Es un año de despedidas en el mundo de los héroes de la pantalla grande. Hace poco vimos el adiós de grandes vigilantes del Universo Cinematográfico de Marvel y esta semana se despide una franquicia que es anterior al Ironman de Downey Jr. Hay que elogiar que 20th Century Fox mantuviera vivo a ‘X-Men’ después de 9 películas (contando las de Logan), en especial considerando que son pocas las que han sido elogiadas dentro de la cronología actual.
‘X-Men: Dark Phoenix’ marca el final de la era de los mutantes con el estudio, hasta su adquisición por parte de Disney (y su inclusión en el universo cinematográfico de Marvel). La cinta es una adaptación del arco del ‘Fenix’ y ‘Fenix Oscuro’ de los cómics, que ya había sido tocado de manera breve en ‘X-Men: la batalla final’ (2006). Años después de los eventos en ‘X-Men: Apocalipsis’, el grupo de estudiantes liderado por Xavier se ha convertido en héroes de la humanidad. Una misión los lleva al espacio para rescatar a un grupo de astronautas. Por accidente, Jean Grey entra en contacto con una fuerza que despierta su lado oscuro, enfrentándola contra su familia adoptiva.
Incluso para los estándares bajos de esta franquicia, ‘X-Men: Dark Phoenix’ es un final decepcionante para la historia. Aunque es una adaptación más fiel a los cómics, su desarrollo carece del impacto emocional o construcción previa de sus personajes, por lo que falla. Cuenta con un diálogo espantoso, que solo es igualado por unos villanos que consiguen lo se creía imposible: ser peores que en previos filmes. Tampoco ayuda que algunos personajes se sientan como un disco rayado a estas alturas y que los agujeros en su historia sean tan enormes como Juggernaut. Las escenas de acción y la actuación de Sophie Turner ayudan a que el Fenix arda, pero no a que levante sus alas lo suficiente para desear que la era de 20th Century Fox y X-Men jamás hubiera terminado.
El poder mutante de aburrir en ‘X-Men: Dark Phoenix’
Para ser justos, muchas de las fallas de ‘X-Men: Dark Phoenix’ no son su culpa, sino la conclusión lógica de una franquicia que da un paso por delante y luego dos atrás. La saga del Fenix no parece ser una adaptación difícil de conseguir. La serie animada de 1992 consiguió con éxito traerla a la televisión, cortando todas las tramas secundarias y enfocándose en el dilema de Jean Grey. Pero la razón por la que consiguió hacer esto fue que la construcción previa de sus personajes aumentaba el drama de ver al grupo dividido, enfrentado por el dilema de salvar a uno de los miembros de su familia o verla consumida por un poder que no podía controlar.
En ‘X-Men: Dark Phoenix’ no hay nada de esto. La película no consigue jamás crear esos momentos en los que se sienta una tensión o división en el grupo (o que le importe al espectador). Una de las razones puede ser que el salto a esta saga se siente apresurado, considerando que solo conocimos a la mayoría de involucrados un filme atrás. Otro motivo puede estar en el hecho de que algunos de sus protagonistas ya parezcan discos rayados y sus arcos sean la copia y pega de películas anteriores (yo, por un lado, estoy harto de ver a Magneto iniciar arrepentido, pasar al ‘lado oscuro’ y regresar nuevamente como el tipo bueno al finalizar de la cinta).
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Tampoco ayuda que el dialogo en ‘X-Men: Dark Phoenix’ sea desastroso. Hay líneas que no tienen sentido, parecen sacadas de una caja de clichés o se sienten tan artificiales que es doloroso ver a un elenco tan talentoso decirlas. También es impresionante que en una cinta; llena de telépatas, hombres que sueltan rayos gama por sus ojos y mutantes capaz de cambiar su apariencia, lo más falso y aquello que rompe el acuerdo de no creer sean las palabras de sus protagonistas.
Los villanos de ‘X-Men’ son los malos escritores
No entiendo cuál era el misterio con el personaje de Jessica Chastain. Durante meses, el estudio mantuvo en un baúl la identidad de la mujer que veíamos al lado de Jean Grey. Muchos asumimos que la razón de esto es que se trataba de algún personaje sorpresa de los cómics o que su rol en la cinta sería diferente al del villano de siempre. Pero la ‘sorpresa’ de ‘X-Men: Dark Phoenix’ es que no hay sorpresa.
