En el mundo Samsung, los Galaxy S reinan los primeros seis meses del año. En el segundo semestre, los modelos de la serie Note se toman el trono. Este año se repitió ese libreto: tras un avasallador dominio del Galaxy S4 en ventas y especificaciones en el primer semestre, una nueva versión del tabléfono de la surcoreana se robó los reflectores en el cierre del año.
Es el teléfono móvil más musculoso que se vende hoy en el mundo: tiene el mismo procesador que la mayoría de flagships lanzados en la segunda mitad de 2013, pero –aparte del Galaxy Round, el teléfono de pantalla curva que solo está disponible en Corea– es el único que tiene 3 GB de RAM.
Eso es importante y le garantiza al teléfono una buena vejez, pero cada vez es un factor de compra menos significativo. Hoy Samsung, como todos los demás fabricantes, invierte la mayoría de sus esfuerzos en crear equipos que solucionen las necesidades de sus usuarios no que sean más poderosos.
En ese sentido, la coreana dice que el Galaxy Note 3 está pensado para los creadores. Además de su gran pantalla, el Note 3 –igual que sus antecesores– cuenta con el S-Pen, un bolígrafo digital con el que Samsung busca emular la forma más tradicional de crear cosas: con un papel y un lápiz.
Tuvimos un Note 3 por dos semanas, suministrado por el fabricante. Esta es nuestra evaluación.
Construcción: Samsung avanza, pero no llega
Samsung tiene una materia pendiente con sus smartphones de gama alta. Mientras fabricantes como HTC, Nokia o Motorola hacen que los teléfonos sólidos y excepcionalmente bien fabricados sean la norma y no la excepción, los de la surcoreana no brillan en este aspecto. La principal queja en su contra suele ser su aspecto exterior, tanto por sus materiales como por su armado.
En ese sentido, el Note 3 es un avance notorio con respecto a anteriores ‘flagship’ de esta empresa. Tiene dos mejoras importantes: Los bordes de metal, que hacen que su ensamblaje se sienta mejor terminado y más sólido, y la cubierta posterior de cuero falso, que le da un agarre mucho mejor que el de cualquier otro Galaxy que hayamos probado.
Usarlo con una mano no es la mejor experiencia
Samsung logró reducir las dimensiones de este teléfono con respecto al Note 2. Gracias al adelgazamiento del bisel y a la reducción en el peso, el Note 3 es bastante cómodo para sus grandes dimensiones. Aunque su peso no está entre los más bajos de mercado, se distribuye en un área mayor que la mayoría de los demás dispositivos, lo que hace que la mano lo sienta muy liviano.
Note 3 | Note II | Diferencia | |
Pantalla (pulgadas) | 5,7 | 5,5 | 0,2 |
Alto (mm) | 151,1 | 151,2 | |
Ancho (mm) | 79,2 | 80,5 | 1,3 |
Grosor (mm) | 8,3 | 9,4 | 1,1 |
Peso (gr) | 168 | 183 | 15 |
Como es usual en esta línea, usarlo con una mano no es la mejor experiencia. Teclear es difícil con un solo pulgar, igual que alcanzar las esquinas de la pantalla. Esto no es malo en sí mismo; es más bien una elección que debe hacer el usuario entre la comodidad y el tamaño de la pantalla.
A pesar de esto, el Note 3 sigue en deuda en cuando a construcción y diseño industrial. Sí es mejor que el S4, el S3 y el Note 2, pero no es el teléfono mejor ensamblado del mercado. Todavía se siente como si no fuera un dispositivo de una sola pieza, pues tiene vacíos y algunas partes sueltas en su cuerpo, especialmente en su parte posterior, cubierta por una tapa removible.
Sí es mejor que el S4, el S3 y el Note 2, pero no es el teléfono mejor ensamblado del mercado
En su defensa, podemos decir que, junto con el S4, es el único teléfono de gama alta que aun cuenta con batería reemplazable, lo que le exige tener una tapa posterior que se pueda sacar completamente. Esto le quita solidez, pero le añade funcionalidad. A pesar de esto, Samsung ha probado que puede mejorar la construcción de sus teléfonos sin sacrificar esa posibilidad, por lo que creo que aun puede mejorar más.
