Evaluación: ‘Nymphomaniac’

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El día que llegó a mis manos la invitación para la función de prensa de ‘Nymphomaniac’ pensé en el desafío que representaba verme un domingo, en mi cama, escribiendo sobre esta controversial película; desde el comienzo sabía a qué me enfrentaba. Fue en agosto de 2013 cuando llegaron las primeras noticias sobre el famoso “porno filosófico” del polémico director danés, Lars Von Trier.

Con una campaña publicitaria fascinante, todos los meses nos enfrentábamos a un nuevo ‘teaser’ de cada uno de los ocho capítulos que componen la película. En el primero de estos, el espectador se enfrentaba a una pregunta crucial: “¿Cómo una bolsa común de chocolates es convertida en un símbolo de victoria sexual?”. A partir de estas imágenes, la pieza del cineasta empezó a dar de qué hablar en los medios, la industria y el público en general, mostrando a la sexualidad como la fuerza más poderosa entre los seres humanos.

Un repaso por el trabajo de Lars Von Trier

Lars Von Trier, recordado por películas como ‘Antichrist’, ‘Dogville’ o ‘Dancer in the Dark’, es un director que siempre se ha caracterizado por ser un hombre irreverente, retador, escandaloso, que presenta películas que dejan una sensación extraña en el cuerpo. Desde aquel manifiesto llamado Dogma 95, Von Trier y sus colegas querían dejar una marca del cine independiente y luchar contra las tendencias del cine de ese momento a través de una serie de reglas que ponían como prioridad el guión, la temática y la actuación dejando de lado el uso artificial de efectos especiales o la tecnología de la época.

Es cierto que con una película como esta, o la no tan bien recibida ‘Melancholia’, Lars Von Trier se separa de la no tecnología. Sin embargo, nunca se pierde la esencia de lo realmente importante en sus películas: la historia.

Los dramas de Von Trier, y por eso creo que ‘Nymphomaniac’ es una película que realmente vale la pena sentarse a ver, van mucho más allá de sus escenas polémicas. En este caso, no se trata de sentarse 118 minutos a ver ‘porno’ (como muchos pensarían), se trata de sumergirse en la psicología de un personaje llamado Joe (Charlotte Gainsbourg), una ninfómana que repasa la historia de su vida desde los dos hasta los 50 años.

Lo erótico, lo sexual y lo pornográfico

La naturaleza de la sexualidad femenina en 118 minutos. Foto: Cineplex
La naturaleza de la sexualidad femenina en 118 minutos. Foto: Cineplex

Dentro de las aclaraciones técnicas que considero prudente considerar se encuentra, en primer lugar, el hecho de que Nymphomaniac originalmente es un largometraje de casi cinco horas divido en dos volúmenes. La versión de exportación del volumen I tiene 118 minutos (la que vi el viernes pasado y de la que escribo en este momento), 30 minutos menos que su versión original, que solo fue exhibida en Berlín, hasta el momento

Cuando le pregunté las diferencias entre una y otra a Elba McAllister, directora de Cineplex que tuvo la oportunidad de estar en el Festival de Berlín a comienzos de este mes (único lugar en el mundo dónde se ha proyectado hasta el momento la versión completa) me dijo que narrativamente no existe ningún cambio, ni el hilo de la historia ni el tratamiento psicológico de los personajes se ven afectados por estos minutos faltantes.

La diferencia radica puramente en las escenas de contenido sexual. Quizá sea un detalle difícil de considerar a la hora de evaluar una película a la que le faltan partes, como lo es también el hecho de evaluar una película que no ha terminado, de la que esperamos ansiosos en un mes tener un desenlace con el volumen II, y poder así, dar un veredicto final. De todos modos, y refiriéndonos al contenido sexual de la película, la magia de Lars Von Trier consiste en nunca quebrantar la línea entre lo verdaderamente sexual y lo pornográfico. La llamada pieza erótica no se compone de una sumatoria de escenas sexuales entre Joe e innumerables hombres sin nombre, si bien el sexo es un elemento esencial y sostenedor de esta historia, no es lo fundamental.

Olvídate del amor

Nosotros como Seligman. Foto: Cineplex
Nosotros como Seligman. Foto: Cineplex

Bajo esta premisa se presenta el Volumen I. Nosotros, como espectadores, nos vemos reflejados en un personaje llamado Seligman (Stellan Skarsgård), un hombre al que Joe le relata la historia de su vida, luego de haberla encontrado semiinconsciente y sangrando en un callejón a las afueras de su casa. Así, nosotros somos Seligman detrás de la pantalla para escuchar el relato de esta mujer que pone en palabras su tormento sexual de los últimos 48 años, un intento de Von Trier por explorar la naturaleza sexual femenina.

