Las empresas que se lanzan al universo de internet sin proyectar su aterrizaje podrían estar cometiendo un grave error. Con las herramientas tecnológicas disponibles como Google Analytics o los reportes para administradores de páginas de Facebook, ya es posible establecer metas que vayan en línea con el comportamiento de la audiencia.
Las metas pueden dar a conocer tu empresa, aumentar la fidelidad de los clientes, incrementar las ventas, mejorar la reputación de la marca o lanzar un producto específico. Una vez se aclaren, puedes pasar a la planificación de los contenidos que compartirás con tus clientes y seguidores, pero hasta para esto existen unas pautas indispensables.
Te recomendamos prestar atención a la extensión de los textos, mezclar formatos en una proporción adecuada y preocuparte por que sean tú o la empresa que lideras los generadores de los contenidos que se publican en la Web. No bastará con replicar noticias de otros medios.
Los contenidos escritos no pueden ser extensos
Expertos de Jimdo, una plataforma para crear sitios web, argumentan que en ocasiones nos olvidamos del papel que desempeña el texto en una página web, cuando este es un elemento fundamental que al menos debe ocupar el 50% de nuestra atención.
Así las cosas, todo gira en torno a la legibilidad de los textos. Un texto es legible cuando es fácil de leer y esto depende de muchos factores (no sólo de la calidad de la redacción) como la longitud de las frases, el tamaño de la letra y el contraste.
La disposición del texto en columnas hace que sea más fácil de leer y por eso ‘invita’ a su lectura. Y la longitud recomendada para una página web oscila entre los 40 y 70 caracteres (dependiendo del tipo de letra que estés empleando, claro está).
Por otro lado, el uso de la tinta oscura sobre el fondo blanco no es una ‘decisión gratuita’. Está basada en este mismo principio: la legibilidad de un texto. “Sin duda, una decisión que no falla es la de utilizar un color oscuro, contrastado sobre un fondo claro”, asegura Jimdo.
HubSpot, por su parte, sugiere que, en el caso de las publicaciones para un blog, la longitud ideal de un título es de 8 a 12 palabras y menos de 70 caracteres. La longitud ideal de una publicación es de 1.600 palabras o siete minutos de lectura. Y la longitud ideal de una descripción meta (un elemento requerido para mejorar el posicionamiento de tu contenido en buscadores web) es de 155 caracteres o menos.
Desarrolla artículos realmente útiles
Determinar el tipo de sitio web que tenemos es importante para definir las temáticas de nuestros artículos, cuántos se van a publicar y en qué momento. Hay sitios web que desempeñan una función netamente informativa, mientras que otros actúan como una tienda en línea con su respectiva pasarela de pagos.
En todo caso, hoy en día la mayoría de los sitios web incluyen una sección de noticias o un blog, en la que debes publicar información relevante, que además de tener relación con tu negocio, sea de utilidad para los usuarios. Instrucciones sobre cómo instalar o usar el producto que vendes, recomendaciones para sacarle mayor provecho al servicio que ofertas o una columna corta de opinión sobre las tendencias que impactan el negocio, seguro les interesaran a los clientes. Por ejemplo, en las empresas que se dedican a vender por internet, una nota sobre pautas de seguridad le generará valor al lector.
Ojo con comprometerte a publicar una columna diaria, semanal o mensual. Si el experimento resulta, las personas te van a querer leer diariamente, semanalmente o mensualmente; por lo que el día que no publiques, el tráfico de tu sitio web podrá verse afectado, además de generarles a las personas una gran decepción.
Carlos Bravo, emprendedor, bloguero, responsable de Cursobloguers, 1dollar.org y cofundador y director de la plataforma de formación online Quondos, recalca que “la confianza no es algo que se genera de la noche a la mañana. Requiere un trabajo a largo plazo”.
Diseña contenidos que las personas quieran compartir
Lo mencionamos arriba, pero según el sitio web Wearemarketing, los contenidos que enseñan a los lectores ‘cómo hacer algo’ son los que más gustan y más se comparten en las redes sociales. Aun así, existen otros tipos de contenidos -además de los artículos- que debes animarte a usar en tu sitio web: infografías, listados y casos de éxito.
El punto negativo de las infografías es que requieren mucho tiempo para su elaboración, además de saber diseñar. Sin embargo, existen herramientas en internet como Ease.ly o Prezi que facilitan esta labor, a través de plantillas gratuitas.
Por su parte, los casos de éxito que se emplean de manera didáctica para aprender a hacer bien las cosas gustan mucho porque no se inspiran en situaciones abstractas, sino en casos reales que han ocurrido. De acuerdo con TopRank, el 65% de los profesionales del marketing B2B (Business to Business) considera los casos de éxito como la técnica de content marketing más efectiva.
El video también tiene cabida
Wearemarketing explica que además de las imágenes y las infografías, los videos tienen un poder de atracción mayor que otros formatos: “Según un estudio de Forbes Insight, el 59% de los ejecutivos prefiere ver un video que leer un texto”.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que tienen más efectividad los videos cortos que los largos. Para los expertos de Visible Measures, los videos de menos de 15 segundos son compartidos un 37% más que los que tienen una duración de hasta un minuto.
Asegúrate de mezclar videos con contenidos escritos en una proporción adecuada y verás que los usuarios no te van a querer dejar.
Lo último es la conversión
Como recomendación adicional, Vilma Núñez, blogger especializada en marketing de contenidos, ponente y consultora de marketing y publicidad en línea, nos dice que “el inicio tiene que ser bueno y fuerte. Cuando ya tienes eso puedes proceder a implementar estrategias en las cuales primero reine la conversación y la interacción. La conversión viene como efecto dominó si la gestión es buena, aunque en el fondo siempre queremos vender, antes necesitaremos generar confianza, luego conversación y por último la conversión”.
Imagen: Pexels.
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