuncios, no poder descargar contenido y limitarse en la reproducción en segundo plano.
La compañía también prueba nuevos formatos, como un plan Premium para dos personas, con un costo intermedio y bajo la misma regla de residencia común. Con ello busca ofrecer alternativas que resulten atractivas sin flexibilizar la condición esencial de compartir ubicación.
En el fondo, la estrategia refleja un cambio de rumbo en la industria del streaming. Servicios que en el pasado toleraban un uso más flexible de las cuentas ahora ajustan sus modelos para garantizar ingresos más estables. YouTube apuesta por reforzar su rentabilidad, aun a costa de limitar prácticas que se habían normalizado entre suscriptores.
Imagen: Archivo ENTER.CO