Evaluación: ‘Mad Men’, mitad de temporada siete

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'Mad Men' llega a su última temporada.

Desde Tony Soprano hasta Walter White, Frank Underwood y, ahora, Don Draper, la televisión de los últimos años ha estado invadida por antihéroes que nos ponen en un lugar incómodo como espectadores. La temporada de ‘Mad Men’ que acaba de terminar es una experiencia estética, histórica y emotiva que pone ante nuestros ojos el relato de una época determinada, de un grupo de personajes que ya conocemos y de un momento específico de la publicidad estadounidense.

La aclamada serie llegará a su fin el próximo año y, al estilo de ‘Breaking Bad’, la cadena de televisión AMC y su creador Matthew Weiner decidieron dividir esta última temporada en dos partes, cada una con siete episodios. Así culminará una serie que, desde 2007, logró posicionarse entre los mejores dramas de los últimos tiempos. ‘Mad Men’ ha sido premiada cuatro veces consecutivas como ‘Mejor serie dramática’ en los premios Emmy (tiene 15 premios Emmy en total) y, además, ha ganado cuatro Globos de Oro.

Aquí nuestra evaluación de estos primeros siete capítulos.

(Advertencia: si bien no hay ‘spoilers’ de la séptima temporada, tendré que hablar de algunas cosas que ya pasaron. Si todavía no ha visto las temporadas anteriores y tiene intención de verlas, no siga leyendo).

Los Ángeles y Nueva York: el punto de partida

Los Angeles y Nueva York

Por primera vez en ‘Mad Men’ ha pasado muy poco tiempo en la historia entre una temporada y otra. Hacía tan solo ocho semanas ocurrían los hechos que vimos en el final de la sexta temporada: dejábamos a Don Draper (Jon Hamm) en medio de un retiro forzoso causado por su comportamiento inapropiado, su alcoholismo, su desborde, y quizá, algún problema psiquiátrico.

Además, por primera vez también en la historia del show, Nueva York debe cederle el paso a otra ciudad que será clave en el desarrollo de esta séptima temporada: Los Ángeles. Ted, Peter y Megan están allí, los dos primeros por decisión de SC&P y Megan por voluntad propia, tras el sueño de convertirse en una actriz famosa de Hollywood. En Nueva York quedó el resto del elenco. Para los primeros, el sueño californiano se tambalea entre ser un paraíso y una completa pesadilla, algo novedoso y muy bien logrado en todos los capítulos.

Bienvenidos a California

Estas dos razones hacen que esta temporada no sea como cualquier otra. A ‘Mad Men’ la tildan de ser una serie lenta. Sin embargo, al vivir tantos cambios y rupturas, estos siete capítulos la hicieron más intensa. El show nunca había sido tan dinámico, da la impresión de que a los personajes les pasan muchas más cosas en esta temporada –la más corta– que en todas las anteriores.

Mujeres al poder: el retrato de una época

Mujeres al poder

Peggy Olson (Elisabeth Moss) es el centro de todo durante estos primeros siete capítulos. La última vez que vimos a Peggy en la sexta temporada, nos encontramos con una mujer que estaba a punto de recibir el mejor de los ascensos profesionales de su vida –sentada en la silla que hace nueve años era la de su jefe inalcanzable–, pero que fracasaba completamente en su vida personal.

Además, la relación de Don y Peggy cobrará un valor importantísimo y se convertirá en la más importante de toda la serie. Esta temporada logra sumergirnos muy bien en sus batallas, encuentros, decepciones y complicidades.

En medio de eso, Peggy demostrará durante toda la temporada por qué merece haber llegado al lugar en el que está. Por su parte, Olson cumple 30 años y el peso simbólico de esa edad se hará sentir. Moss logra concretar todos esos elementos en una actuación impresionante.

‘Mad Men’ es una crónica de la evolución del rol de la mujer

Pero Peggy no es la única que muestra que el rol femenino ha cambiado. Wiener logra retratar a la perfección el crecimiento y cambio de otras mujeres de la serie, como Joan (su ambición extrema al convertirse en socia), Betty (su curiosidad por el mundo que existe fuera de casa), Sally (su madurez a la hora de enfrentarse a ciertas situaciones), Megan (su autonomía para mudarse a L.A.) o Trudy (su divorcio con Pete Campbell).

