La apuesta audaz del creador de Facebook

POR JAVIER MÉNDEZ
EDITOR DE TECNOLOGÍA

No hay duda de que el estadounidense Mark Zuckerberg, creador de Facebook, pasará a la historia de la tecnología. Lo que todavía no es claro es qué papel le tocará representar: ser el responsable de la mayor bestialidad financiera de esa industria o llegar a ser uno de sus billonarios más jóvenes.

La potencial metida de patas de Zuckerberg, cuya cara de adolescente atontado lo hace ver aún más joven de lo que es (tiene 23 años), fue haber rechazado los 1.000 millones de dólares que Yahoo le ofreció a finales del 2006 por su sitio web, una red social que permite mantenerse en contacto con amigos y conocidos por Internet.

La posible genialidad de este programador empírico es la misma: haber tenido la audacia de rechazar ese dinero cuando su sitio web no era tan popular como hoy. En ese entonces, la atención estaba concentrada en MySpace, la red social líder, que había sido comprada a mediados del 2005 ¿en 580 millones de dólares¿ por Rupert Murdoch, el magnate de los medios que este año adquirió The Wall Street Journal.

Hoy, solo unos meses después de oferta de Yahoo, Facebook es la segunda red con más usuarios (35 millones) y está en auge incluso en Colombia, pese a que ni siquiera tiene versión en español. Facebook (www.facebook.com), que genera sus ingresos por publicidad, está en los medios todo el tiempo, al punto de hacer que brille con menos intensidad la buena estrella de MySpace, que de todas maneras sigue siendo la red líder, con 70 millones de usuarios.

Cada mes, Facebook suma cuatro millones de nuevos usuarios, según Newsweek, que en su mayoría son adultos, profesionales y con alto poder adquisitivo, en lugar de los adolescentes que forman la gran masa de MySpace. Gracias a ello, un analista del banco de inversión Bear Stearns afirmó este mes que el valor de Facebook ¿cuyas ventas anuales son de 140 millones de dólares¿ podría ser de 5.000 millones de dólares.

Conexiones profesionales

Las redes sociales de Internet sirven para mantenerse en contacto con una red virtual de amigos o para conocer gente con gustos afines. Parte de la idea es convertir a los conocidos de los amigos en contactos propios.

Estos servicios atraen principalmente a jóvenes que comparten información, mensajes, fotos o videos de sus paseos, etc. Pero en Facebook han empezado a cautivar a ejecutivos, que buscan crear contactos de negocios, además de estar al tanto de lo que hacen sus amistades.

Según BusinessWeek, por ejemplo, la firma de consultoría Ernst & Young tiene una red de 16.000 miembros en Facebook, mientras que el Citibank tiene una de 8.000. Muchas compañías de tecnología suelen buscar candidatos para puestos de trabajo en los perfiles de Facebook. Y esto, a su vez, está trayendo anunciantes de gran calibre a la red, como Apple, Jeep o Procter & Gamble.

Tras inscribirse en Facebook, la gente crea un perfil y luego busca conocidos o invita a sus amigos a que se integren a su red privada. También es posible unirse a grupos que apoyen ciertas ideas, posiciones políticas o campañas (¿Colombia en contra del secuestro¿ es una de ellas); citar a eventos, o incluso ofrecer o comprar cosas en ese mercado virtual de conocidos.

Al comienzo Facebook solo aceptaba estudiantes. Pero Zuckerberg, quien se retiró de la universidad de Harvard para dedicarse de lleno al negocio, tomó dos medidas que han disparado su éxito: en el 2006 la abrió a cualquier persona y en mayo del 2007 permitió que cualquier programador creara aplicaciones para Facebook.

Así, han comenzado a surgir pequeños programas que se ejecutan dentro de Facebook, lo cual hace que esta red funcione como una especie de sistema operativo de Internet. Se espera que esto promueva el surgimiento de aplicaciones corporativas, por ejemplo, para convertir el mar de datos de los perfiles de Facebook en información útil para las empresas.

La jugada de Zuckerberg es lograr que el sitio sea todavía más popular, pues, más que venderlo, su meta es salir a la bolsa de valores. Es una apuesta arriesgada ante la velocidad con la que todo sube y baja en Internet. De hecho, el sitio que inició la moda de las redes sociales, Friendster, tuvo una era de auge, pero se ha venido apagando ante la fuerza que tomó MySpace, que ahora a su vez mira con preocupación a Facebook.

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