God of War puede ser uno de los juegos más difíciles de evaluar. La franquicia es algo que cambió la historia de los videojuegos, que creó un nuevo estilo que muchos otros se han esforzado por imitar y que, por encima de todo, cerró con broche de oro la generación que reinó el PlayStation 2 hace ya seis años. Es más que comprensible la fidelidad de los jugadores a esta serie, convirtiendo su nombre en algo tan poderoso como un Pokémon, Zelda, Metroid, Mario o Final Fantasy.
Pero eso no es todo.
Ascension llega en un contexto similar del lanzamiento de God of War 2 el 13 de marzo de 2007. En ese entonces, PlayStation estaba cerrando un ciclo en el que había demostrado que tenía las pilas bien puestas, mientras ese año presentaba su siguiente consola (el PS3); que en hoy en día se está despidiendo con la ayuda de una envidiable lista de títulos (The Last of Us, Beyond Two Souls, etc.). Déjà vu.
Pero al mismo tiempo, Ascension tiene varias diferencias con God of War 2: es una precuela lanzada después de tres grandísimos títulos que tiene la difícil misión de darle un nuevo aire a la serie y que compite con todos esos otros imitadores (como los últimos títulos de Devil May Cry y Prince of Persia) que mal que bien acaparan algo de atención. Además, como ya lo mencionamos en otras evaluaciones, actualmente el tema de las gráficas ya no es tanto qué tan realistas o espectaculares son, sino cómo se integran a la historia y cuánto le agregan o le quitan a la experiencia.
Dicho esto, hablemos en detalle de Ascension.
Presentación
Como ya se esperaba, lo primero que se nota es la excelente presentación del juego: gráficas espectaculares y escenarios memorables que se integran bien con la jugabilidad. Estos son activos e interactúan con los personajes, lo que en espacios tridimensionales hace una nueva experiencia muy envolvente.
God of War ya es famosa por entrar pisando fuerte y dejarnos con los ojos y la boca abierta desde que arranca y Ascension no es la excepción. Al empezar el juego, el aficionado a la serie se sentirá como en casa, pues este título, en su presentación, ofrece más de esas cosas que enamoran a la serie.
En cuanto a la historia, como se pudo ver en varios tráileres, el juego es una precuela desarrollada justo después de que Kratos rompe una promesa de sangre con los dioses. Esto lo obliga a enfrentarse con tres hermanas que se conocen como ‘The Furies’. La historia empieza con el enfrentamiento contra una de ellas, mientras un tutorial va explicando el sistema de pelea. Al comienzo, todo parece indicar que el juego se va a volver muy adictivo y que la trama lo va a envolver a uno como en las ediciones pasadas, pero al final no se ven muy bien los motivos de Kratos para hacer todo lo que ha hecho (se supone que es una precuela, ¿no?).
Los personajes contra los que Kratos se enfrenta cuentan con una historia de fondo pobre. Aunque están presentes las bestias inmensas -muy bien diseñadas para pelear-, estas parecen sacadas de la nada y sin motivos reales para matar a Kratos. Las peleas contra los jefes dejan mucho qué desear, pues se parecen mucho a las de las ediciones pasadas y cualquier persona que haya jugado God of War antes ―como yo― ya debe saberse las mañas para matarlos con facilidad. Eso hace que el juego pierda dificultad y se vuelva una rutina innecesaria de pelear contra lo mismo una y otra vez.
La música y los sonidos del juego en general son más de lo mismo. El juego tiene una banda sonora suficientemente buena para hacer una experiencia envolvente. La música nunca ha sido un gran factor de God of War y esta vez tampoco logra impactar. En este aspecto el juego ni se luce, ni pierde puntos.
Jugabilidad
Aquí es donde la cosa se pone más delicada. Con respecto a sus antecesores, la jugabilidad mejoró en dos factores fundamentales: Los movimientos de los personajes fueron pulidos para hacerlos más precisos y se le agregaron un par de nuevas habilidades a Kratos; sin embargo, esto no es suficiente para darle el factor de novedad al juego.
