El sonido que entrena el cerebro: una técnica auditiva ayuda a adultos mayores a concentrarse mejor en tareas digitales

adulto mayor

Escuchar dos tonos distintos, uno en cada oído, podría convertirse en una herramienta poderosa para mantener la mente activa después de los 50 años. Un reciente estudio de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) demostró que los llamados pulsos binaurales, una ilusión auditiva creada por frecuencias ligeramente diferentes, mejoran la atención, reducen la fatiga mental y aumentan la rapidez con la que las personas mayores navegan en entornos digitales.

En Colombia, cerca del 40 % de los mayores de 55 años no realiza trámites en línea por cuenta propia. Aunque la mayoría tiene acceso a internet y dispositivos, los obstáculos no siempre son tecnológicos. Dificultades para mantener la atención o procesar información con rapidez se convierten en una barrera invisible en un mundo cada vez más digitalizado.

De acuerdo con la Fundación Saldarriaga Concha, el 43 % de los adultos mayores asegura no usar internet porque no sabe cómo hacerlo. Y según el DANE, en 2021 solo el 36,4 % de las personas mayores de 65 años contaba con conexión. Para la fonoaudióloga Eliana Alejandra Jiménez Chala, candidata a Magíster en Neurociencias de la UNAL, el verdadero reto está en el cerebro. “Las plataformas digitales no suelen estar pensadas para usuarios cuya atención o velocidad de respuesta es diferente. Quise explorar una estrategia que ayudara a hacer más fácil y agradable esa interacción”, explica.

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Su propuesta se basa en la estimulación con pulsos binaurales. En esta técnica, el cerebro “crea” una tercera frecuencia a partir de dos tonos distintos que se escuchan por separado. En el experimento se usaron sonidos de 200 y 218 Hz, que el cerebro percibió como un nuevo pulso de 18 Hz, correspondiente a la frecuencia beta, asociada con estados de concentración y alerta mental.

“Cuando el cerebro detecta ese ritmo, sincroniza su actividad eléctrica, lo que puede favorecer la atención y prolongar el estado de enfoque”, añade Jiménez.

El estudio involucró a 16 adultos entre 50 y 70 años, quienes realizaron tareas cotidianas en entornos web diseñados especialmente para la investigación: simulaciones de un banco, una farmacia, un supermercado y una tienda de mascotas. En algunas sesiones se usó estimulación binaural y en otras no, para comparar los resultados.

Mientras realizaban las actividades, se registraron sus movimientos oculares mediante un sistema de eye tracking, que permitió medir cuánto tardaban en encontrar la información o cómo distribuían su atención en la pantalla. También se aplicaron cuestionarios sobre esfuerzo mental y percepción subjetiva de la dificultad.

Los resultados fueron contundentes: con los pulsos binaurales, los participantes completaron las tareas con mayor precisión y en menos tiempo. El seguimiento ocular mostró una atención más estable y focalizada, además de una exploración visual más eficiente. Los voluntarios también reportaron sentirse menos fatigados y más seguros durante la navegación.

“El hallazgo más interesante es que las tareas parecían más fáciles. La estimulación no solo mejoró el rendimiento, sino también la experiencia emocional de los usuarios”, señala la investigadora.

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El trabajo se inscribe dentro del campo del neurodiseño, una disciplina que integra neurociencia, psicología y diseño para crear interfaces que se adapten a las capacidades cognitivas de cada persona. “El objetivo es que la tecnología se ajuste al cerebro, y no al revés. No se trata solo de agrandar letras o simplificar botones, sino de entender cómo percibimos y procesamos la información”, explica Jiménez.

El estudio, dirigido por la profesora Judy Costanza Beltrán Rojas, aporta evidencia científica sobre el potencial de la estimulación auditiva como herramienta de inclusión digital y bienestar cognitivo. En un país que envejece rápidamente —para 2050 una de cada cuatro personas en Colombia tendrá más de 60 años—, esta técnica podría convertirse en un aliado para promover un envejecimiento activo.

“Queremos que la tecnología acompañe, no que excluya. Si logramos que las personas mayores se sientan más seguras y cómodas frente a una pantalla, estaremos fortaleciendo no solo su autonomía, sino también su conexión con el mundo”, concluye Jiménez.

Imagen: Riska

Digna Irene Urrea

Digna Irene Urrea

Comunicadora social y periodista apasionada por las buenas historias, el periodismo literario y el lenguaje audiovisual. Aficionada a la tecnología, la ciencia y la historia.

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