Buscar trabajo hoy ya no es lo que era hace cinco años; las hojas de vida no siempre las lee una persona. Las entrevistas pueden ser evaluadas por un algoritmo. Y en lugar de una llamada, lo primero que recibe el candidato es una notificación automática. La inteligencia artificial se ha instalado en los procesos de selección sin pedir permiso, cambiando las reglas sin avisar. Pero en medio de tanta automatización, hay un rol que no desaparece, el del headhunter, que sigue siendo quien entiende lo que ningún software puede detectar.
Más del 40 % de las compañías en el mundo ya integran soluciones de IA para agilizar sus procesos de selección. Y todo apunta a que esa cifra superará el 70 % antes de año y medio. Solo en 2023, este mercado superó los 660 millones de dólares. Frente a esa aceleración, postularse sin una estrategia clara, o sin entender cómo funcionan estos filtros, puede dejar a cualquier candidato fuera de juego, incluso si tiene todo lo necesario.
Alejandro Arévalo, cofundador de T‑Mapp, asegura que usan la “IA para identificar talento más rápido, pero la decisión final no se automatiza. La tecnología es un apoyo, no una sustitución”. Su equipo combina algoritmos con consultores que interpretan lo que los datos no muestran. Según él, los resultados más acertados llegan cuando ambas herramientas, la digital y la humana, trabajan juntas.
Esta alianza ha tomado fuerza en sectores como tecnología, salud, servicios financieros, manufactura avanzada y retail. Allí, donde se buscan perfiles técnicos o se enfrentan procesos de alta rotación, la IA permite avanzar con agilidad. Sin embargo, encontrar la persona indicada para un entorno laboral específico sigue requiriendo sensibilidad, experiencia y conocimiento del cliente.
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También las entrevistas están cambiando. Ya existen plataformas que analizan el tono de voz o las expresiones faciales durante una videollamada. Pero Arévalo es enfático en decir que “una buena conversación, guiada por un consultor con experiencia, sigue siendo más reveladora que cualquier software”.
Para quienes están en búsqueda activa, hay herramientas que ayudan a sortear estos nuevos filtros. Eztrackr, por ejemplo, organiza postulaciones; Enhancv redacta cartas de presentación adaptadas a cada vacante; y Resume Worded permite ajustar la hoja de vida para pasar los escáneres de los ATS (sistemas de seguimiento de candidatos). También hay entrenadores virtuales como Interview Sidekick, que ofrecen retroalimentación en tiempo real.
Sin embargo, un dato de IBM recuerda que hasta el 18 % de los perfiles calificados puede ser descartado por un algoritmo. Por eso, contar con el acompañamiento de un headhunter no es un lujo, es una ventaja competitiva. Como afirma Arévalo, “la IA verifica requisitos, pero nosotros vemos el potencial”.
La OIT estima que quienes combinan ambos recursos, tecnología y asesoría profesional, aumentan en un 50 % sus probabilidades de contratación. Y según PwC, incluso negocian salarios hasta un 15 % más altos. La máquina puede abrir la puerta, pero aún hay decisiones que solo puede tomar alguien que sepa leer más allá de la pantalla.
Imagen: Archivo ENTER.CO