Que los movimientos de las peleas sean más precisos parece algo pensado más para el modo multijugador (del que ya vamos a hablar), que para la campaña individual. Las peleas no son tan innovadoras como para necesitar mejores y más precisos movimientos. Es decir, en las entregas pasadas el juego no necesitaba grandes avances en los movimientos de su protagonista. Al juego no le hacía falta un desarrollo en esto y aunque sí hace la experiencia un poco mejor, no es algo decisivo.
Por el lado de las habilidades nuevas de Kratos, estas solo ofrecen una opción que no será muy utilizada en el juego aunque si ‘engallan’ más al protagonista. La famosas espadas del protagonista, las ‘Blades of Chaos’, siguen siendo el arma más utilizada. En segundo lugar, al ser este juego una precuela no se entiende muy bien por qué este es el Kratos más evolucionado con el que se ha jugado hasta hoy.
Más allá de eso, el sistema de pelea de este juego es mucho más de lo mismo. El jugador podrá hacer todos los combos que se le puedan ocurrir con Kratos. Siguen existiendo miles de manera de matar a los enemigos y a medida que se va avanzando se descubren muchas más. El problema es que ninguna de estas es nueva. Cualquiera que haya jugado God of War antes ya ha desmembrado a sus enemigos de todas las maneras posibles.
Por fuera de las peleas, el jugador encontrará acertijos en los escenarios que deberá resolver. A excepción de dos, estos no son muy novedosos. Varias de las cosas que se hacen en Ascension ya se han hecho en otros God of War. No quisiera decir esto, pero parece que a Santa Monica Studios se le está acabando la ideas.
Multijugador
El mulitjugador hace parecer a la campaña individual como una excusa para sacar un nuevo God of War. Así de bueno es, pero al mismo tiempo así de dañino es para la ‘imagen’ que deja God of War Ascension. Cuando hablamos con Bruno Velázquez, miembro del equipo de desarrollo del juego, nos dijo que God of War Ascnsion había cambiado lo suficiente para complacer a los seguidores de la serie, pero que seguía conservando la esencia de God of War. Esto no parece logrado muy bien con la campaña individual, pero con el modo multijugador sí.
En términos sencillos, los jugadores pueden elegir entre varias modalidades de juego. Pueden pelear uno contra otros o jugar en cooperativo. Los objetivos pueden variar: se puede jugar a robarse estaciones enemigas o simplemente a agarrarse a golpes.
Apenas entra a jugar en línea puede elegir el personaje y las armas que quiera utilizar. Esto está muy bien manejado, porque las elecciones que se hagan tienen su peso. Dependiendo de lo que se elija, el personaje adquiere o pierde ciertas habilidades. Casi como en un partida de piedra, papel o tijeras, a las elecciones que se hagan depende de las que haga el contrincante también. Eso hace el juego muy balanceado, ya que ningún arma da beneficios especiales.
El equipo de Santa Monica logró hacer que el famoso sistema de pelea de God of War se adaptara sin dificultades al ecosistema en línea. Las partidas entre varios jugadores son muy entretenidas, tanto en cooperativo como en peleas. Esta modalidad merece ser explorada más, pues sin duda le agrega nuevas experiencias a la serie y aprovecha muy bien sus mejores atributos.
Veredicto
Hay quienes dicen que God of War 3 es uno de los mejores juegos creados hasta hoy. Dicen que explora al límite las capacidades técnicas de su consola y tiene una de las mejores historias. God of War: Ascension no es para ellos.
Lamentablemente, en la historia de la ficción las precuelas no tienen la mejor de las famas, pues son utilizadas muchas veces como una manera de hacer más plata; tristemente este juego parece un ejemplo más de eso. Este juego al ocurrir antes de los hechos de los anteriores tres debió haber pensado en un Kratos diferente. Uno que no tuviera más poderes que en el último juego de la serie, por lo menos.
Puede que el multijugador sea uno de los factores más gratos de este título, pero no se puede hablar de God of War sin hablar de la historia de Kratos, las peleas increíbles y los escenarios épicos. Este último título no es de la talla de un juego que antes había paralizado a los más exigentes.
Este juego no es recomendable para quienes son muy fanáticos de la serie. Lo recomiendo a las personas que quieran tener una buena experiencia en línea con sus amigos. God of War Ascension conservó demasiado la esencia de sus predecesores, hasta el punto en que hace ver a la serie dando vueltas sobre el mismo punto una y otra vez.