Ahora los robots llevan plantas y microorganismos en su interior

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Las nanodrizas flotan en el agua y recogen y envían datos sobre la contaminación de la misma.

Por: Ana María Luzardo

Comúnmente la biotecnología es vista como un campo interdisciplinario producto de la unión entre biología y tecnología. Sus aplicaciones en robots y programas que utilizan sistemas biológicos u organismos vivos, pueden ser una solución a fenómenos como la contaminación ambiental.

En esta nota reseñamos algunas propuestas con las que esta disciplina ha contribuido al cuidado de la naturaleza.

Las plantas nómadas

Existen cientos de innovaciones biotecnológicas en el mundo, entre las cuales vale la pena destacar las plantas nómadas, un proyecto galardonado en la versión 3.0 del Concurso Internacional de Arte y Vida Artificial VIDA -organizado por la Fundación Telefónica- que premia iniciativas a nivel mundial en donde se articulan experimentos científicos con arte y tecnología.

En este proyecto -apoyado no sólo por la Fundación Telefónica, sino también por la Universidad de Guanajuato, la Fundación BBVA Bancomer, la UNAM y la Fundación Jumer- participó un equipo conformado por desarrolladores, programadores, biólogos, arquitectos, diseñadores web, artistas plásticos y comunicadores.

La planta nómada consiste en un ecosistema móvil que incluye un robot biotecnológico conformado por plantas y microorganismos que viven simbióticamente en el cuerpo del robot, más exactamente en su lomo. Su objetivo al estar cerca de los ríos y otras fuentes hídricas contaminadas por los desechos de las ciudades es encontrar el agua residual y procesarla, transformándola en nutrientes y energía.

Para el artista plástico Gilberto Esparza, líder del proyecto, con la planta nómada el agua cumple su ciclo vital además de aportar un granito de arena a la preservación del medio en el que vivimos. Tras más de cuatro años de investigación y pruebas, este dispositivo es capaz de permanecer en un río durante un mes para clasificar cuáles son las especies de bacterias que tiene el río y traducirlas en sonido, una característica que hace que este invento también seo considerado como una instalación artística.

Las señales del sonido, fotografías y otros datos captados por el robot son transmitidas en tiempo real al equipo que monitorea la planta. De esta forma, además de contener microorganismos vivos, el robot también incluye una cámara fotográfica, un sistema de captura de movimiento, osciladores de audio o sistemas capaces de crear cambios periódicos en un medio material como el sonido o en un campo electromagnético como ondas de radio, rayos X, rayos gamma, rayos cósmicos, luz visible y luz infrarroja, y sensores de luz.

Las nanodrizas

Este proyecto (www.nanodrizas.org) fue definido por sus creadores como ‘ecotecnología táctica’, y se entiende como una solución a problemas medioambientales actuales, gracias a sus robots con aspecto de platillo volador que se conectan de forma inalámbrica.

Las nanodrizas flotan en el agua, recogen y envían datos sobre la contaminación de la misma y responden a las condiciones del espacio en el que se encuentran a partir de intervenciones químicas y expresiones acústicas. Al ser dispositivos autónomos, pueden controlar los agentes contaminantes del agua de manera inmediata, generando sonidos y traduciéndolos en información que es enviada a sistemas centralizados de interpretación y visualización, mediante la comunicación inalámbrica que poseen.

Gracias a que liberan remedios bacterianos y enzimáticos ‘in situ’, es posible considerarlas como una alternativa para el tratamiento del agua que va más allá de una experiencia medioambiental multimedia, al intentar curar el agua en el mismo momento en el que identifica el agente contaminante.

Por otro lado se encuentra la estrategia de sensibilización sobre las problemáticas medioambientales que estos dispositivos detectan: el artista mexicano Arcángel Constantini y su equipo de trabajo implementaron un esquema de emisiones sonoras que se pueden percibir en el mismo lugar donde se encuentra ‘la obra’, permitiendo que los datos obtenidos por las nanodrizas puedan ser vistos por personas de todo el mundo en centros de exposiciones o a través de Internet.

Según los curadores de la Fundación Telefónica, que también estudiaron el funcionamiento de las nanodrizas,  “el proyecto ejemplifica una admirable práctica artística holística, de inspiración claramente tecnológica, con una vocación tecnológicamente creativa y al mismo tiempo altamente implicada en historias sociales de gran complejidad, con una actitud de activismo antes los problemas que nos acucian”.

Sobre su hardware, vale la pena mencionar que las nanodrizas están compuestas por varios sistemas, entre los que se encuentran un sistema de energía, un sistema nano-biótico, un sistema sonoro, un sistema de monitoreo, un sistema red sens (o de sensores) y un sistema de propulsión -conformado por dos propulsores basados en motores DC Brushless colocados simétricamente en los extremos- que les permite a estos dispositivos moverse a voluntad logrando giros de 360 grados sobre su propio eje y en cualquier dirección. Estos propulsores, por ir sobre la superficie del agua, impulsan ‘el platillo volador’ con un mínimo de perturbación del agua y sin afectar a los seres vivos que habitan los ríos.

El próximo miércoles 14 de septiembre -en el Planetario de Bogotá- el Instituto Distrital de las Artes (IDARTES) acercará al público en general este proyecto. El evento contará con la participación de Arcángel Constantini, creador de Las Nanodrizas.

Imagen: Jalisco Campus Party (Vía Flickr)

Colaboradores ENTER.CO

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Muchos periodistas y blogueros de Colombia, Latinoamérica y España colaboran esporádicamente con ENTER.CO, aportando su conocimiento y puntos de vista frente al acontecer tecnológico y de Internet.

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