La billetera en el celular

Por Gonzalo Piñeros

Prisa, afanes, estrés y carreras. Palabras que hacen parte del desayuno de todas las mañanas cuando hay que salir rumbo al trabajo. Pero en medio del agite, antes de cerrar la puerta de la casa no hay que olvidar las llaves, las gafas (para nosotros los miopes), el portátil, el teléfono celular y¿ la billetera por supuesto.

¿Qué lance la primera piedra quien no haya dejado la cartera alguna vez en el apartamento o en su defecto se haya quedado sin dinero en efectivo? Gracias a la tecnología esos ¿dolores de cabeza¿ quedaran en el recuerdo para ser tema de conversación en las charlas nostálgicas entre amigos.

En la actualidad y en varios países del mundo, en especial los orientales como Japón, el celular, además de reunir cámara, agenda, GPS (sistema de posicionamiento global) y otros servicios, es ahora una billetera electrónica. Allí se pueden comprar tiquetes del metro, bebidas, periódicos y revistas, entre otros productos, con solo pasar el celular por un dispositivo lector.

Según la firma de investigación de mercados Consultancy Strategy Analytics, los pagos a través de los teléfonos móviles es un negocio que mueve 900 millones de dólares y su centro de actividad está en Asia. Para el 2011 los cálculos de los analistas predicen que la cifra subirá a 36 mil millones de dólares.

Los primeros ¿monederos¿
¿El sistema de pagos a través del celular se inició hace cerca de seis años en las máquinas expendedoras de refrescos mediante mensajes de textos¿, comentó Sergio Acuña, director de ventas de Nokia para Centroamérica. Se empleaba un sistema de mensajería instantánea para la comunicación entre los aparatos, explicó Acuña, en el cual el usuario enviaba un mensaje con un código desde su celular a una central, que le reenviaba a su vez una orden a la máquina para que liberara el producto. El valor de la compra se descontaba directamente de la cuenta del operador móvil que la persona estuviera afiliada.

La comunicación inalámbrica Bluetooth también ha sido utilizada, como explica Liza Salguero, gerente de mercadeo de negocios de dispositivos móviles de Motorola Colombia: ¿se necesita un teléfono con acceso a Internet y una tarjeta inteligente dentro del celular en la que el usuario configura su tarjeta de crédito para que al conectarse por Bluetooth con la máquina dispensadora, por ejemplo, la compra se debite automáticamente de la cuenta bancaria¿.

Sin embargo, la tecnología Rfid (identificación por radiofrecuencia) parecer ser la elegida por los jugadores de la industria. Este chip inalámbrico, que ha sido bautizado como el remplazo del código de barras, hoy en día se incluye en productos y dispositivos, y permite obtener y guardar información para múltiples tareas: seguimientos de maletas en los aeropuertos, datos médicos de los pacientes de un hospital, y asientos y reservas de boletas para un estadio de fútbol, entre otros (ver recuadro Rfid, a fondo). Además, su popularidad está en alza. Una investigación realizada por IDTechEX reveló que el mercado de etiquetas Rfid crecerá de 2.200 millones de dólares en el 2007 a 12.100 millones de dólares en el 2017.

Jay Hotti, jefe de la oficina de tecnología de redes para transferencias electrónicas de Singapur, opinó en una entrevista al sitio de noticias ZDNet Asia, que el Rfid será una poderosa herramienta en el negocio de pagos por celular que beneficiará a los consumidores y a los fabricantes por costos y beneficios. ¿Con las altas tasas de penetración de telefonía celular, creo que el Rfid se convertiría en la principal tecnología ofrecida por las grandes empresas de telecomunicaciones¿, apuntó Hotti.

Promesa cumplida
En Tokio (Japón), uno de los operadores celulares más grandes del mundo NTT DoCoMo lanzó en el 2004 un sistema de pagos que permitió a sus abonados hacer compras con su tarjeta de crédito, retiros bancarios y registros en algunas aerolíneas, entre otros servicios, gracias a una tarjeta inteligente incorporada en sus celulares. Lo único que tenían que hacer las personas para pagar era pasar su celular.

La tarjeta, que es fabricada por Sony y tiene el nombre de FeliCa, integra un chip de tecnología inalámbrica Rfid que no necesita batería para funcionar, y con solo acercar unos pocos centímetros el teléfono al dispositivo lector la transacción se realiza en 0.1 segundos. El éxito de FeliCa ha sido tal que Sony anunció que en solo 18 meses distribuyó 100 millones de unidades para superar la cifra de los 200 millones de unidades despachadas al cierre de febrero del 2007. Su implementación también ha superado barreras y su uso se ha expandido a China, Singapur, Tailandia e India. El primer teléfono celular que incorporó FeliCa para usar el sistema de NTT DoCoMo fue el F900iC de Fujitsu, y después fue integrado por equipos de otros fabricantes como Panasonic, Mitsubishi y Sony Ericsson.

