El mantra de Samsung se podría describir como ‘crecimiento incremental’. Desde 2010, no pasa un año sin una nueva generación de la serie Galaxy Tab. Y con la llegada de las series Note y Pro, ya no pasan seis meses sin que Samsung estrene una tableta.
Por supuesto, los avances entre una generación y la siguiente no son enormes. Un poco más de poder, una gota menos de peso, una funcionalidad que debuta o se retira y, seguramente, algún elemento nuevo. Sin embargo, ese ritmo permite que la evolución de los productos sea muy rápida, que los errores sean corregidos ágilmente y que las adiciones sean asimiladas o rechazadas con prontitud. Gracias a eso, hoy por hoy los productos de ese segmento ya están muy pulidos.
La Galaxy Tab S es la tableta más reciente de Samsung. Fue presentada en mayo en un evento en Nueva York, y será lanzada en pocos días en Colombia. La fórmula es la de siempre: mucho poder, TouchWiz y valores agregados. Pero esta vez, la companía hizo dos apuestas nuevas: la delgadez, y especialmente la pantalla. Probamos una tableta, en versión de 10,5 pulgadas –también hay de 8,4 pulgadas–, y tras pasar tiempo con ella les contamos en esta nota como nos fue.
Estilo Galaxy
En su diseño industrial, la estrategia de Samsung parece ser la del ‘efecto teflón’: a pesar de que este suele ser el flanco más criticado, su estilo de construcción, líneas de diseño y elección de materiales se mantiene. Esta tableta continúa la escuela Galaxy: borde metálico, marco de plástico y respaldo con textura –la misma del Galaxy S5–.
Aunque su construcción no brilla, tampoco tiene carencias. En general, la tableta es manejable y está razonablemente bien armada. La textura del lomo posterior facilita el agarre, y los marcos de metal aportan solidez. Sus botones –uno físico y dos capacitivos en el frente, como es tradición familiar, y los de apagado y volumen en los bordes– hacen la tarea.
Un esbelto especímen del estilo Galaxy
Lo que resalta esta vez es su delgadez y bajo peso. Con 6,6 milímetros y 465 gramos, no solo es la tableta de 10 pulgadas más compacta que Samsung ha lanzado, sino que es más esbelta que el iPad Air, su principal competidora –que tiene una pantalla más pequeña–.
Físicamente, la tableta cumple con su función, y unos gramos y milímetros de menos siempre serán bien recibidos en cualquier dispositivo portátil. Es fácil llevarla a cualquier lugar y ponerla sobre las piernas o en las manos sin que estorbe ni canse al usuario.
La gran pantalla
La gran apuesta de la Galaxy Tab S es su pantalla. En su presentación, Samsung dijo utilizaría su tecnología Super AMOLED, y que la configuraría con un perfil de color (Adobe RGB) que le permitiría no solo mostrar más tonos, sino hacerlo con más intensidad que otras tabletas. Debemos decir que la promesa se cumple completamente, y el equipo ofrece una de las mejores experiencias que se pueden conseguir hoy en el mercado.
Su brillo, color y resolución son excepcionales y le permiten cumplir con su función en cualquier condición: de día, de noche, interiores o exteriores. El brillo automático se acomoda al ambiente sin que el usuario lo note, y su buena resolución (2560 por 1600, 287 ppp) hace el contenido siempre se vea muy bien, sin importar que sea un juego, una aplicación, un video o un texto.
El contenido siempre luce deslumbrante
Gracias a sus amplios ángulos de visión, ver video en ella es especialmente gratificante. Podría usarse para ver una película en una mesa con otras personas, o para ver contenidos de YouTube mientras está comiendo.
La Galaxy Tab S puede mostrar más colores que cualquier otra tableta. Esto podría verse como un desperdicio, pues casi ningún contenido está optimizado para esto. Pero al usuario no le sobra, ni le estorba. Además, con suerte, comenzaremos a ver más y más contenidos compatibles con Adobe RGB, lo que mejorará la experiencia de consumo.
Otro ventaja, igual de importante, es que la batería no paga un costo muy alto por esa experiencia. La pila está a la altura de la gama y del tamaño. Soporta sin problemas un día de trabajo intensivo, y si la tableta se usa poco podrían pasar hasta cuatro noches entre una y otra recarga.
El único pero es que el usuario debe tener cuidado con dejar activas algunas apps, como las de lectura o video, que están configuradas para impedir que la pantalla se apague: alguna vez dejé una de esas aplicaciones abierta por poco más de dos horas y se ‘comió’ cerca del 30% de la pila.
El rendimiento de siempre
Aquí no hay sorpresas: como siempre en los productos Samsung de gama alta, el rendimiento es fluido y la tableta tiene poder suficiente para todas las apps. No solo para las de hoy, sino también para las que vendrán en los próximos dos o tres años. Nunca sentí que se ‘colgara’, o que hubiera ‘glitches’ o recalentamiento. Como es usual en los equipos de alta gama, el hardware está muy por encima de lo que el software actual requiere.
