La promesa de los ‘2 en 1’ es, al mismo tiempo, el problema de los ‘2 en 1’. Cuando este formato apareció –junto a Windows 8–, Intel, Microsoft y los fabricantes del mundo Windows nos prometieron que no era necesario tener un PC y una tableta pues podríamos contar con que un solo dispositivo cumpliera las dos funciones: un computador con todo el poder, el espacio y la comodidad para trabajar, y una tableta móvil, cómoda y versátil.
El problema es que decirlo es mucho más difícil que cumplirlo. Los PC y las tabletas son como los lobos y los perros. Se pueden parecer y tener cosas en común, pero sus características clave son diferentes porque tienen vocaciones diferentes. Mientras que el computador debe ofrecer poder y comodidad para trabajar, la tableta debe brindar portabilidad: poco peso, mucha pila y un diseño correcto que se pueda llevar a todas partes y nunca estorbe.
Por supuesto: se puede trabajar en una tableta y consumir contenidos en una laptop básica. Pero no se puede hacer ninguna de las dos cosas de forma óptima, y ese es el punto. Si no se quiere desembolsar lo que valen dos equipos, siempre se puede comprar uno que cumpla las dos funciones, con sus respectivos sacrificios.
Pero, para eso, es mejor seguir con la amiga fiel: la laptop que muy seguramente está allí en casa y hace muy bien todas sus tareas desde hace varios años. Es un poco pesada, de pronto tiene algún pequeño achaque por la edad y probablemente sigue andando sobre Windows XP o 7, pero –a menos de que un reemplazo sea inminente– seguro que puede dar de sí por otro par de años. Al fin y al cabo, hace tiempo que muchas de las tareas que solíamos hacer con ella fueron delegadas al teléfono inteligente.
En ese escenario, el reto es lograr un equipo lo suficientemente atractivo como para que solucione bien una de las dos necesidades –y convenza a los clientes de jubilar a su ‘amiga fiel’–, y además tenga un ‘valor agregado’ que lo convierta en una buena opción.
La Lenovo Mixx 2 11, lanzada recientemente al mercado por la firma china como parte de una nueva línea de equipos ‘2 en 1’, quiere ser una laptop ultraliviana y confiable, que además se pueda ir de fiesta de vez en cuando disfrazada de tableta. Veamos cómo le va.
Confiable y rendidora
En el abanico de fabricantes de computadores con Windows, Lenovo es la única firma que tiene números relativamente saludables. Sus competidores, en cambio, intentan dejar de perder dinero con maniobras que comienzan a parecer desesperadas –y que a menudo terminan en una retirada un tanto vergonzosa. Los PC de la firma tienen sus fans, y la Mixx 2 11 muestra por qué.
El hardware de la Lenovo Mixx 2 11 hace su tarea. La pantalla tiene un muy buen nivel de brillo y un color correcto, y ver vídeos en ella es bastante cómodo. El audio de los altavoces está bien para una laptop, pero quien quiera más riqueza y fidelidad deberá conectar parlantes externos. La batería se acerca a las ocho horas de trabajo constante que promete Lenovo, y para uso ocasional se puede dejar sin carga varios días.
El hardware de la Lenovo Mixx 2 11 hace su tarea
Además, es una máquina muy rápida y rendidora. Su almacenamiento en estado sólido se traduce en mucha velocidad y confiabilidad. A pesar de que sus especificaciones no son de punta, Windows 8 corre como un bólido en ella, y la navegación web y las aplicaciones básicas –como Office, Spotify o Evernote– andan a toda marcha y sin ningún problema. En eso, no tiene nada que envidiarle a ningún PC del mercado.
Por supuesto, no es una máquina que se sienta cómoda corriendo apps muy exigentes, como AutoCAD o los programas de edición de video. Igual lo puede hacer, pero si va a hacerlo todo el tiempo lo más recomendable siempre es tener un equipo con prestaciones profesionales.
Los juegos tampoco se le dan muy bien; y esto sí es más grave si la Lenovo Miix 2 11 quiere ser una tableta viable. Cualquier Android económico de 7 pulgadas –para no hablar de un iPad– puede correrlos con mucha mayor velocidad y respuesta que esta máquina.