Nos adentramos entonces en los primeros cinco capítulos de esta historia: ‘El pescador completo’, ‘Jerôme’, ‘La señora H’, ‘Delirio’ y ‘La pequeña escuela del órgano’. Bajo la voz de Joe en primera persona, recorremos el inicio de su vida como ninfómana, nos vemos cara a cara ante un personaje débil y atormentado quien da vueltas por los episodios que la llevaron por una vida desdichada, en la que todo el tiempo se repite la idea de ser “una mala persona, un terrible ser humano”.

Lo fundamental para ella siempre fue ir primero por el placer y lo erótico, lo que constantemente la invita a decir sí. Uno de los mensajes claves de esta película será la desmitificación de la idea preestablecida que tiene la sociedad sobre el amor. Por eso, como su premisa lo indica, aquí lo importante será olvidarnos del amor, en palabras de Joe: “El amor distorsiona las cosas, el amor es algo que nunca pedimos”.

La palabra provocación se encuentra en los 118 minutos de película. Esta obra maestra está cargada de metáforas, de imágenes ilustrativas sobre la pantalla y de una banda sonora maravillosa que te mantiene ahí, con los ojos abiertos, el sistema nervioso alerta y el corazón montando en una montaña rusa. Cada escena de Nymphomaniac es un intento por transportarnos al cuerpo de Joe.

El elenco

Uma Thurman tiene uno de los mejores papeles en la película. Foto: Cineplex
Uma Thurman tiene uno de los mejores papeles en la película. Foto: Cineplex

La cinta tiene un elenco variado compuesto por actores como Stellan Skarsgård, Shia LaBeouf, Christian Slater, Jamie Bell, Uma Thurman (uno de mis papeles favoritos en esta cinta) o Willem Dafoe. Pero por supuesto la estrella de la cinta es Charlotte Gainsbourg, quien representa a Joe en su edad adulta. Si bien Charlotte tiene nuestros elogios, en esta primera parte la actriz que se lleva el protagonismo es Stacy Martin, la encargada de asumir el rol de una más Joe joven.

No es la primera vez que Gainsbourg trabaja con el director danés ya que desde ‘Antichrist’, Charlotte sabía lo que significa trabajar con Lars Von Trier. En una entrevista para la edición francesa de Vanity Fair, Charlotte recordó los límites que tuvo que imponerle al director al momento de hacer ‘Antichrist’: “En esa película, hubo dos cosas que me negué a hacer, voy a utilizar palabras un poco crudas: masturbar a un hombre que no era Williem Dafoe sino un doble, un actor porno y aparecer en el mismo plano con él”.

En ‘Nymphomaniac’ las cosas no fueron muy diferentes. Se sabe que el director hizo que los actores fingieran tener relaciones sexuales para luego superponerse con los dobles. Fueron ellos quienes realmente tuvieron sexo frente a la cámara. ¿El resultado? Por encima de la cintura vemos al elenco oficial, por debajo, a los dobles.

La pequeña escuela del órgano

La sensación que queda al ver el quinto y último capítulo de esta primera entrega, demuestran el valor que tiene esta película, una de las más esperadas en lo últimos meses. El resultado que quedó en mi cabeza se refleja en esta evaluación que considera a la película de Von Trier como una película maravillosa, ingeniosa e inteligente.

Sentados en esa sala de cine, ‘Nymphomaniac’ se presenta como un melodrama que absorbe completamente nuestra atención y del que no podemos (ni queremos) despegarnos. Y no, no por el tan comentado y polémico contenido sexual de la cinta. Aquí el desarrollo psicológico de Joe  y el tratamiento de la historia está por encima de los múltiples desnudos en pantalla y de la lujuria exacerbada que padece nuestra protagonista.

Una película desafiante e irreverente que demuestra una vez más por qué el director danés es uno de los mejores en su género. Ver esta película realmente es una experiencia ferozmente satisfactoria y entretenida.

Laura Rojas

Laura Rojas

Internet me ha regalado grandes cosas: dosis industriales de música, guías turísticas, hospedajes a precios razonables, los grandes amores de mi vida, la posibilidad de borrar la distancia y mi nuevo trabajo. Estudié literatura en Buenos Aires y de todos los trabajos que pude haber encontrado, ENTER.CO es el lugar para ver mis cosas favoritas reunidas.

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