Una pantalla que brilla y brilla
La contraparte de las dimensiones del Note 3 es su gran pantalla. Con respecto a lo técnico, es imposible pedirle más: tiene 386 píxeles por pulgada, resolución Full HD y 5,7 pulgadas. Los colores están bien calibrados, aunque –como en todos los dispositivos de Samsung– su intensidad está un poco por encima de la media.
Pero lo que más destaca aquí es el brillo: aun en niveles bajos, la pantalla es perfectamente legible en interiores y exteriores. Es mucho más luminosa y clara que la de la mayoría de los smartphones, lo que hace que el teléfono se vea imponente y elegante.
El otro encanto de tener una gran pantalla es la abundancia de ‘finca raíz’, que abre posibilidades que no están al alcance de otros smartphones. La lectura, el visionado de películas, el teclado y el consumo de juegos son excepcionalmente cómodos y agradables. El modo de multitarea, que permite tener dos o tres aplicaciones abiertas y a la vista al mismo tiempo, está muy bien logrado y tiene mucha utilidad a la hora de trabajar seriamente en el dispositivo. El único problema es que no todas las aplicaciones son compatibles con él, lo que le quita utilidad.
El S-Pen no es un lápiz y el Note no es un papel
A juzgar por los comerciales, el sueño de Samsung es que el S-Pen y el Note ofrezcan la misma experiencia orgánica, instantánea y transparente del lápiz y el papel. La experiencia se parece, pero no es la misma. Sin embargo, algunas características del Note 3 muestran que esto puede ser una ventaja.
Por varias razones, a la hora de escribir la experiencia es no es tan orgánica. Si se dan cuenta, la mayoría de los papeles y superficies en las que solemos dibujar no son totalmente lisas, sino ligeramente rugosas. Esto permite que la mano sienta una leve resistencia al avance del lápiz. El Note 3, en cambio, es totalmente liso. Y aunque el S-Pen trata de compensar un poco eso con un leve textura en su punta, el trazo sigue siendo un tanto resbaloso. Esto hace un poco difícil escribir y dibujar con precisión, sobre todo para quienes no somos muy hábiles.
El Note 3 tiene superpoderes con los que cualquier libreta soñaría
Hay que reconocer, sin embargo, que Samsung ha hecho un muy buen trabajo con la sensibilidad de la presión en el Note 3. Esta característica ya estaba en el S-Pen de su antecesor, y en este modelo funciona a la perfección. Su valor está en que le añade dinamismo y ‘vida’ a los trazos: no es lo mismo ver un manuscrito en el que la línea siempre tiene la misma intensidad, que otro en el que hay partes más o menos oscuras, que delatan el movimiento de la mano de quien dibuja.
Pero, por otro lado, el Note 3 tiene superpoderes con los que cualquier libreta soñaría. Mis dos favoritos fueron la ‘Nota inteligente’ y la ‘Ventana de lápiz’. La primera reconoce el texto manuscrito de una dirección, un correo, un nombre o un recordatorio importante y lo convierte en un contacto, llamada, una nota del calendario o una ubicación que se puede buscar en Google Maps. La segunda le permite al usuario dibujar un cuadrado que sirve como marco para ejecutar una aplicación de las que suelen utilizarse en segundo plano, como la calculadora, la agenda de contactos o incluso el navegador de internet.
Músculo y poder
Como era de esperarse con esas especificaciones, el rendimiento del Galaxy Note 3 es impresionante. Las aplicaciones funcionan muy bien, las interfaces son muy rápidas y en general el dispositivo dará todo lo que le pida el usuario hoy y muchos meses en el futuro. No se calienta demasiado, no ‘flaquea’ a pesar de que tenga muchas tareas al tiempo y parece inmune al uso y al abuso. En ese sentido, es casi inobjetable.
Digo ‘casi’ por esto: La galería es inutilizable. Se demora demasiado tiempo cargando las imágenes y en ocasiones simplemente no lo hace. En el teléfono más musculoso del mundo, esto es imperdonable. Le pone un gran obstáculo a la experiencia de ver y compartir fotos y videos, que no solo es una de las funciones favoritas de los usuarios de smartphones, sino que también debería ser hermosa e impecable en un celular con esa pantalla.
Tiene fallas imperdonables de software
En lo que respecta a la batería, Samsung sí cumplió con la mejora que prometió con respecto al Note 2. Durante mi tiempo con el teléfono, lo usual es que pidiera carga más o menos cada 24 horas, según el uso. Es una aumento importante con respecto a su antecesor, que tenía 20 horas de vida en el mejor de los casos.