El personaje de Jessica Chastain y lo que trae a la cinta son más problemas que soluciones. Para empezar, cae en el mismo problema que solo hasta hace poco Marvel comenzó a solucionar: villanos de pacotilla. La otra falla está en que la saga del Fenix no necesitaba un antagonista para empezar, porque este rol lo ocupa Jean Grey y la fuerza que la ha poseído. De manera objetiva, no había necesidad en integrar a otro personaje en una historia que hace parte del género: el héroe que cae en desgracia.
Jessica Chastain roba a la película tiempo que no tiene. Lo peor es que incluso cuando parece que hay una finalidad, un homenaje indirecto a los cómics, la cinta desaprovecha las oportunidades y termina entregando uno de los peores villanos en su franquicia (algo que yo, al menos, consideraba imposible después de desastre que fue Apocalipsis).
Turner y McAvoy: los héroes que rescatan a X-Men
Por fortuna, la franquicia tiene para respaldarla la actuación de ciertos de sus héroes que consiguen traer el drama y tensión que la historia o trama falla en entregar. McAvoy presenta una versión del profesor Xavier que no se había mostrado antes, pero de una manera convincente y un arco de transformación que nos habría gustado que la franquicia hubiera desarrollado un poco más.
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Los mismos elogios se deben dar a Sophie Turner. La actriz consigue en ciertos momentos capturar el drama y locura del Fénix, así como hacer creer al espectador que su mente se encuentra fracturada entre las dos identidades de bien y mal. Los momentos más oscuros de ‘Dark Phonenix’ están impulsados por sus actores y, de hecho, el que la cinta se atreva a entregar un cierre oscuro en el que sus protagonistas están al borde del abismo es uno de los puntos que le evitan ser un desastre completo.
¡Un momento! ¡Pero si esto no tiene sentido!
En este punto, creo que nadie espera de una película de ‘X-Men’ lógica en su continuidad. Desde hace tiempo, 20th Century Fox demostró que no importa si vemos una referencia o guiño en el pasado, porque la lógica en tiempos y acciones de sus protagonistas es lo de menos. Así, ‘X-Men: Dark Phoenix’ no se encarga de dar respuestas o cerrar ciertos eventos que permanecen abiertos, sino que ignora por completo ciertas cosas que habíamos visto antes, elementos que sabemos y que hacen su propia historia.
Hay otra cosa que me molesta y es que el tráiler básicamente hizo spoilers de los eventos más importantes de la cinta, incluyendo la muerte de cierto personaje. En su momento, el director de la película defendió el que se hubiera revelado este momento, asegurando que el saber esto no afectaba la carga emocional de la película. Pero estoy por completo en desacuerdo, porque se trata del punto de giro más importante. Conocer el destino de este personaje (y adivinar las consecuencias de su fallecimiento) le quita lo poco de inesperado a ‘X-Men: Dark Phoenix’. Es imposible saberlo, pero mi instinto dicta que el no conocer este detalle pudo haber salvado algo de la historia.
El fénix que ardió poco y murió
Se necesitaría un espacio más grande para intentar descifrar cuándo fue que la franquicia de ‘X-Men’ perdió el camino. Tratar de arreglar una trilogía cuya única justificación era usar los derechos de los personajes, pero no darle un tratamiento justo a algunos de los héroes más emblemáticos de Marvel. ¿Qué lecciones pudo aprender 20th Century Fox de la serie animada de 1992? La despedida que ofrece ‘X-Men: Dark Phoenix’ nos hace poner nostálgicos por las cintas del 2000, pero no por el camino recorrido. El guayabo llega por la duda de si, casi dos décadas después, la franquicia terminó en un lugar peor que en el que empezó.
‘X-Men: Dark Phoenix’ es una forma triste de despedir al grupo de mutantes. Ni siquiera como cierre de las últimas películas tiene la fuerza necesaria para arder y luego irse desvaneciéndose dejando en nuestras mentes recuerdos quemados con fuego. Solo queda el mal sabor de cenizas en la boca, al pensar que vamos dos intentos de adaptar uno de los mejores arcos de los cómics y seguimos fallando.
Imágenes: 20th Century Fox
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