El género de los scroll shooters ha perdido fuerza en la última década. Lejanos son los tiempos de ‘Contra’ o ‘Megaman X’, los cuales fueron los reyes indiscutibles de las consolas. Pero, aquellos que tuvieron la oportunidad de disfrutar estos títulos conocen el placer y adrenalina de recorrer y sobrevivir mapas en los que los disparos parecen proceder de todos lados.
‘Cuphead’ es uno de los títulos exclusivos de Microsoft y Xbox para este año. Es, además, uno de los juegos que más ha logrado llamar la atención de su público. No por ser un scroll shooter en pleno 2017, sino por su particular arte que toma prestados elementos de la animación en los años 30.
‘Cuphead’ es un lobo vestido de oveja, pues es uno de los juegos más difíciles que se han lanzado recientemente
Resulta extraño que Xbox no llamara más la atención a este juego, pues sin duda se trata de uno de sus más sólidos títulos exclusivos en mucho tiempo. ‘Cuphead’ es un lobo vestido de oveja. Su magnífica música y animación esconden un brutal y difícil juego que te reta a cada salto y disparo. Es adictivo y ofrece horas enteras de diversión que se combinan frustración con risas. Quizás algunas de sus mecánicas se pueden ajustar para ser más ‘justas’, pero el reto que ofrece es tan enganchador que me sentí hipnotizado hasta el último momento.
Caricaturas del demonio
Alguien desprevenido podría ver las escenas que introducen a ‘Cuphead’ y pensar que se trata de un inofensivo juego. Pero su arte tipo cartoon de los 30 esconde un título que es complejo y difícil. En ‘Cuphead’ no hay checkpoints, solo cuentas tres vidas y no hay formas de recuperar salud una vez que inicias un mapa. A esto se suman enemigos que no dejan de aparecer y jefes con complicados patrones de ataques y varias transformaciones.
‘Cuphead’ tampoco espera que superes los retos que propone a punta de disparar y habilidad. El juego te exige que estudies cada uno de los jefes y niveles a cruzar. En algunos casos cambiar un arma o una habilidad puede ser la clave para disminuir drásticamente la dificultad de algún mapa. Entender los patrones y claves de ataque de los jefes es necesario para ahorrar vidas y llegar al final. Y debes tener mucho tiempo para hacerlo, pues morirás más de una vez.
Son pocos los juegos que me han exigido ser el mejor jugador posible para poder llegar al final. Usualmente es posible tomar atajos o encontrar formas de compensar la falta de habilidad. Pero ‘Cuphead’ nunca me permitió tomar el camino fácil y, con la risa burlona de sus caricaturas del demonio, me retó a vencerlo.
‘Cuphead’: un placer para los sentidos
Es posible rastrear ese elemento encantador de ‘Cuphead’ a lo visual. Este es un juego que se ve asombroso. Studio MDHR no creó un maravilloso título, sino una obra de arte que merece ser estudiada. No es solo la animación, sino el diseño de los personajes que a menudo hace alusión a alguna referencia o broma. Tampoco se trata de los personajes infantiles de los cartoons modernos, sino que en algunos casos muestra esa faceta oscura de la animación de la década de los 30.
Por no mencionar la música, que encaja a la perfección con la animación y el ritmo frenético que adquieren algunas de las peleas. ‘Cuphead’ te entrega una orquesta marcando el ritmo de tus saltos, disparos y muertes en una sinfónica que, hasta hoy, suena en mi cabeza.
Desde el primer momento ‘Cuphead’ engatusa tus pupilas y párpados. Es posible que sea esa maravilla que ofrece lo que impide que su dificultad te abrume a ciertos momentos. Y es su belleza lo que me hizo perdonar más de una vez su brutalidad.
La última y nos vamos
En ‘Cuphead’ morir no solo es una cosa cierta, sino que es además frecuente. No es exageración afirmar que algunos niveles tomarán decenas de intentos para poder superarlos. A menudo, un pequeño error al principio te motivará a reiniciar la pelea (pues la prioridad es conservar cuantas vidas sea posible). La ventaja es que ‘Cuphead’ te motiva a seguir intentando.
Hay varios factores que influyen en esto. Lo primero es que la mayoría de las batallas no son largas, con cuatro o cinco minutos de duración, máximo. Luego está el hecho de que la carga de otro intento toma segundos, por lo que no debes pasar por una pantalla de carga antes de regresar al ruedo. El resultado final es que podrás jugar el mismo nivel 20 veces en una hora.
Este es un título que se aprovecha de tu terquedad y te motiva a seguir probando hasta el final. En ‘Cuphead’ los pequeños avances alimentan tu sed de victoria de manera adictiva. Con frecuencia te encontrarás diciendo ‘la última y nos vamos’, solo para encontrarte dos horas después gritando de la emoción al conseguir el esperado knock out.
¡Esto es (más o menos) imposible!
Por desgracia ‘Cuphead’ alimenta su idea de ser un juego difícil y la lleva demasiado lejos a momentos. Los jefes, por ejemplo, no cuentan con una barra de vida que permita saber tu progreso. Dado que tienen varias transformaciones esto no es mayor problema, pues cada nueva faceta revela progreso. Pero en los momentos finales resulta molesto no saber cuántos golpes faltan para el knock out o si es momento para usar la super. De hecho, ‘Cuphead’ solo te informa del progreso cuando mueres.
Cuando peleas con los jefes en ‘Cuphead’, no podrás saber cuánto falta para vencerlos
Los jefes también cuentan con diferentes patrones y combinaciones de ataques. Estos pueden variar de ronda en ronda y son determinados al azar. Aunque la mayoría exigen respuestas rápidas que pueden ser aprendidas, algunas combinaciones son más difíciles que otras, lo que resulta en una lotería mortal en la que esperas no encontrar la más letal de todas y tener que reiniciar el juego.
Al final, este es un juego en el que la frustración es tan bien manejada que estos momentos rara vez afectan el juego. Eso sí, perder en ‘Cuphead’ se siente mucho mejor que en ‘Darksouls’ o ‘Nioh’. Claro, al principio cada nuevo reto puede parecer imposible. Pero después de varias horas (y una buena cantidad de madrazos) verás que son pocos los desafíos imposibles que este juego impone.
Imágenes: Xbox