El maremágnum de TouchWiz
Cuando evaluaba el Galaxy S4, Mateo Santos decía que TouchWiz es como «el cajón de la abuela«. En estos nueve meses, la abuela no se preocupó por organizar su desorden, y el óxido ya comenzó a salir de la gaveta.
Los excesos de TouchWiz hacen mucho más probable que se abran apps y opciones de forma accidental, pues hay demasiados accesos directos. Por ejemplo, si se presiona más de una vez el botón de Home, aparece una ventana de Flipboard que el usuario no esperaba en ese momento. Si se activa el botón de Atrás más de dos veces se muestra la pestaña de la mutitarea, que es útil pero puede obstruir la interfaz de otras apps si aparece de forma inoportuna.
Además, algunos ‘gallos’ de TouchWiz solo sirven en las llamadas ‘S-apps’. La navegación con el movimiento de los ojos, por ejemplo, funciona con la aplicación nativa de correo o con S-Books, pero no en Gmail, Kindle o Pocket. Visto así, muchos de los desarrollos presentes en el ‘skin’ no añaden tanto valor.
Si Samsung se concentrara más en la profundidad de TouchWiz y menos en su amplitud, el resultado sería mejor
Esto no sería tan frustrante si las apps nativas fueran un reemplazo viable, pero no lo son. La solución de correo que viene preinstalada, por ejemplo, palidece frente a Gmail en velocidad, diseño y facilidad de uso. Muchos usuarios, por otra parte, preferirán tener su biblioteca de ebooks en Kindle, que se sincroniza con todas sus pantallas y tiene muchísimos más títulos para escoger.
Todo esto hace que TouchWiz sea innecesariamente complejo, sobre todo si se pone al lado de la simplicidad y elegancia de la versión ‘stock’ de Android o de otros sistemas operativos. No tiene sentido que Samsung pueda hacer tantas mejoras si éstas no abarcan toda la experiencia posible de un usuario. Si la empresa se concentrara más en la profundidad de su ‘skin’ y menos en su amplitud, el resultado sería bastante mejor.
Otra cámara de celular
Samsung añadió aquí las mejoras que todos los celulares de gama alta tienen hoy: un estabilizador óptico, un sensor más grande y un poco más de sensibilidad a la luz. Además abrió la opción de grabar video en 4K, una funcionalidad impresionante que se desperdiciará, pues hoy hay muy pocos dispositivos que aprovechan esa resolución.
La cámara es muy rápida, como se espera de un equipo poderoso como este. Las fotos, en general están bien para los usuarios casuales, pero tienen los mismos problemas que suelen tener las cámaras de los smartphones: funcionan bien en luz día, pero el procesamiento de las fotos nocturnas es mediocre –aunque mejor que el de la mayoría de smartphones–, en interiores el balance de blancos a veces no queda bien ajustado y la compensación de luz no siempre queda bien. Véanlo ustedes mismos:
[nggallery id=544]¿Y entonces?
Los tabléfonos entregan un beneficio excepcional a sus usuarios, pero cobran un precio importante por él. Las ventajas son la gran pantalla y batería, que les añaden utilidad y comodidad a la hora de utilizarlos y les permiten hacer cosas que son imposibles en modelos más pequeños. Los costos son los que se derivan de su tamaño: es difícil usarlos con una sola mano y son menos versátiles que la mayoría de teléfonos móviles, especialmente para usuarios que deben movilizarse frecuentemente.
Con esa lógica, la pregunta final es si el Note 3 es un mejor negocio que su antecesor. La respuesta es que sí: redujo los costos, porque es más liviano y cómodo que sus antecesores; y acrecentó los beneficios, pues la pantalla es más grande y mejor, la batería dura más y algunas de sus funcionalidades de software realmente ayudan a aprovechar su gran tamaño.
El Galaxy Note 3 es mejor negocio que su antecesor.
Sin embargo, no es claro si Samsung hizo el mejor trabajo que pudo. La construcción del teléfono todavía no está a la par de la de sus competidores, TouchWiz puede y debe ser mucho mejor y la cámara tampoco ofrece nada que la destaque entre el montón. A pesar de eso, para los usuarios sedentarios –es decir, que no van a tener su smartphone en mano o en el bolsillo la mayoría del tiempo– y exigentes, el Note 3 sigue siendo una de las mejores opciones.