Colombia lleva unos cuantos años haciendo tránsito para convertirse en un jugador relevante en el dinámico mundo digital. El país desarrolló una red de fibra óptica que conecta buena parte de su territorio, se ha impulsado la masificación de internet entre los ciudadanos y las empresas, y se ha creado una red de emprendedores como ninguna otra en Latinoamérica, por citar algunos ejemplos.
Buena parte del impuso que han recibido las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones en Colombia está respaldado precisamente en el aumento de la conectividad. En seis años, Colombia multiplicó por seis el número de conexiones de Internet de banda ancha, las cuales superan hoy los 13,2 millones.
Según un reciente documento de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), un club de buenas prácticas de gobierno al que Colombia aspira a ingresar, nuestro país fue el que más creció en penetración de banda ancha fija entre diciembre del 2014 y diciembre del 2015, período en el que Colombia registró un aumento de 5,4 por ciento, el mayor en comparación con los 34 países miembros del órgano.
A pesar de este alentador panorama, Colombia tiene una tarea pendiente en materia de conectividad: ajustar su definición de banda ancha. En Colombia se consideran de banda ancha las conexiones con velocidades de mínimo 1.024 Kbps de bajada (downstream) y 512 Kbps de subida (upstream), una cifra que muchos pueden considerar descabellada si se tiene en cuenta el ancho de banda necesario para ejecutar la mayoría de aplicaciones o servicios de uso diario en internet.
La propuesta de banda ancha
En agosto de este año, por disposición del Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018, la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) empezó la discusión sobre cuál será la nueva definición de la banda ancha en Colombia. Para ello, la entidad publicó un documento que contiene la propuesta para la banda ancha en el país con miras al año 2020. Ese documento es la base para la nueva definición, que empezaría a regir a finales del 2016.
De acuerdo con Juan Manuel Wilches, experto comisionado de la CRC, la propuesta de la entidad es que en el corto plazo 10 megabits por segundo (Mbps) sea la velocidad mínima para que una conexión sea considerada de banda ancha en las zonas urbanas del país, mientras que en las zonas rurales se mantendría en 1.024 Kbps (1 Mbps). Estas velocidades serían incrementadas nuevamente en el año 2020, cuando el mínimo subiría a 25 Mbps en las zonas urbanas y a 10 Mbps en las áreas rurales.
Wilches explica que esta propuesta se fundamenta en la oferta de los servicios de internet en las diferentes regiones del país, así como en el uso que los ciudadanos hacen de estos servicios. “Se podría pensar que nos podríamos poner la meta de Estados Unidos (25 Mbps), pero definitivamente, como país en vías de desarrollo, debemos entender muy bien cuáles son las condiciones de la regiones y las ciudades frente al uso productivo de internet”, añade el funcionario.
La industria está lista
“El concepto de banda ancha que había en Colombia ha quedado en el pasado”, asegura el presidente de la empresa Level 3, Luis Carlos Guerrero, quien considera que el sector en pleno está en condiciones de dar el salto hacia una banda ancha acorde con las necesidades de los usuarios y en línea con la oferta del mercado.
“Los operadores que están siendo eficientes y que han hecho inversiones están en capacidad de ofrecer esas 10 o 20 megas de las que habla la propuesta de la CRC”, añade el ejecutivo, quien además destaca las inversiones en infraestructura que han hecho el Gobierno Nacional y la empresa privada para aumentar la conectividad en el país.
Durante el primer período de gobierno del presidente Juan Manuel Santos, el Ministerio de TIC fue una de las estrellas del Ejecutivo, al punto que el mandatario se refería a la cartera de TIC como el ‘Falcao’ de su administración, en analogía al buen momento que por esos días pasaba el futbolista colombiano.
El Plan Vive Digital cumplió con la mayoría de sus metas, especialmente las relacionadas con conectividad e infraestructura. Por eso, para el segundo cuatrienio de Santos se establecieron metas aún más ambiciosas. Una de ellas es que en el 2018 el país llegue a 27 millones de conexiones de banda ancha. Esto implica duplicar el número de conexiones existentes, una tarea titánica si se tiene en cuenta que quedan menos de dos años para terminar la actual administración.