Esta es una temporada para ver de cerca la evolución de muchas de ellas. Tras muchos años de crecimiento lento, casi invisible, esta vez tenemos en pantalla a la adolescente que era niña, o a la profesional exitosa que hace poco era joven e inexperta.

La visión del futuro: el computador como metáfora

Compu como metáfora

Visualmente, ‘Mad Men’ sigue siendo un ejemplo estético maravilloso. Los planos de la ciudad, los seguimientos a Don Draper en un aeropuerto, los ‘traveling’ que ‘abren’ un plano para cerrar ciertos episodios y, específicamente, las tomas en las oficinas de la agencia con un destello blanco, remiten al estilo de Stanley Kubrick (Weiner reconoce las referencias y admite ser un gran fanático de este director) y hacen que esta temporada esté compuesta de planos visuales perfectos por sí solos.

La publicidad está cambiando y, naturalmente, la tecnología es una de las causas. La instalación de un computador puede ser vista como una idea de progreso, pero también como algo terrorífico. Habrá quienes no quieran seguir ese modelo de negocio en el que la máquina ocupa el lugar de los hombres, pero habrá quienes lo apoyen, bien sea como un vehículo para satisfacer sus propios intereses o como la única salida de desarrollo y crecimiento en el campo publicitario.

Reconciliaciones y cambios acelerados: el quiebre

Reconciliaciones

La gran proeza de esta séptima temporada es que pone en evidencia una época en la que los sucesos están cambiando a una velocidad impresionante: el papel de la mujer como ama de casa se debilita cada vez más, el ascenso profesional cobra más fuerza, el concepto de ‘familia’ empieza a derrumbarse, el deseo de progreso en la mente norteamericana crece más, la tecnología llega para cambiarlo todo…

En 1969, nadie sabía muy bien hacia dónde estaban yendo las cosas

Además, 1969 es un momento de inestabilidad; fin y comienzo. Tras los asesinatos de Kennedy y Martin Luther King, en medio de la subida de Nixon a la Casa Blanca, la llegada del hombre a la Luna, el auge de los ‘hippies’ y la contracultura, era un año en el que nadie sabía muy bien hacia dónde estaban yendo las cosas. Esa incertidumbre social también se siente a la perfección en medio de todas las cosas que están pasando en la historia.

Pero no solamente vemos cómo cambian las cosas: el contexto es casi un personaje más. No solo porque pone el ambiente de todo lo que ocurre, sino también porque –como siempre en ‘Mad Men’– el estado de ánimo de la época hace que pasen o que dejen de pasar cosas, que los personajes empiecen a amoldarse o a enloquecerse con cada uno de estos quiebres. Weiner logra un narrar esto de forma maravillosa.

Veredicto final

Veredicto final

La primera mitad de la séptima temporada de ‘Mad Men’ es una obra maestra en la historia de la televisión. Más allá de los conocidos aspectos que la industria reconoce en la serie (el retrato de una época, la indumentaria, la música, los decorados), en esta temporada vemos quiebres y cambios sustanciales en algunos de los personajes principales.

Weiner se encarga de mostrarnos un lado nunca antes visto en ellos y se las arregla para hacernos ver de otra manera a aquellos que creíamos conocer y que, suponíamos, no nos podían sorprender, pero las nuevas miserias de cada uno de ellos quedan tan bien expuestas como siempre.

Esto, sumado a la maestría audiovisual de la que hace gala Weiner, convierte cada capítulo en una pieza cinematográfica que busca contar de manera extraordinaria la historia de una época en transformación y logra plantear grandes desafíos para cada uno de los personajes, que deberán resolverse en los restantes y definitivos siete episodios.

Por todo esto, ‘Mad Men’ merece tener un lugar especial en nuestro sillón.

Imágenes: Mad Men (vía Facebook).

Laura Rojas

Laura Rojas

Internet me ha regalado grandes cosas: dosis industriales de música, guías turísticas, hospedajes a precios razonables, los grandes amores de mi vida, la posibilidad de borrar la distancia y mi nuevo trabajo. Estudié literatura en Buenos Aires y de todos los trabajos que pude haber encontrado, ENTER.CO es el lugar para ver mis cosas favoritas reunidas.

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