Por Adrián de la Vega Rodríguez.
Las startups de tecnología climática están recurriendo a la Inteligencia Artificial (IA) para combatir la crisis climática. Sin embargo, a pesar del prometedor potencial de la IA, su implementación presenta desafíos significativos.
Un ejemplo de uso exitoso es AMP Robotics, empresa que utiliza robots impulsados por IA para identificar materiales reciclables, optimizando la reutilización y reduciendo la cantidad de residuos. Además, la inversión en tecnología climática ha incrementado un 89% desde 2021 (de acuerdo con Holon IQ), señalando la importancia que estas soluciones están ganando en el mercado.
Sin embargo, la IA tiene detractores. Algunos critican su uso argumentando que puede causar más daño que bien debido a su complejidad, posibles fallas y consumo significativo de recursos. A pesar de estas preocupaciones, empresas como AMP Robotics han demostrado resultados positivos, ahorrando estimadamente 1.6 millones de toneladas métricas de emisiones de gases de efecto invernadero desde finales de 2021.
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AMP Robotics es solo una entre las más de 44,500 nuevas empresas de tecnología climática que han emergido desde 2010, demostrando la importancia que la IA ha cobrado en el sector. David Rolnick, profesor de ciencias de la computación en la Universidad McGill y experto en aplicaciones de IA a la crisis climática, coincide con esta visión.
La investigación en la que participó Rolnick sugiere que la IA puede transformar datos en información valiosa para diversas aplicaciones críticas. Por ejemplo, puede ayudar a calcular los impactos financieros del daño ambiental, identificar sectores de las cadenas de suministro con alto contenido de carbono y prever las necesidades energéticas de una empresa.
Según Rolnick, cofundador y presidente de Climate Change AI, «El aprovechamiento de estos datos, incluso de una manera relativamente simple, puede potenciar la acción de una manera que los esfuerzos manuales a veces no pueden». Este tipo de aplicaciones son una clara muestra del potencial de la IA para aportar en la lucha contra la crisis climática.
Dentro de este escenario, destacan compañías como Persefoni, una plataforma de gestión de carbono que utiliza la IA para medir las huellas de carbono de sus clientes. Esto permite detectar anomalías y sugerir cambios necesarios para la reducción de las emisiones, lo cual demuestra cómo la IA puede ser aplicada de forma efectiva en la lucha contra el cambio climático. Bancos, empresas de atención médica y fabricantes utilizaron esta plataforma para medir huellas de carbono.
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Sin embargo, el mal uso de estas tecnologías puede también aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero, como en el caso de las compañías de petróleo y gas que utilizan IA para acelerar la extracción de recursos.
Además, los modelos de IA consumen mucha energía. Por ejemplo, los modelos de lenguaje grandes como ChatGPT de OpenAI, requieren cantidades significativas de agua y energía para su entrenamiento. Por ello, las startups están buscando formas de reducir el impacto ambiental de la IA, explorando el uso de energías renovables y algoritmos más eficientes.
Las startups de tecnología climática, equipadas con IA, tienen un papel importante en la lucha contra la crisis climática. Con un enfoque equilibrado y responsable, la IA puede ser una aliada poderosa para garantizar un futuro sostenible para las próximas generaciones.
Imagen: Killari Hotaru vía Unsplash