A pesar de eso, la Tab S repite muchos de los pecados de TouchWiz. La navegación está bien, y los usuarios de Android se van a sentir como en casa. El problema son las opciones agregadas: la firma sigue incluyendo cosas redundantes que ya ofrece Google en Android, como una app de correo, un calendario o un lector de archivos Microsoft Office. Ninguna de ellas es mejor que sus contrapartes de Google, o añade algún valor. En una palabra: estorban. ¿Cuándo se implementará el acuerdo entre Samsung y Google de eliminar algunas aplicaciones redundantes y dejar una experiencia más pura de Android?
Algunas funciones incluidas en la tabletas no funcionan del todo bien. El lector de huella puede ser incómodo en algunas posiciones, y en mercados en los que PayPal no es popular, no sirve para mucho. El escritorio remoto es muy difícil de manejar, pues la interacción es muy poco natural y la conexión no siempre es estable. La división de la pantalla es una buena idea y añade valor, pero solo es compatible con pocas apps y estas no siempre son las que utiliza el usuario.
TouchWiz vuelve a hacer lo suyo
El modo revista, que configura una pantalla de inicio con contenidos personalizados para el usuario, tampoco es muy útil. Para aprovecharlo, debe entrar al corral de Samsung: usar sus apps de correo y de calendario, y amarrar sus redes sociales y hasta su Flipboard a su cuenta Samsung.
Uno de los encantos de Android es poder cambiar de hardware sin que los servicios que se utilizan –sean de Google, Microsoft, Yahoo o quien sea– deban sufrir. Y obligar al usuario a que ingrese al ecosistema Samsung para sacar el máximo potencial de su tableta no solo es odioso y va contra esa premisa, sino que puede disuadir a algunos ‘power users’ de hacer la inversión, que es considerable.
Lo que sí está muy bien son los regalos que están incluidos con la tableta: 50 GB de Dropbox, una prueba gratuita de Google Play Music All Access y suscripciones digitales a The New York Times, The Wall Street Journal y Bloomberg Businessweek, entre otros servicios. Esos detalles permiten disfrutar la gran experiencia que la tableta ofrece a la hora de consumir contenidos y seguro tentarán a más de uno a pagar para seguir disfrutando de ellos.
¿Cómo va Android?
La experiencia de Android en tabletas ya no es sustancialmente inferior con respecto a la competencia. La navegación en general es fluida y funciona bien, los widgets en pantallas grandes son mucho más útiles y ya no hay errores graves de diseño ni obstáculos considerables para los usuarios.
Sin embargo, sigue habiendo un déficit de apps. Aunque la mayoría de las más populares ya están bien adaptadas, y algunas de ellas aprovechan muy bien el diseño y la mayor ‘finca raíz’, sigue siendo difícil descubrir aplicaciones para tabletas en Google Play Store: no es fácil saber si la que uno quiere está pensada o no para tabletas.
Usuarios de Android: ya no vale la pena buscar tabletas en otros sistemas operativos
Además, las que están creadas para teléfonos no siempre se adaptan bien a esta pantalla: se agrandan demasiado o distribuyen sus elementos de forma extraña, lo que a menudo las hace difíciles de usar y les impide aprovechar el exceso de espacio de la mejor manera.
En pocas palabras: si usted es un usuario Android y tiene una tableta, ya no tiene que cambiarse de sistema operativo para obtener una muy buena experiencia. El hombre verde sigue teniendo algunas desventajas, pero el costo del cambio –en apps compradas, servicios y curva de adaptación– ya no se justifica.
En resumen…
La Galaxy Tab S es la mejor tableta que Samsung ha fabricado. Su principal virtud es la pantalla. No solo es excelente y responde bien a cualquier reto, sino que empuja a toda la industria hacia adelante. La batería y el rendimiento también están a la altura de lo que se puede pedir, y, en general, la experiencia es satisfactoria.
Es la mejor tableta que Samsung ha fabricado
Como siempre, Touchwiz encabeza la lista de cosas por mejorar: sigue siendo redundante e innecesariamente complejo. Además, algunos de los añadidos aun están un poco crudos, y la oferta de apps para tabletas en Android podría segur mejorando.
De todos modos, el resultado de este combinación de hardware inobjetable y software mejorable es un producto muy interesante, que los usuarios de Android deberían tener en el radar. No solo es una de las mejores tabletas Android que se ha fabricado –quizás la mejor, según a quién le pregunten–, sino también es la manera más completa de consumir contenidos que ofrece hoy el ecosistema del robot verde.
Hace pocos dias probe una…la verdad quede impresionado…y el precio tambien se me hizo impresionante…demasiado elevado
Hace pocos dias probe una…la verdad quede impresionado…y el precio tambien se me hizo impresionante…demasiado elevado