Vulcan, el primer robot de Amazon que “siente” lo que toca ¿Cómo lo lograron?

Cuando se trata de robótica, uno de los mayores desafíos ha sido dotar a las máquinas de la habilidad más simple y cotidiana para los humanos: el tacto. Mientras los robots han aprendido a ver, oír e incluso razonar, aún tropiezan—literalmente—con tareas que requieren destreza. Esa brecha empieza a cerrarse con Vulcan, el nuevo sistema robótico de Amazon integra un verdadero sentido del tacto.

Presentado en Alemania durante el evento “Entregando el Futuro”, Vulcan representa una nueva generación de robots industriales. A diferencia de sus predecesores, que dependían de cámaras, visión artificial y succión, Vulcan puede detectar la presión, calcular fuerza y actuar con delicadeza.

Esto le permite manipular objetos diversos con una precisión comparable a la de un humano. ¿El objetivo? Hacer más seguros y eficientes los centros logísticos de Amazon, donde se preparan millones de pedidos cada día.

¿Qué lo hace diferente?

El gran diferenciador de Vulcan es su “herramienta de extremo de brazo”, una estructura con forma de pinza equipada con sensores de retroalimentación de fuerza. Esta combinación le permite saber cuánta presión aplica al sujetar un objeto, si lo ha empujado demasiado, o si debe detenerse. Además, usa una regla robótica para reacomodar artículos en compartimentos estrechos, evitando dañar otros productos mientras organiza el inventario.

Para la extracción, el robot emplea una cámara y una ventosa montadas sobre un brazo articulado. Este sistema le permite identificar el objeto correcto, evitar errores de coextracción y moverlo sin riesgo. Es decir, no solo sabe qué agarrar, sino cómo hacerlo con el cuidado necesario.

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Esta integración de inteligencia artificial física, combinada con años de pruebas reales, permite que Vulcan actúe con una comprensión intuitiva del entorno. Como un niño que aprende por ensayo y error, Vulcan mejora con cada tarea, acumulando experiencia que lo hace más hábil con el tiempo.

¿Para qué sirve?

Su principal aplicación está en la preparación y almacenamiento de artículos en módulos verticales, muchos de los cuales requieren subir escaleras o agacharse hasta el suelo. Estas tareas, además de repetitivas, pueden ser incómodas y arriesgadas para los empleados. Vulcan se encarga de las posiciones más altas y más bajas, permitiendo que el personal trabaje a una altura ergonómica.

En pruebas actuales, el robot ya manipula el 75 % de los artículos almacenados en los centros de distribución de Amazon, con una velocidad comparable a la de los empleados humanos. Su capacidad para evaluar cuándo no puede realizar una tarea y pedir ayuda a un trabajador añade un nivel de cooperación que no se había visto antes en este tipo de sistemas.

¿Sustitución o colaboración?

Lejos de ser una amenaza directa, Vulcan parece reforzar la narrativa de la automatización colaborativa. En centros de distribución como los de Spokane (EE. UU.) o Hamburgo (Alemania), su implementación ha ido de la mano con una reconfiguración del trabajo humano. Empleados como Kari Freitas Hardy afirman haber asumido funciones más técnicas y aprender nuevas habilidades tras convivir con la tecnología.

Este desarrollo responde a un patrón que Amazon ha seguido durante más de una década, con más de 750.000 robots desplegados y cientos de nuevos roles humanos creados en torno a ellos. La empresa promueve programas como Career Choice para capacitar a sus empleados en campos de alta tecnología, preparando el camino para una convivencia más simétrica entre personas y máquinas.

Imagen: Amazon

Digna Irene Urrea

Digna Irene Urrea

Comunicadora social y periodista apasionada por las buenas historias, el periodismo literario y el lenguaje audiovisual. Aficionada a la tecnología, la ciencia y la historia.

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