Pero, aparte de ese lunar, el balance es positivo. Windows 8.1 sigue siendo Windows 8.1, con sus virtudes y sus defectos: a veces puede ser incómodo y tiene detalles que entorpecen fuertemente la experiencia –como la dualidad de las aplicaciones del modo baldosas y del modo escritorio– pero es confiable. Lenovo solo añadió un poco de ‘bloatware’ –software preinstalado que tiene relativamente poca utilidad– que es más bien fácil de ignorar.
Windows 8.1 sigue siendo Windows 8.1, con sus virtudes y sus defectos
Si le molestan mucho los avisos emergentes y las aplicaciones que nunca va a usar pero no puede borrar, lo mejor es que se consiga una licencia nueva y haga una instalación limpia del sistema operativo. Aunque, la verdad, tampoco es para tanto.
Estrechez
El problema real con la Lenovo Mix 2 11 es que su diseño no le atina a ningún blanco. Ni alcanza a ser un PC lo suficientemente cómodo para pasar horas frente a él, ni es una tableta realmente liviana y portátil.
Su pantalla tiene proporción 16:9, lo cual la hace perfecta para el modo baldosas de Windows 8. Pero, a la hora de trabajar, el usuario suele estar en modo escritorio. Y allí, esa forma de pantalla a veces es demasiado estrecha. Aunque Office sí aprovecha la ‘finca raíz’, algunos sitios web y programas no están optimizados para ella y se ven demasiado pequeños. Luego de una jornada de ocho horas trabajando en ella, echaba de menos un poco de aire y de amplitud.
Admitamos que este es un problema de costumbre que podría superarse, precisamente, a fuerza de costumbre. En cambio, sí hay algo realmente molesto, en lo que Lenovo podía haber hecho un mucho mejor trabajo: el teclado y el trackpad.
La pieza inferior de la Lenovo Miix 2 11 es robusta y está hecha de un plástico con apariencia metálica que tiene una textura muy atractiva a la vista y al tacto. Pero hay demasiado espacio mal aprovechado en ella. El teclado es innecesariamente estrecho, y el ‘trackpad’, innecesariamente pequeño. Además, las teclas se sienten demasiado enclenques; como si el teclado fuera de repuesto o un regalo por comprar la tableta.
El teclado es innecesariamente estrecho, y el ‘trackpad’, innecesariamente pequeño
El gran problema de este dispositivo es que debería ser exactamente al contrario. Ese tamaño de pantalla tiene más vocación de PC que de tableta. Su peso es un poco elevado, y su formato ancho –aunque es perfecto para ver películas– hace difícil que se pueda usar mientras se agarra: es complicado tenerla en una mano y darle órdenes con la otra. Ese es un sacrificio que no se ve recompensado.
¿Y entonces?
La Lenovo Miix 2 11 no logra superar el problema del ‘2 en 1’ porque no tiene un teclado ni un trackpad dignos de un computador, que le permitan trabajar por horas sin hacerse sentir. Debería ser un PC que a veces se comporta como una tableta, y aunque tiene las ‘tripas’ para hacerlo, su teclado estrecho e incómodo es un gran lastre.
Eso no le impide ser un producto atractivo para algunas personas. Se me ocurre que un usuario de Windows que tenga que trabajar fuera de vez en cuando y tenga un teclado, un mouse y una pantalla en su casa u oficina es el cliente perfecto para este computador: puede aprovechar el poder y la confiabilidad que ofrece –y tener una estación de trabajo muy rendidora, con dos pantallas y demás– sin encerrarse en sus limitaciones. También podría ser un buen computador de viaje para un usuario que necesita mucha movilidad, pero en realidad cualquier Ultrabook podría hacer esa tarea mucho mejor.
La Lenovo Miix 2 11 no logra superar el problema del ‘2 en 1’
Pero si un dispositivo tiene que depender de otros gadgets para dar lo mejor de sí, o si solo es atractivo si forma parte de un ‘arsenal’ más grande, no puede ser considerado un éxito.
[nggallery id=761]Imágenes: ENTER.CO