JAVIER MÉNDEZ
EDITOR DE TECNOLOGÍA
Las fronteras que existían entre diversos servicios de telecomunicaciones se han desdibujado de una forma sorprendente. Antes uno tenía claro que por la red de fibra óptica del operador de televisión por suscripción le llegaban los canales de TV; por la red de líneas de cobre, la telefonía fija; por la red celular, las llamadas móviles, y así con otras redes y servicios. Hoy todo está tan mezclado que cada vez es más difícil saber a qué mercado pertenece cada operador.
Así, la misma empresa que le lleva la TV por cable también le permite conectarse a Internet y hacer llamadas. Y los celulares ahora sirven para navegar por Internet y en otros países para ver televisión. Esta convergencia transformó el negocio de las telecomunicaciones y ha beneficiado a los consumidores; gracias a ella, por ejemplo, usted puede contratar con un solo operador servicios que antes ofrecían compañías diferentes, y obtiene menores precios por el empaquetamiento.
Sin embargo, los cambios impuestos por la evolución de la tecnología también deben reflejarse en las normas que rigen esta industria para que el avance no se frene, y el gobierno colombiano dio un paso importante en ese sentido la semana pasada al expedir un decreto que busca impulsar el desarrollo del sector y la llegada de nuevos operadores.
El decreto 2870, conocido como ¿de convergencia¿, introduce cambios relevantes. Por ejemplo, se metió con la ¿papa caliente¿ de la desagregación, y definió que los dueños de las redes e instalaciones que se consideren esenciales (como las cabeceras de cable submarino y las líneas que llevan el servicio de Internet a los usuarios) tienen la obligación de abrirlas a terceros a costos razonables. Eso evitará que dicha infraestructura se subutilice y dará más opciones al consumidor.
Se estableció además que los operadores que tengan una posición dominante en el mercado tienen la obligación de ofrecer sus recursos ¿como minutos o ancho de banda¿ al por mayor a terceros para que estos presten servicios a los usuarios. Esto abrirá nuevas posibilidades, como que una entidad financiera le pida a un operador celular que le venda minutos al por mayor para brindar a sus clientes un servicio de banca móvil mediante el cual puedan usar su celular como un medio de pago.
Igualmente, el decreto del Ministerio de Comunicaciones estableció una licencia única (el título habilitante convergente), por medio de la cual los operadores pueden prestar varios servicios que antes requerían licencias independientes. Esto elimina barreras para los inversionistas del sector.
Esta licencia única no cobija los servicios que se otorgaron por ley o licitación, como la TV y la telefonía celular, pero sí los de valor agregado, que son los que generarán muchos nuevos servicios que se verán en el futuro, como contenido de TV por demanda para celulares.
Hay otras medidas ¿como una que permite negociar y ceder bandas del muy escaso espectro radioeléctrico¿, y todas traen buenas noticias para el sector. Pero este es solo un primer paso; ahora la bola pasa al campo de la Comisión de Regulación de Telecomunicaciones (CRT), que tiene la difícil tarea de definir y regular cómo se va a llevar a la práctica todo esto que por ahora solo está en el papel.
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