¡Y que la Fuerza te acompañe, querido Chewie!

Cuando hablamos de ‘Star Wars’ es inevitable nombrar a Chewbacca. Hay personajes icónicos de la saga, como los Skywalker, Darth Vader, Han Solo, la princesa Leia, R2-D2, C3-PO y, últimamente, BB-8, entre otros. Sin embargo, ese wookie gigante y peludo, que parece un perro antropomorfo, se roba el corazón desde la primera vez que lo escuchamos gruñir.

Chewbacca habla un complejo lenguaje, que mezcla gruñidos y aullidos, llamado Shyriiwook, que pocas personas, como Han Solo, lograban comprender. Pero todos los demás no necesitamos palabras, no necesitamos entenderlo, para amarlo. Los humanos somos esencialmente visuales y observar a un sujeto que luce como un inmenso perro, nos despierta ternura, por más rudo y gigante que luzca. Y no es gratis: cuando George Lucas estaba ideando al leal y gentil copiloto de Han Solo en el Halcón Milenario, se inspiró en su perro, un alaskan malamute (que se parece a los husky siberianos, pero es más peludo), que llevaba en el asiento del lado mientras conducía su carro.

Pero no es solo su imagen, también es su forma de ser: un guerrero que nunca huyó a ninguna batalla, un gran amigo que nunca dudó en poner su piel para defender a Han Solo, a Luke Skywalker, a Leia Organa, a Rey o a cualquiera de sus amigos y compañeros de aventura. Un ser gentil y amable que se metió en los corazones de todos los fans de ‘Star Wars’. No por nada es el disfraz de Halloween más común entre los fanáticos de la saga.

La maravillosa alma de Chewie

Mucha de la hermosa personalidad de Chewie se la debemos a Peter Mayhew, el actor que lo interpretó desde el ‘Episodio IV: Una nueva esperanza’, la primera película conocida de ‘Star Wars’, que se estrenó en 1977, y hasta el ‘Episodio VII: El despertar de la Fuerza’, de 2015. En esta última tuvo que recibir la ayuda del doble Joonas Suotamo, debido a su deteriorada salud, que le impidió meterse en el peludo traje de Chewie para las siguientes películas, en las que Suotamo tomó su lugar y Mayhew solo fue asesor.

Mayhew, que nació el 19 de mayo de 1944, trabajaba como vigilante en el Hospital King’s College, de Londres, hasta que el productor Charles Scheneer vio sus impresionantes pies y le ofreció el papel de minotauro en ‘Simbad y el ojo de tigre’, de 1977. Luego, un año después de rodar su primera película, le ofrecieron meterse en la piel del wookie de 200 años de edad, el buen Chewbacca, debido a su impactante estatura de 2,14 metros.

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Mientras rodaba, perdió su empleo como vigilante del Hospital King’s College, que recuperó luego de terminar el trabajo de actuación en esa primera película. Mayhew siguió metiéndose en la peluda piel de Chewbacca por muchos años más. Era su alma, su espíritu y su corazón. Lo sabemos de sobra. Los abrazos que daba Chewie a sus amigos, la forma de protegerlos, de mirarlos con amor y de demostrar, con un simple gesto, amabilidad, cariño, dolor y lo mucho que quería a los suyos, todo eso venía de Mayhew, que impregnaba a Chewbacca de su esencia incluso cuando no estaba en el traje, solo con su asesoría lo lograba. Sin Mayhew, Chewie no sería el amado Chewie que todos llevamos en el corazón.

Pero el actor falleció el pasado 30 de abril, a los 74 años de edad, y, aunque Chewie sigue con vida, perdió una parte importante, perdió su alma con la triste muerte de Mayhew. Chewie nunca será el mismo, no será nuestro querido wookie. Sabemos que su esencia ha cambiado, que la Fuerza en su interior ha sufrido una perturbación. Pero nosotros lo seguiremos amando por respeto y agradecimiento a Mayhew. ¡Gracias por todo, querido Peter! ¡Ve y dale un abrazo a tu querida Carrie Fisher, a tu amada Leia, por todos nosotros! ¡Y que la Fuerza te acompañe siempre, eterno Chewie, nuestro amado Chewie!

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Imágenes: Peter Mayhew (vía: Twitter).

Fernando Mejía

Fernando Mejía

Quise ser músico, cineasta, astronauta, científico y poeta, cuando supe que solo me alcanzaba para la última, me hice periodista en el Externado para al menos escribir de todo eso y no defraudar al niño que fui.

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