En el 2018 el Colombia quiere llegar a 27 millones de conexiones de banda ancha.
La meta de 27 millones de conexiones se pone aún más cuesta arriba si se modifica la definición de banda ancha en el país, ya que buena parte de las conexiones urbanas y rurales de la actualidad no cumplirían con las nuevas velocidades.
Más allá de las metas de conectividad del Gobierno, Colombia debe dar un paso adelante en su definición de banda ancha si quiere estar al nivel de los países de la OCDE, según el director para Latinoamérica y El Caribe de 5G Américas, José Otero. En palabras del analista, este movimiento impulsaría la oferta de conexiones de mayor velocidad entre los operadores, lo que disminuiría el impacto que tendría en las cifras el cambio en la definición de la banda ancha.
Juan Manuel Wilches tiene una opinión similar; aunque reconoce que el cambio “obviamente termina afectando los indicadores”, espera que el mismo mercado se encargue de ajustar la oferta de velocidades de banda ancha.
En definitiva, Colombia tendrá una nueva definición de banda ancha en los próximos meses; un paso que, si bien tendrá efectos colaterales, se hace imprescindible para un país que quiere montarse definitivamente en la cada vez más relevante economía digital.
Y ustedes, ¿cuál creen que debe ser la velocidad mínima para la banda ancha en Colombia?
Imagen: Gavin St. Ours, Ministerio TIC (vía Flickr)
Que incrementen la velocidad mínima pero que los avispados de los cableoperadores no descuenten de ese tope el ancho de banda que consumen sus servicios de voz y tv…. si te estoy hablando a ti UNE y CLARO…
De que sirve que incrementen los topes mínimos si ningún proveedor de servicios cuenta con redes lo suficientemente buenas para dar mas de 1024 kbps muchos lugares, ejemplo telefonica vende planes de 1024 kbps en lugares en donde solo puede garantizar 512 kbps y esto entra en las encuestas como un plan banda ancha para justificar un incremento en topes minimos.
Los colombianos no solo queremos una banda ancha más veloz sino más económica y con mayor cobertura, en el pueblo donde vivo (me reservo el nombre) solo hay dos empresas, una es económica pero solo tiene 1 mega de internet disponible y la otra tiene más planes de velocidad pero es super cara, no aguanta…
jajajajaja yo tengo ETB desde hace un tiempo… fibra optica de lo mejor q hay con todos su paquete… solo hay un pequeño problema, las velocidades de hasta 25Mb son compartidas (en las noches tipo 11pm me ha llegado incluso a 50Mb cuando mi plan es inferior) pero es horas pico es una verguenza.
esperemos q lleguen mejores servicios, y en especial q llegue verdader educacion digital, q la verdad seria un desperdicio asqueroso tener estas velicidades para ver youtubers q no saben hablar o se colan en los bueses jajajajaja.
Discúlpenme pero eso es un chiste, es que acaso no podrían igualar el ancho de banda en el sector rural? Cuantos colegios de diferentes municipios alejados de las ciudades capitales que dependen del Internet sufren por la bajisima cobertura de Internet y todo para poder mantener actualizada las bases de datos sobre el proceso de desarrollo institucional y educativo de los colegios y escuelas que requieren el uso de la red global para presentación de pruebas de estado, y uso cotidiano de consulta de tareas y demás actividades que también se hacen en la ciudad, y todo por darle prioridad más a las ciudades vayan siquiera como es conectarse en un pueblo como El Cocuy o aquellos municipios alejados de departamentos como Guaviare o del Vichada, que no hay acceso a carreteras pero que hay que llegar por medios de transporte rudimentarios que ni siquiera incluso hay Televisión… Y eso mismo concurre en la violación del que hoy ahora es un derecho constitucional.