La tecnología del chip de la tarjeta producida por Sony integra un protocolo de Rfid de corto alcance denominado Near-field communication (ver recuadro ¿NFC, el futuro?) que gana adeptos en la industria. Durante el Congreso Mundial de Telefonía Móvil 3GSM del 2006, Frans van Houten, consejero delegado de Philips Semiconductors, sostuvo que cuando todos los agentes clave de la cadena de valor (consumidores, fabricantes de dispositivos y operadores) reconozcan el potencial de NFC, ¿esperamos que la adopción de mercado se dispare a lo largo de los próximos 12 meses¿. Bondades de una tecnología que recibe, además, luz verde por parte de analistas de mercado: ¿NFC también puede utilizarse simplemente para establecer conexiones inalámbricas seguras con el celular  y otros aparatos empleando el USB inalámbrico, Bluetooth y otras tecnologías de conectividad¿, sostuvo Stan Bruederle, vicepresidente de Gartner Research, en el mismo evento.

 El cambio de chip es total
¿Mi papá retiraba dinero los viernes, ahora yo uso cajeros. La adopción de la nueva tendencia es una cuestión generacional¿, ilustró Sergio Acuña, de Nokia, al comentar sobre la revolución que traerá para la sociedad la masificación del sistema de pagos a través del celular.

¿Hay costumbres y prejuicios que habrá que eliminar con respecto a las compras electrónicas¿, afirmó Liza Salguero, de Samsung, quien reconoció que hoy en día las personas aún sienten recelo y tienen dudas sobre la seguridad de las transacciones virtuales. Por esto, insistió Salguero, habrá que reforzar la comunicación con los usuarios para mejorar los controles, hacer contraseñas más seguras y minimizar los riesgos de robo.

Los expertos coincidieron que la educación al consumidor, en especial en los sectores más jóvenes y ávidos de tecnología, contribuirá con la expansión del sistema, que está aún distante de implementarse en países como Colombia y Latinoamérica. ¿Necesariamente se llegará a él, igual como sucedió con la inclusión de la fotografía, el video y el correo electrónico en los teléfonos¿, comentó Acuña. Sin embargo, resaltaron que lo primero que hay que hacer es estandarizar el medio de comunicación entre los dispositivos para unificar su lenguaje de comunicación (que al parecer será Rfid) y después involucrar en mayor medida al sistema financiero para completar la cadena del sistema.

Rfid, a fondo
Las etiquetas de identificación por radiofrecuencia (RFID, por sus siglas en inglés) contienen datos que son leídos por dispositivos receptores que están enlazados a un equipo de cómputo, que a su vez trasmite este contenido a los sistemas de información de las empresas. Esta tecnología emplea frecuencias de radio para la comunicación con los objetos a cierta distancia, y elimina la línea visual entre el producto y el lector de Rfid.

Así permiten una lectura simultánea de productos, dispositivos, vehículos o personas, para agilizar los procesos de identificación, ente otros beneficios.

Además, las etiquetas Rfid incorporan una antena emisora que puede ser de baja frecuencia (emiten ondas de radio a una distancia de casi dos metros y suelen ser pasivas), y de media y alta frecuencia (tienen un rango de acción de más de 100 metros y son lo general activas).

El tamaño y el modelo de la antena son factores fundamentales para establecer la distancia de rastreo. Desde dos a 13 centímetros podría ser el espacio en etiquetas sencillas, hasta incluso varios kilómetros en las más avanzadas.

Una de las causas de la masificación de esta tecnología ha sido la considerable reducción de su precio: en la década de los noventas, cada chip Rfid valía cerca de cinco dólares; hoy su costo oscila entre 10 y 12 centavos de dólar.

¿NFC, el futuro?
Su nombre en inglés es Near-field communication (NFC) y es un protocolo Rfid de alta frecuencia para dispositivos electrónicos móviles, como lo son los celulares. La promesa de esta nueva tecnología inalámbrica es que garantiza una conexión segura y rápida dentro de una distancia muy reducida: funciona en la banda de 13,56 MHz y transfiere datos a una velocidad de 424 Kbps; solo necesita un radio de cobertura de cuatro centímetros para comunicar y transferir contenido entre dispositivos con etiquetas NFC. 
Gracias a su estrecho rango de transmisión, las transacciones comerciales realizadas con NFC durante las pruebas en el mercado han sido consideradas como las más confiables para un aparato inalámbrico, según el NFC Forum (www.nfc-forum.org), un grupo de investigación y promoción en el cual participan compañías como Nokia, Samsung, Visa y MasterCard.

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