En una medida que ha despertado entusiasmo en América Latina, Italia ha reforzado su política de ciudadanía por descendencia para quienes porten ciertos apellidos italianos. Aunque no se trata de una “entrega gratuita” de pasaportes, el trámite sí se ha simplificado para miles de personas con raíces italianas. En especial, para quienes puedan rastrear su linaje a través de estos apellidos reconocidos por el Estado italiano.
Según el Ministerio de Asuntos Exteriores de Italia, la ciudadanía por iure sanguinis permite a los descendientes italianos acceder a la nacionalidad sin límite de generaciones, siempre que puedan probar el vínculo. Para quienes lleven apellidos como Ricci, De Giovanni, Bianchi o Esposito, el proceso suele avanzar con mayor fluidez por la trazabilidad y documentación disponible en registros históricos.
- Da Rossa
- Della Giovanna
- Degli Sposti
- Espósito
- Fiore
- Flores
- Giani
- Giovannetti
- Larossa
- Nalesso
- Natale
- Ricci
- Risso
- Sorace
- Soracca
- Soracchi
- Soracco
- Suraci
- Vani
- Vanetto
- Vannicelli
- Vanno
- Zanella
- Zannier
- Zanoli
Esta estrategia busca fortalecer los lazos con la diáspora italiana, que se calcula en más de 80 millones de personas alrededor del mundo. En Colombia, por ejemplo, se estima que hay cerca de 2 millones de ciudadanos con algún grado de ascendencia italiana, según datos del Archivo General de la Nación. Apellidos como Fiore, Rizzo, Bianchini o Natale son más comunes de lo que se cree, especialmente en ciudades como Bogotá, Medellín y Cali.
La “prioridad por apellido” no es automática ni otorga un beneficio directo, pero sí representa una ventaja. Muchos de estos apellidos corresponden a zonas del sur de Italia, como Calabria o Sicilia, desde donde emigraron miles de familias entre los siglos XIX y XX. Su rastro en archivos es más completo, lo que permite a los solicitantes armar expedientes sólidos sin depender de reconstrucciones complejas.
¿Qué debes tener en cuenta para obtenerlo?
Para iniciar el proceso, los interesados deben reunir actas de nacimiento, matrimonio y defunción de su línea ascendente hasta el antepasado italiano. Estos documentos deben estar legalizados y apostillados. Posteriormente, se debe ingresar al sitio del consulado italiano correspondiente y solicitar turno para entregar el expediente. A partir de allí, el trámite puede tardar entre 12 y 36 meses, dependiendo de la ciudad y la carga del consulado.
Un punto clave es la diferencia entre las líneas paterna y materna; por vía paterna, no hay restricción de fechas. En cambio, por vía materna, solo se reconoce la ciudadanía si el hijo nació después del 1 de enero de 1948. Además, las mujeres extranjeras que se casaron con italianos antes de abril de 1983 adquieren automáticamente la ciudadanía.
En Colombia, aunque no hay un censo exacto de personas con estos apellidos, el Registro Único de Extranjería de la Cancillería y bases de datos genealógicas como FamilySearch muestran que apellidos como Bianco, Fiorucci, Larossa o Giannetti tienen presencia notable. Según el portal Forebears.io, apellidos italianos como Rizzo y Ricci figuran entre los más difundidos en Suramérica.
La ciudadanía italiana no solo es una cuestión de identidad, pues implica acceso al sistema educativo y de salud europeo, libertad de movimiento en los 27 países de la UE y oportunidades laborales sin necesidad de visa. Para muchos, representa una nueva vida posible, lejos de las restricciones migratorias habituales.
Imagen: Generada con IA